n personaje decisivo en la concepción nacionalista y la forma de actuar del Kremlin en los últimos años es el analista y estratega ruso de convicciones ultranacionalistas Aleksandr Dugin, al que algunos medios han bautizado como «el Rasputín de Putin». Su nombre pasó a ser más) «para salvar la actitud moral de Rusia». Según recoge la BBC, la filosofía política de Dugin se conoce como «eurasianismo» y sostiene que la Rusia ortodoxa no es oriental ni occidental, sino una civilización separada y única, una suerte de imperio eurasiático comprometido en una batalla por el lugar que le corresponde entre las potencias mundiales. Y la principal misión de la nación es, por supuesto, desafiar el dominio de EE UU a nivel global. Dugin fue periodista antes de incursionar en la escena política (lo que hace que conozca bien el poder de la información y la desinformación) y en 1987, durante el segundo Gobierno de Gorbachov, se unió a la organización nacionalista y antisemita rusa Pamyat. En 1991, Dugin conoció al relevante escritor neofascista Aleksandr Prokhanov, con estrechos vínculos con el Ejército ruso. En 1998 cobró aún más relevancia tras su nombramiento como asesor de geopolítica de Gennadii Selezner, presidente de la Duma. Ese mismo año publicó , un texto que aboga por reconstruir el poder del país a nivel mundial y que, según varios analistas, marcó la visión de Putin sobre Rusia y su papel en el tablero internacional. Muy crítico con la OTAN (a la que considera en colapso), considera que «una Ucrania independiente se interpone en el camino para que Rusia se convierta en una potencia transcontinental», palabras que hoy toman un cariz escalofriante.
EL GURÚ DE PUTIN
May 25, 2023
2 minutos
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos