Eccemas
Y comenzamos con los eccemas: cualquiera que pueda ser el aspecto que ofrezca el eccema, hay algo seguro: el origen de todos los casos de eccema es una condición artrítica. Aunque nos pueda parecer un poco chocante, incluso el asma está en el origen de una manifestación artrítica.
Existen numerosos casos de eccema que, al haber sido mal tratados, ocupándose de los síntomas y no de las causas, han llegado a transformarse en asma, y otros pacientes cuya asma regresa en el momento de desencadenarse un ataque de eccema.
Muchas veces las crisis agudas son positivas, pues la persona que las sufre se da cuenta de la gravedad de su estado y realiza grandes esfuerzos para librarse de su dolencia.
El tratar los casos de eccema exclusivamente con medicamentos tópicos produce un empeoramiento del estado interno, con todas sus consecuencias: envenenamiento de la sangre, asma, desequilibrio nervioso, etc.
PSICOLOGÍA
El eccema es tenaz y resulta difícil de curar, pues el sistema nervioso puede haberse resentido o incluso acomodado a él. Algunas veces sólo se manifiesta después de una crisis psicológica. Si el organismo se adapta a dicho estado, se crea un nuevo equilibrio de carácter inestable, equilibrio que habrá que romper antes de poder volver a un estado normal.
La forma en que aparecen los eccemas es suficientemente conocida, aunque se confunde algunas veces con otros trastornos cutáneos, como erupciones, espinillas, urticaria, impétigo, o incluso psoriasis.
El eccema “rezumante” se caracteriza por una superficie de la piel húmeda y enrojecida; luego se seca, y forma pequeñas costras que se van desprendiendo según se
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