CUANDO CAYÓ LA BOMBA
NUEVE DÍAS DESPUÉS de que lanzaran la bomba sobre Hiroshima, después de que su madre y su hermano de un año de edad murieran y su casa quedara convertida en cenizas, Masaaki Tanabe, de siete años, vio cómo su padre se desvanecía. Sus últimas palabras: “No le veo futuro a un oficial del ejército”. Enemigo implacable de Estados Unidos, el padre de Tanabe murió con su espada al lado. El abuelo de Tanabe quiso conservar la espada de su hijo, pero las fuerzas de ocupación llegaron y se la arrebataron. “Bárbaros”, pensó el joven Tanabe. Estaba decidido a vengarse de Estados Unidos, recuerda. ¶ Entendible. No tenía nada ni a casi nadie. Su casa estaba junto a la Exposición Comercial de la Prefectura de Hiroshima, el hoy icónico edificio con la estructura de su domo expuesta, conservado como un llamado a la prohibición nuclear.
Hoy, a sus casi 80, Tanabe es un hombre apuesto de mentón cuadrado y cejas canas. Es la tradición en persona, con su gris de mangas anchas. También es ingenioso y se sabe adaptar. Se volvió cineasta y estudió gráfica por computadora para poder construir una versión cibernética de la ciudad que la bomba había borrado. El resultado: , una película que incluye entrevistas con sobrevivientes del 6 de agosto de 1945, bombardeo
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