TESTOSTERONA
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Para comenzar a describir esta prueba, tendré que, una vez más, separar lo emocional de lo racional, y desmenuzar el cúmulo de sensaciones y percepciones que tengo de esta motocicleta, lo más objetiva y profesionalmente posible, así que aquí vamos. Se trata de una de las motos que, veamos por donde la veamos, sea por su parte estética o técnica, es en definitiva una de las más atractivas que jamás han existido. Y cómo no iba a serlo, si desde 2016 que la esperamos cuando los de Indian presentaban los primeros bosquejos de lo que sería. Como sea, la espera terminó y el resultado ha sido sublime.
Estéticamente preserva mucho, de hecho bastante de la moto de competición oficial (la FTR750), pero añade detalles muy bien logrados. Como ya muchos de ustedes saben, existen tres versiones: Standard, “S” y RR (Race Replica) que, de hecho, es la versión que tenemos aquí. Caracterizada principalmente por el chasís pintado en rojo quemado, tapas del “depósito” con pintura especial y escape Akrapovic, además de incorporar el instrumento TFT a color que igualmente vemos
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