Pues ya pasaron 48 horas de que Marko Cortés, el presidente del PAN, anunciara con bombo y platillo que los aspirantes tendrán que conseguir 1 millón de firmas y todavía no baja el repudio por parte de los propios panistas ante este asunto, porque los principales analistas han dicho que esto es una garantía de que el PAN va a perder. Muchos panistas, uno de ellos muy respetado, Damián Zepeda, que fue el dirigente del partido, también dice que esto es una reverenda jalada, jalada y que es también una receta para perder.
Lo curioso del asunto es que parece ser que ahora sí que “a chillidos de marrano, oídos de carnicero” está aplicando Marko Cortés, que en lo personal me cae bien el cuate es buena onda, es de los pocos que me contestan los whatsapps de verdad, tarde, pero lo hace. El caso radica en que en que sorprende que Marko Cortés no haya salido a orientar o por lo menos apaciguado, a buscar paz dentro de las filas de los panistas.
Y es que es una reverenda salvajada lo que está pidiendo a quienes busquen la candidatura. ¿Conseguir 1 millón de firmas?. Ah, la fregada. Cuando el PAN solamente tiene 300.000 afiliados, espérame tantito. Sinceramente se antoja como una especie de receta para hacer que nadie termine por ser candidato del Partido Acción Nacional. Eso es, por un lado y por otro lado déjeme decirle la alianza, la del PAN, del PRI y del PRD, pues prácticamente está a un tris de resquebrajarse.
Pareciera ser que entonces esta petición salvaje de 1 millón de firmas o 1 millón de adhesiones es una estrategia para aguantar todavía más tiempo en el sentido de “espérenme tantito, porque la cosa no va por ahí”. Así pues, Santiago Creel y Lilly Téllez podrán seguir esperando a ver cuándo los llaman. Mientras tanto, los van a entretener con ese asunto de conseguir 1 millón de firmas cada uno para ver.
A ver quién pudiera ser aspirante, pero lo que también queda bastante claro es que no le está interesando en realidad participar en la contienda electoral del 2024, porque esto está haciendo perder tiempo en donde más se necesitaba a la oposición, que era precisamente ya no en cuestionar a López Obrador. De eso se están encargando los medios de comunicación y el propio López Obrador también, sino más bien en buscar justamente la reconciliación con el electorado que los abandonó.
A ver, hoy por hoy, y aunque nos arda el hocico reconocerlo, López Obrador supo aquilatar un repudio generalizado a los partidos y en seis años no se recuperó. En seis años, en cuatro años, con nueve meses eso no se revierte. La gente, la gente sigue odiando a los partidos políticos. Y el PAN y el PRI y el PRD representan precisamente a los partidos políticos que la gente tanto odia.
¿No deberían de estarse abocando más bien a reconciliarse con la gente? O es más, incluso ¿abrirse a la gente para entonces ver a ver qué fuerte candidato o candidatos pudieran salir de la propia sociedad civil para buscar justamente esa reconciliación que nadie está emprendiendo?.
Digo... es idea, pero por lo pronto queda bastante claro, y por eso ayer me reclamaron en TikTok un montón de gente: “¿Por qué dices que va a ganar Morena?”.
Pues por eso.



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