Fuente: Blog de Luis Bermejo - Luis Bermejo - Consultor SEO/SMO - Podcast e-Moción
Sin duda algo que siempre nos trae de cabeza es la tentación de hacer algo. También es cierto que normalmente la tentación nunca viene sola, sino que suelen venir acompañadas de otras tentaciones. Sin duda hacen una buena pandilla. Esto lo sabe bien una conocida marca de un producto en cuya publicidad reza “no podrás comer sólo una“.
La tentación conforma en el catolicismo, y probablemente en todas las religiones, lo que se denomina un pecado venial, aunque claro, ya dependerá de lo estricto que se mida, que la tentación podría tornarse un pecado absolutamente mortal de necesidad.
De manera que la tentación de comernos un dulce, puede que sea una venialidad, aunque también puede ser por lo que se llama hambre, gusanillo o “gusa“. Puede que un dulce no sea ni siquiera consideración de pecado venial, pero diez, aparte de poderte dar un empacho, ya es gula,  que ya se convierte en un pecado capital, creo, pero de los que debes confesar si es que quieres comulgar, pues si comulgas sin confesarlo, estás condenado al sufrimiento eterno.
Evidentemente otra tentación puede ser, como cuenta nuestra historia, entre otras, el darle una patada al perro del vecino que nos gruñe y ladra cada vez que nos oye pasar… Pobre animal, el maltrato animal es condenable y no debería hacerse, quizás la patada deba llevársela el dueño por no enseñar a su perro quienes son los (buenos) vecinos, en cuyo canso también sigue siendo pecado, ya que no está bien eso de agredir a alguien, sino que debemos poner la otra mejilla… Quizás sea mejor darle un buen filete al perro cuando nos lo crucemos en el portal, así nos olerá y dejará de reñirnos, pero nos saldrá cara la cosa, porque para los tiempos que corren, el filete mejor nos lo comemos nosotros.
También está la tentación del sexo, ésta no se si es venial o mortal, hace mucho que no repaso el Catecismo y la tengo olvidada, pero creo que buena no es, aunque nos lo pasemos tan bien, y si encima es adulterio, creo que es mortal de necesidad… No se si será mortal, pero lo que te entra por el cuerpo cuando te son infiel, si que duele… Y encima, aléjate del adúltero ó adúltera, porque si ha probado la miel, seguro que repite.
Pero a veces, quizás el esfuerzo de resistirse, tenga un premio, y ese premio puede que nos llegue antes de lo que pensamos, es decir, no cuando abandonemos este mundo, sino antes. ¿Será posible? ¡Oigámoslo!
La Tentación

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114. La tentación es original de Luis Bermejo Jiménez para Blog de Luis Bermejo