EL CAIRO

SAbROSO CAOS

ara el occidental que pone sus acomodados pies aquí, en una de las megalópolis más pobladas –o, mejor dicho, superpobladasdel planeta, puede que la ciudad se presente hostil o puede que luzca fascinante ante sus ojos. Quizá, en realidad, ambas cosas a la vez. Porque El Cairo es atascos kilométricos y cláxones que nunca cesan, una nube de contaminación que jamás escampa y edificios que parece que se van a desplomar en cualquier momento. Pero también es alegría y alboroto, bazares de película,