No tengas miedo de parecer mala, dura o insensible. Si has sembrado correctamente solo lo dirán para quebrarte, no lo sentirán realmente ¡No caigas!… Los hijos pueden ser muy hirientes cuando se lo proponen, y los adolescentes en especial. Una de sus armas más letales y poderosas son las palabras de desaprobación o rechazo, saben lo importante que es para nosotros como padres saber que estamos haciendo buen trabajo, y hacernos sentir lo contrario puede ser muy útil para sus propósitos. Nuestro trabajo no es caerles bien a nuestros hijos, ni lograr que ellos nos quieran,  eso va a ser una consecuencia de que hagamos una buena labor, y tal vez no sea un fruto temprano en algunos de los casos. Lo importante aquí, es entender que, en este caso el orden de los factores SI ALTERA EL PRODUCTO, porque si nos ocupamos primero de caerles bien y de que nos quieran y piensen bien de nosotros, eso no va a traer por consecuencia que seamos buenos padres, por el contrario, dañará tremendamente el diseño original de Dios para esa relación tan única y especial que desarrollan los padres y los hijos.