EN PIE POR LA IGUALDAD
En la España asolada por las bombas, las mujeres ocuparon los puestos de trabajo que los hombres habían abandonado para acudir a las trincheras. Su grado de ocupación y autoestima nunca fue tan alto. La guerra transformó su vida en muchos aspectos dándoles una mayor autonomía de movimiento, de la que hicieron uso inmediatamente. Para muchas de ellas fue una experiencia liberadora. Su respuesta ante la rebelión militar no se hizo esperar. “¡Mujeres antifascistas! Que nuestra palabra y nuestra ayuda llegue a los frentes de combate y a los lugares de trabajo de la retaguardia” fue uno de los eslóganes que se podían oír esos días en la zona republicana.
Las reformas emprendidas durante la II República concedieron el derecho de voto a las mujeres y contribuyeron a eliminar gran parte de la legislación discriminatoria contra ellas. “Sin embargo, las españolas seguían siendo segregadas en el empleo y discriminadas salarialmente, ya que los partidos políticos, las empresas y los sindicatos se oponían al trabajo femenino remunerado”, asegura Mary Nash en su libro Rojas: las mujeres republicanas en la Guerra Civil.
Fue la guerra la que mejoró esa situación y la que les concedió un papel protagonista en la reorganización
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