Macao, el hijo obediente de Beijing
BEIJING.– A las ciudades de Hong Kong y Macao las une un viaje de 40 minutos en autobús por el nuevo puente marino, o un traslado de una hora en ferri. De pasado colonial europeo, ambos territorios fueron devueltos por Reino Unido y Portugal a China en 1997 y en 1999, respectivamente.
Sin embargo, ambos territorios son como el ying yang. Si bien la fórmula “un país, dos sistemas” les ha otorgado cierto grado de autonomía y protección de libertades, la situación que viven ambos territorios es de contrastes: por ejemplo, la excolonia británica suma medio año de protestas masivas, mientras en el exdominio portugués se recuerda sólo un conato de violencia, cuando una treintena de personas acudió al Senado y la policía detuvo a siete manifestantes.
Hace dos semanas en Macao, el presidente de China, Xi Jinping, se regaló un baño de pueblo durante la conmemoración del 20 aniversario de su retorno a la soberanía china, y en la ceremonia no faltaron las constantes alusiones para Hong Kong.
“Macao es el capítulo brillante de la fórmula ‘un país, dos sistemas’. La tradición macaense de valorar la unidad debe ser preservada. Un sentimiento de
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