LOS ESPÍAS RUSOS DEL 1 DE OCTUBRE
Prácticamente cada semana surge alguna noticia sobre la injerencia rusa en tal o cual asunto –la mayoría de Estado– de algún país: desde la campaña electoral de su eterno rival, Estados Unidos, para beneficiar, supuestamente, la candidatura del hoy presidente, el imprevisible Donald Trump, a los envenenamientos de antiguos agentes en territorio británico, o la intervención a favor de diversos intereses en la interminable guerra siria. Y es que la contrainteligencia del todopoderoso Putin no le va a la zaga a la que la Unión Soviética desplegó en los largos años de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Son sus herederos, y actúan de la misma forma, aunque aprovechando las ventajas que ofrece la revolución tecnológica.
Allí donde hay inestabilidad política, o elecciones –sean legales o no–, están los rusos para enterarse de todo. Es lo que ha sucedido con la
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