Dedicamos este nuevo episodio a analizar las tareas que conlleva el trabajo previo a un entrenamiento, un partido o una temporada.
Pero antes de conocer al equipo, el club, los compañeros de grupo debes conocerte a ti mismo, saber donde están tus límites y cómo de grande es tu pasión por este deporte. ¿Estás dispuesto a asumir el compromiso de pertenecer a un equipo? ¿Qué quiero transmitir como entrenador? ¿Qué objetivos tienes? ¿Sabes los esfuerzos necesarios que conlleva plantearse esos objetivos? Tanto entrenadores como jugadores deben realizar una labor diaria antes de entrar a la pista. La constancia en los buenos hábitos es necesaria.
Hay factores comunes a entrenadores y jugadores:

Entrega desinteresada. Hacer lo que sea necesario por el grupo a pesar de que individualmente se consigan mayores o menores logros.
Cohesión. Lealtad por el equipo.
“Química”. Interacción entre las personas que forman el grupo y no  solo con aquellos con los que tengas mayor afinidad.
Compromiso y constancia.
Respeto. Fundamental. De todos hacia todos.
Afectividad. Conseguir que el trabajo transcienda a niveles emocionales.

Como dijo Pau Gasol el día de su retirada como jugador: "nada merece la pena si no formas parte de un equipo". Esta premisa debe estar presente en los días buenos y mucho más en los malos. En los momentos malos es cuando debe aparecer el compromiso.