ENTRE FOGONES Y JARDINES
Monet cultivó durante toda su vida sus tres pasiones: la naturaleza, la pintura y la gastronomía. En el pueblecito normando de Giverny pudo dar rienda suelta a la cocina y el buen comer mientras veía pasar el tiempo en su amado jardín. Era asiduo del mercado y de las granjas familiares que le proporcionaban la posibilidad de seleccionar las mejores materias primas y coleccionaba recetas de todo tipo, que fueron publicadas en su desconocido libro Les cahier de cuisine de Monet. La sopa boullabaise de bacalao de Cezanne, los níscalos con panceta de Mallarmé o los panecillos de Millet eran recetas habituales.
Uno de sus platos favoritos era la becada, un manjar otoñal que se saborea en noviembre con las setas y las castañas. Esta reina de las aves por su exotismo era degustada después de haber reposado dos semanas en la bodega, con cebolleta fresca, foie gras y un viejo y oloroso armagnac. Lo solía tomar siempre el 14 de noviembre, día de su cumpleaños.
FLORES EN LA MESA
La luz, o que descansan en el museo d Orsay de París. Era habitual comer al aire libre, como tantas estampas de pintores impresionistas muestran, entre rododendros, azaleas y magnolias.
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