El “gusano naranja”, un caos
La advertencia sobre las condiciones de riesgo para los más de 650 mil usuarios diarios de la Línea 1 del Metro –la más antigua del Sistema de Transporte Colectivo (STC) y donde el martes 10 un choque de trenes dejó un muerto y 41 heridos– data por lo menos de hace seis años.
Y aun cuando las autoridades han reconocido la urgencia de modernizar las instalaciones de esa línea del llamado “gusano naranja” –incluso han hecho varios diagnósticos y planes de inversión–, las constantes fallas en el servicio se suman a la saturación de los convoyes, algunos de los cuales están en pésimas condiciones, como lo evidenció el percance de la semana pasada.
El anterior titular del STC, Joel Ortega, renunció al cargo en julio de 2015, luego del aumento de dos pesos en el precio del boleto que entró en vigencia el 13 de diciembre de 2013 y del escándalo por el cierre temporal de la Línea 12 a partir del 11 de marzo de 2014.
Su sucesor, Jorge Gaviño Ambriz, ex-presidente de la Comisión Especial para investigar las fallas de la llamada “Línea Dorada” en la Asamblea Legislativa y militante del Partido Nueva
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