El consejo que tengo preparado para ustedes el día de hoy, puede ser o muy fácil o muy difícil de llevar a cabo dependiendo de tu personalidad. Pero sin duda, es algo que todos los padres debemos hacer. Hay un par de aspectos en los que me ayudó mucho y quiero compartirlos con ustedes. Los que me conocen, o han estado conociéndome a través de estos programas, saben que soy una mamá un poco controladora y cuidadosa, lo cual me lleva con frecuencia a preferir evitar cosas que expongan a mis hijos, o a mí misma. Asi que, por lo regular, razones para decir que no me sobran, pero he aprendido a pensar en lo que yo como niña hubiera querido, y en que todas esas razones que como mamá yo tengo, en cierta forma son egoístas, porque se tratan de mí, no de ellos. Así que, revisé nuevamente mis opciones y decidí que por los siguientes 10 a 15 años, era más valioso lo que ellos podían disfrutar y recibir de mi respuesta afirmativa, que lo que yo podía disfrutar y recibir de mi respuesta negativa. Sigue habiendo ocasiones en las que debo decir que no por diversas circunstancias y ellos han aprendido a respetar y aceptarlo sin chistar. Ellos saben y tienen la confianza de que siempre que pueda voy a decir que sí, porque habrá ocasiones en las que tendré que decir que no. Saber eso y confiar en ese acuerdo que tenemos alimenta su corazón.