La meca sibarita
Sep 01, 2019
4 minutos
Texto Raquel del Castillo
e repente el tiempo se detiene; no es broma, sino sentirse parte de una película en blanco y negro sabiendo que estamos en pleno siglo XXI… la magia francesa es indescriptible. Hay que caminar por sus calles, cruzar sus puentes, voltear al cielo para maravillarse con la arquitectura orgánica, aquella que ha enamorado a generaciones. Y no sólo eso: nos embelesa con sus letras, copas de vino y gastronomía alucinante, desde un croissant en el petit déjeuner a los escargots à la bourguignonne. Confirmo que aquí la vida es en verdad de rosa con todos sus matices. Los sueños están hechos
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