PORTAVOZ DE LA GRACIA

En el corazón del bendito mensaje del Evangelio de la Biblia se encuentran los temas del pecado, la muerte, la santidad de Dios, la justicia, la ira y el sacrificio de sustitución de Jesucristo. Por eso Pablo escribió: "Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras" (1Co 15: 3). Charles Spurgeon presenta este glorioso tema de la sustitución, que proclama el corazón del Evangelio. Arthur Pink nos instruye con respecto al aspecto del pacto de la obra sustitutiva de Cristo. Spurgeon entonces explica magistralmente el Gran Intercambio: el pecado y la culpa del pecador creyente que se impone a Cristo; la justicia de Cristo sobre los pecadores creyentes. Pink luego explica con cuidado cómo la sustitución de Cristo es una obra penal. Octavius Winslow revela cómo la sangrienta sustitución de Cristo logró un perdón completo para su pueblo. Acumulando una Escritura sobre otra, John Owen nos da un estupendo esquema y resumen de la revelación bíblica del sacrificio y la sustitución. Finalmente, Jonathan Edwards engrandece la sabiduría de Dios en la obra vicaria de Cristo. Articles: El corazón del evangelio - Charles H. Spurgeon (1834-1892) - La obra federal de Cristo - Arthur W. Pink (1886-1952) - El gran intercambio explicado - Charles H. Spurgeon (1834-1892) - Un perdón completo - Octavius Winslow (1808-1878) - Satisfacción y sustitución bosquejadas - John Owen (1616-1683) - La sabiduría de Dios en la sustitución de Cristo - Jonathan Edwards (1703-1758) -

No hay camino al cielo sino por JESUCRISTO.I. Por la justificación ante Dios, estamos limpios, libres, o en una condición de salvados, en la aprobación de su santa ley.II. Por la justificación ante los hombres, estamos limpios y libres. Las Escrituras y las buenas obras - Arthur W. Pink (1886-1952) - La Biblia nos ayuda a ver el lugar, la naturaleza, la necesidad y el alcance de las buenas obras. Las buenas obras y los justificados - Horatius Bonar (1808-1889) - Una comprensión correcta de que solo la cruz de Jesucristo puede mantenernos equilibrados en el tema de las buenas obras. La fe que salva y las buenas obras - Ebenezer Erskine (1680-1754) - La relación entre la fe que salva, la obediencia a Cristo y la santidad. Celoso de buenas obras - Thomas Manton (1620-1677) - Describe lo que es el celo bíblico y declara que la muerte de Cristo en la cruz debiera encender un celo ardiente de obediencia en su pueblo. La necesidad de ocuparnos en buenas obras - Ebenezer Erskine (1680-1754) - El ministro del evangelio tiene que ser fiel en proteger la verdad y en exhortar al pueblo de Dios a ocuparse en buenas obras. La mejor manera de motivar las buenas obras y El juicio y la recompensa de los santos - John Bunyan (1628-1688) - La gracia es la mejor motivación para hacer buenas obras. El juicio y la recompensa de los santos - John Bunyan (1628-1688) - A esto le sigue una mirada a la recompensa de nuestras buenas obras en el Día del Juicio. 

¿Qué dice la Biblia acerca del arrepentimiento? ¿Es necesario para la salvación? ¿De dónde viene el arrepentimiento? Estas y muchas más preguntas se responden en esta edición de Free Grace Broadcaster. Ármate con sabiduría para poder examinarte en busca de frutos del arrepentimiento.

La inspirada Epístola a los Hebreos dice: “Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios” (Heb. 10:12). ¡Esta es una declaración sensacional! No podemos leer estas veintidós palabras bajo la iluminación del Espíritu Santo, el estudio diligente y la meditación sin que nuestro corazón se conmueva ni nuestra alma ansíe adorar al Señor. ¡Señor, perdona nuestra falta de entusiasmo! Aquí, en veintidós palabras tenemos el resumen de la obra de Jesucristo, el propósito eterno de Dios manifestado en el Hijo eterno de Dios. Aquí frente a nosotros están las glorias de este hombre Cristo: Cristo el Hijo, Cristo el Mediador, Cristo el Profeta, Cristo el Sacerdote, Cristo el Rey. Aquí está el perdón de los pecados logrado para siempre con “un solo sacrificio”. ¡Aquí está todo lo infinitamente necesario para salvar y preservar al pueblo de Dios por toda la eternidad! ¡Todo! Designado en la eternidad antes de la Creación, enviado al mundo, encarnado por la concepción milagrosa en el vientre de la Virgen, obediente a la Ley, crucificado, resucitado, ascendido al cielo y sentado en glorioso esplendor. Cristo cumplió con su muerte la obra que su Padre decretó antes de la fundación del mundo. Aquí está el Garante, aquí está el Sustituto que vino a morir en una agonía horrorosa en la cruenta cruz del Calvario. Aquí está el que resucitó el tercer día con gran poder y gloria, venciendo a la muerte, al infierno, al mundo y a Satanás. Cada aspecto y cada detalle de todo lo que su Santo Padre le dio para hacer a fin de salvar a su pueblo de la pena, el poder, el placer y la presencia del pecado —todo— Jesús lo logró todo.

El tema de este número de Portavoz de la Gracia es “Consuelo en la aflicción”. Este fue el tema de un Portavoz muchos años atrás. Le hemos quitado el polvo, vuelto a editar y a revitalizarlo porque este tema es una realidad siempre presente para los hijos amados de Dios. A. W. Pink comienza con un artículo sobre Job, el hombre que tanto sufrió: “de él aprendemos tres verdades importantes para recordar en la aflicción”. En un segundo artículo, enfoca la dádiva de Dios al darnos su Hijo: “así como nos dio a Cristo, nos dará libremente todas las cosas”. Charles Spurgeon, quien sabía muy bien lo que era sufrir, nos ofrece dos artículos extensos: en el primero, ofrece consuelo a los sufren distintos tipos de aflicciones; en el segundo, encara la pregunta: “Si Dios me ama, ¿por qué estoy sufriendo?”. James Buchanan nos enseña que la Biblia es un gran consuelo cuando sufrimos. A esto le sigue una colección maravillosa de selecciones del libro The Mute Christian (El cristiano mudo) por Thomas Brooks. Por último, Octavius Winslow nos ayuda a comprender que el Señor Jesucristo es nuestra fuente de consolación. “¿Está alguno entre vosotros afligido?”. Querido lector, siga el consejo de Santiago: “Haga oración” (Stg. 5:13). Luego dedíquele un tiempo a esta edición de Portavoz de la Gracia, atendiendo los consejos centrados en Cristo de hombres sabios que comprendían el consuelo en la aflicción.

La Palabra de Dios declara: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Ti. 2:15). Todo lo que ha hecho Dios para salvar a su pueblo de sus pecados en la Persona y obra de su Hijo se resume en la palabra mediador. Esta se refiere a las glorias del Cristo que es nuestro Profeta, Sacerdote y Rey. Cristo el Mediador era en un tiempo una expresión común entre el pueblo de Dios y un tema frecuente de sermones y libros entre los pastores. El puritano Thomas Goodwin escribió un tomo entero sobre el tema. En cambio, esto no sucede en el cristianismo actual. En vista de esto, estoy considerando la posibilidad de dedicar un número entero en los próximos años a cada oficio de Cristo: Profeta, Sacerdote y Rey. ¿Para qué? Para que los hijos de Dios amplíen su comprensión de la gracia y el conocimiento de nuestro Señor. El anhelo de nuestro corazón es que todos nuestros lectores adoren y sirvan a Jesucristo con un fervor siempre creciente al disfrutar de su Persona y su obra. De la misma manera, porque tantos predicadores leen el Portavoz, ansiamos ver a una generación nueva de predicadores y maestros que proclamen las glorias de esta gran salvación a través del único Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. Quiera el Señor, nuestro Dios soberano, usar esto para inspirar a muchos de ustedes a predicar una serie sobre este tema tan importante.

¿Qué es “santificación”? ¿Es una cualidad o posición? ¿Es la santificación algo legal o experimental? Es decir: “¿Es algo que el creyente tiene en Cristo o en él mismo? ¿Es absoluta o relativa?”. Con lo que queremos decir: “¿Incluye niveles o no? ¿Es invariable o progresiva?”. “¿Somos santificados en el momento que somos justificados o es la santificación una bendición posterior? ¿Cómo se obtiene esta bendición? ¿Por algo hecho para nosotros o por nosotros, o ambos? ¿Cómo podemos saber que hemos sido santificados o cuáles son las características, las evidencias, los frutos?... ¿Santificación y purificación son la misma cosa? ¿Tiene la santificación relación con el alma, el cuerpo o ambos? ¿Qué posición ocupa la santificación en el orden de las bendiciones divinas? ¿Cuál es el nexo entre regeneración y santificación? ¿Cuál es la relación entre justificación y santificación?... ¿Cuál es, exactamente, el lugar de la santificación con respecto a la salvación?, ¿la precede o le sigue? ¿O es una parte integral de ella? ¿Por qué hay tanta diversidad de opiniones sobre estos puntos, tanto que, si acaso, hay dos escritores que traten este tema de la misma manera? Nuestro propósito aquí no es, simplemente, multiplicar las preguntas, sino indicar las muchas facetas de nuestro tema…" La gran importancia de nuestro tema es evidenciada por la prominencia que le dan las Escrituras: Las palabras santo, santificado, etc., aparecen cientos de veces.

Narrado por Reynaldo infante: Comunicador dominicano con más de 20 años de experiencia en los medios de comunicación, radio y televisión.. Más adelante, como presentador de televisión, tuvo a su cargo el horario estelar de uno de los canales de noticias más importantes del país, así como múltiples coberturas televisivas de los eventos más relevantes de la sociedad dominicana, y varias coberturas internacionales con enviados especiales. Varias veces nominado a los premios Soberano y Micrófono de Oro, fue el Ganador de los Premios Casandra como Locutor del año 2008 y Micrófono de Oro en 2010, en la categoría de Locutor de Noticias en TV.  El cristiano es el único que puede mortificar el pecado - Horatius Bonar (1808-1889) - Las gentes de todo tipo tratan de dejar de pecar, pero el creyente es el único que puede realmente mortificar su pecado, y esto a través de la Cruz de Jesucristo. La doctrina de la mortificación - Arthur W. Pink (1886-1952) - Una vista panorámica de la enseñanza bíblica sobre la mortificación y el llamado a la santidad. Naturaleza de la mortificación - John Flavel (1630-1691) - Una descripción de lo que no es y lo que es la mortificación. ¿Mortificación por el evangelio o por la ley? - Ralph Erskine (1685-1752) - En la batalla crucial contra el pecado que mora en él, el creyente tiene que usar las armas del evangelio. Mortificando el pecado por el Espíritu Santo - David Martyn Lloyd-Jones (1899-1981) - Es imposible lograr la mortificación por el poder de la carne; el creyente tiene que contar con el poder del Espíritu y un entendimiento de la unión con Cristo. Directivas para la mortificación - John Owen (1616-1683) - Peligros de no mortificar el pecado - Ezekiel Hopkins (1634-1690) - ¿Cómo puedo saber si estoy en un estado de mortificación? - Christopher Love (1618-1651) Identificando los deseos carnales más queridos - Benjamin Needler (1620-1682)