UN UNIVERSO INDESCIFRABLE
Si medimos su éxito en premios Nobel, el vigente modelo estándar de la cosmología va en la dirección correcta. En las últimas dos décadas, tres de esos galardones han ido a parar a avances en el estudio de la naturaleza a gran escala del universo. La imagen de un cosmos que se encontraba hace 13800 millones de años en un estado muy denso y caliente y que se ha ido expandiendo y enfriando concuerda con muchas de nuestras observaciones. Pero se puede argumentar que no sabemos tanto. Por ejemplo, nuestra cosmología asume que la mayoría de la materia existe en una forma oscura que todavía no hemos detectado. Esta idea se apoya en la constante cosmológica de Einstein, que hizo esta adición aparentemente arbitraria a sus ecuaciones de la relatividad general para explicar por qué la expansión del universo parece acelerarse. Incluso si pasamos por alto estas dificultades, nos queda por resolver una gran cuestión: ¿qué hacía el cosmos antes de comenzar a expandirse?
UN ESCÉPTICO VERÍA ESTAS COMPLICACIONES –LA MATERIA Y LA ENERGÍA como el equivalente moderno de los epiciclos ptolemaicos, los enrevesados ajustes hechos por los antiguos griegos a sus observaciones de los planetas para mantener la ficción de que todos giraban alrededor de la Tierra, pese a que sus movimientos no encajaban con ese modelo. Tengo más que decir sobre esto que la mayoría de los físicos: introduje los misteriosos elementos de la materia y la energía oscuras en nuestro modelo estándar de la cosmología. ¿Refleja este la realidad? A continuación argumentaré que sí, pero solo hasta donde lo permite lo que la ciencia sabe hoy.
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