En video, los excesos militares en Nuevo Laredo
Durante más de 20 días Raúl Tercero Arreola tuvo en su poder una memoria USB sin conocer su contenido ni saber qué hacer con ella. Se la dio un soldado que estaba fuera de un vehículo militar frente a la delegación de la Fiscalía General de la República (FGR) en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
El pasado 6 de julio, Tercero Arreola, de 43 años, se acercó a ese soldado de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con el propósito de pedirle ayuda económica para sepultar a su sobrino Damián Genovés Tercero –a quien consideraba un hijo–, cuyo cuerpo estaba en la funeraria Valdez, a donde llegan los fallecidos en la vía pública en esa ciudad fronteriza.
Damián, de 18 años, era uno de tres jóvenes atados de pies y manos que estaban en una camioneta en la que viajaban otras nueve personas, presuntos integrantes del crimen organizado, quienes, de acuerdo con la Sedena, la madrugada del 3 de julio presuntamente dispararon contra un convoy militar
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