VIAJES
del observatorio Yerkes, escondido a orillas del lago Geneva, en el pueblo de Williams Bay es, sin duda, 1897. La media esfera de metal que sigue rotando está dominada por un enorme telescopio de refracción cuidadosamente pulido; el aparato de 18 metros de largo y seis toneladas cuenta con lentes de un metro en un extremo y un ocular en el otro. Es algo casi absurdamente fantástico. Si un astrónomo o visitante quiere asomarse por aquel ocular, un operador acciona un interruptor y todo el suelo circular del domo (de 23 metros de