Visión que Transforma
EL CAÑI llegó a mi horizonte a raíz de las recomendaciones de una amiga, quien ya había visitado la reserva un par de años atrás, pero solo por el día, y en una época en la que las nevadas no le permitieron ascender hacia el espectacular mirador principal, desde el cual se puede apreciar los volcanes Villarrica, Quetrupillán, Lanín y Llaima, y los lagos Villarrica y Caburgua.
Aprovechando uno de los fines de semana largos que brindó el calendario en abril, decidí acompañarla en su «revancha», con la intención de acampar unas dos noches, y cómo no, ascender a lo más alto del santuario. Y a pesar de que la previsión del tiempo arrojaba alta probabilidad de lluvias y bajas temperaturas, decidimos seguir adelante con nuestra aventura.
Tras un viaje nocturno en bus desde Santiago, arribamos temprano en Pucón durante una agradable y soleada mañana de día viernes. De inmediato, nos dirigimos a un supermercado a comprar los alimentos que nos faltaban y una infaltable botella de cabernet suavignon, para luego abordar una desdeñada micro rural que nos dejó en el sector de Pichares, a un par de kilómetros de la entrada de la reserva.
UNA INÉDITA HISTORIA DE TRASPASO A LA COMUNIDAD LOCAL
Corría el año 1989, y la inminente adquisición
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