EL TÉ VERDE EN LA COCINA
párpados en flor
Hay una leyenda de origen japonés que habla del descubrimiento del té por Bodhidharma (495 dC), el hijo de un rey budista que había ido a Japón desde China. Un día, mientras estaba meditando, lo invadió el sueño, sus ojos se cerraron y se durmió. Al despertar sintió tanta irritación por su propia falta que se cortó los parpados y los tiró al suelo.
Los párpados echron raíces y de cada uno de ellos creció un arbusto florecido con hojas verdes. Al probarlas, el príncipe vio como su cansancio desaparecía y se sentía maravillosamente despierto.
El ideograma japonés Cha sirve tanto para «té» como para «párpado».
En India y en China
Los indios sin embargo cuentan que el descubrimiento se debe a Dharma. En su peregrinaje de siete años a China hizo el voto que dedicaría todas las noches a meditar en lugar de dormir. Para conseguirlo esperaba la ayuda del Universo.
Pero cuando llevaba cinco años haciéndolo le asaltó el sueño y para evitar dormirse se levantó y fue a pasear entre las plantas del té. Al masticar sus hojas, el cansancio lo abandonó y fue capaz de pasar los dos últimos años de su peregrinaje sin dormir.
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