LA HORA DEL RECREO
En términos automovilísticos, es difícil cuestionar aquello de que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte. Por normal general, cada modelo que nace es más rápido, tecnológico, seguro y, por supuesto, respetuoso con el medio ambiente que su predecesor, lo que lleva a muchos conductores a cambiar de coche para disfrutar de uno mejor. Sin embargo, otra buena parte de los aficionados al mundo del motor son más nostálgicos y defienden que tiempos pasados siempre fueron mejores, ya sea porque echan de menos las sensaciones al volante que proporcionan los clásicos o simplemente los diseños de otra época.
Lógicamente, contentar a todos es complicado, pero los fabricantes siguen buscando fórmulas para convencer a los amantes de lo clásico y lo moderno, sobre todo cuando se trata de hacer coches ‘de capricho’ como los que protagonizan estas páginas. Los tres pertenecen al mismo segmento, el de los cupés deportivos biplaza y tracción trasera, pero apuestan por distintas soluciones para lograr el mismo objetivo: asegurar el disfrute al volante. El factor nostálgico también está presente en todos ellos, basta con mirar sus nombres para darse cuenta de que pertenecen a familias de renombre, aunque cada uno rinde tributo al pasado a su manera.
Ejemplo de globalización
El último en llegar es el que menos relación tiene con sus ‘mayores’, de hecho, lo único que comparte con ellos es el nombre y no lo hace estrictamente porque añade la denominación GR para hacer referencia al departamento que lo ha desarrollado: Gazoo Racing. Hablamos del Toyota Supra, uno de los deportivos japoneses por antonomasia, pese a que ahora se haya ‘germanizado’.
Y es que la quinta generación del icono nipón
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