7 min de escucha
El monolito de Tasmania y los pilares de Enoch
El monolito de Tasmania y los pilares de Enoch
valoraciones:
Longitud:
9 minutos
Publicado:
21 feb 2022
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
En las últimas semanas, a través de diferentes medios de comunicación, recibimos la noticia de que, en Tasmania, los científicos están a punto de construir una caja enorme e indestructible, de paredes de acero y dotado de paneles solares y baterías a modo de caja negra donde se registrarán eventos y acciones relevantes de cara a un posible colapso de nuestra civilización.
La remota isla de Tasmania ha sido elegida por su estabilidad geológica y política, y la idea es dejar un legado de conocimiento para aquellos que sobrevivan a una posible catástrofe ambiental, sanitaria, un evento imprevisto, en fin… cualquier evento que pueda hacer colapsar complemente nuestra actual forma de vida en este planeta.
Este proyecto se suma a otro que ya es bastante conocido, el banco global de semillas de Svalbard, en Noruega, también conocido como la “cámara del fin del mundo”, que fue inaugurada en 2008 a fin de salvaguardar toda clase de semillas de cualquier clase de catástrofes.
La bóveda de semillas está construida a 125 metros de profundidad en una ladera en la isla noruega de Spitsbergen. Sus paredes de hormigón armado de acero, de un metro de espesor, sus puertas a prueba de explosiones y sus compartimentos aseguran que algunos tipos de semillas -vitales para la supervivencia humana- puedan conservarse durante más de un milenio.
En la medida que la sociedad se vuelve más y más compleja, y se generan de forma natural o artificial conflictos sociales, divisiones y separatividad, y la tecnología, en lugar de traer más soluciones trae más problemas, en una civilización que tiene una tendencia patológica a la autodestrucción, no es raro que percibamos que ese futuro distópico que vimos en las películas y en otras obras de ficción está cada vez más cerca. La pandemia ha venido a reforzar esa idea, generando miedo en las masas aborregadas, un miedo que los amos de la caverna aprovechan para aplicar las más refinadas técnicas de control social.
La remota isla de Tasmania ha sido elegida por su estabilidad geológica y política, y la idea es dejar un legado de conocimiento para aquellos que sobrevivan a una posible catástrofe ambiental, sanitaria, un evento imprevisto, en fin… cualquier evento que pueda hacer colapsar complemente nuestra actual forma de vida en este planeta.
Este proyecto se suma a otro que ya es bastante conocido, el banco global de semillas de Svalbard, en Noruega, también conocido como la “cámara del fin del mundo”, que fue inaugurada en 2008 a fin de salvaguardar toda clase de semillas de cualquier clase de catástrofes.
La bóveda de semillas está construida a 125 metros de profundidad en una ladera en la isla noruega de Spitsbergen. Sus paredes de hormigón armado de acero, de un metro de espesor, sus puertas a prueba de explosiones y sus compartimentos aseguran que algunos tipos de semillas -vitales para la supervivencia humana- puedan conservarse durante más de un milenio.
En la medida que la sociedad se vuelve más y más compleja, y se generan de forma natural o artificial conflictos sociales, divisiones y separatividad, y la tecnología, en lugar de traer más soluciones trae más problemas, en una civilización que tiene una tendencia patológica a la autodestrucción, no es raro que percibamos que ese futuro distópico que vimos en las películas y en otras obras de ficción está cada vez más cerca. La pandemia ha venido a reforzar esa idea, generando miedo en las masas aborregadas, un miedo que los amos de la caverna aprovechan para aplicar las más refinadas técnicas de control social.
Publicado:
21 feb 2022
Formato:
Episodio de podcast
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