18 de noviembre | Nueva YorkHola, maricoper. Este miércoles estuve en el late night de Stephen Colbert que se graba por las tardes en el Ed Sullivan Theatre de Nueva York, cerca de Times Square. Adam Driver y America Ferrara eran los invitados de la cita. Ha sido una gran experiencia ver que se confirmaban mis sospechas: Colbert es una persona encantadora y Jon Batiste sabe cómo conquistar al público a base de música. Also, Driver es muy listo.Ah, y la foto de Wenta ya-no-lesionada prometida:Bienvenido a La Wikly diaria, una columna de actualidad y dos titulares rápidos para pasar el resto del día bien informado.La Wikly es una newsletter joven e independiente que se mantiene con el apoyo de los suscriptores. Súmate al proyecto:Leer esta newsletter te llevará 6 minutos y 56 segundos.Historias de Twitter para sacar lagrimitas. Bienvenido a La Wikly.? Destruir la representaciónPor Emilio DoménechLo importante: la legislatura de mayoría republicana en Georgia tiene previsto aprobar mapas de distritos congresuales que cimentarían la superioridad del partido en la delegación del estado en Washington D.C.Si no has entendido nada, no te preocupes que lo intento explicar.Contexto: en Estados Unidos, cada estado tiene un número de distritos congresuales acorde al número de habitantes que vivan dentro de sus fronteras. A más personas, más distritos y por tanto más congresistas que representarán a ese estado en D.C.En concreto, en la Cámara de Representantes. En el Senado, cada estado tiene dos senadores y punto, por muy grande que sea.Cada 10 años, se hace un censo de la población estadounidense para determinar cómo ha cambiado la población en ese periodo. Que un estado gane más habitantes que otro puede significar la ganancia de un escaño para ese estado —y la pérdida para el otro.Operación matemática: la Cámara de Representantes tiene 435 distritos. Calculas toda la población de EE.UU. con el censo, la divides por 435 y te sale el número de personas que deben vivir en cada distrito. A más población tenga un estado, más distritos para poder meter a ese número de personas.Pero eso no es lo que ha pasado en Georgia, que mantiene los 14 distritos que ya tenía tras el censo del año 2010:Ojo: mantener escaños no exime al estado de redibujar los mapas de los distritos. Es decir, de dibujar fronteras de distritos para recoger en cada uno de ellos al mismo número de personas.Pero si en 10 años ese mismo estado sufre cambios poblacionales dentro de sus fronteras, entonces deberá dibujar distritos que repartan a sus ciudadanos de forma acorde a lo determinado por el censo (la operación matemática).Explícamelo: lo que han hecho los republicanos en Georgia es redibujar los distritos de tal forma que algunos de ellos tengan más votantes republicanos de cara a unos mejores resultados electorales en las elecciones de la próxima década. Es un fenómeno conocido popularmente como gerrymandering.Y ningún ejemplo es tan bueno como el del distrito 6 de Georgia, que en la era Trump se convirtió en un campo de batalla carísimo para todos los jugadores políticos implicados en la contienda.El distrito 6 de Georgia estuvo representado por republicanos desde 1978, cuando lo ganó Newt Gingrich, un republicano que acabaría siendo Presidente de la Cámara de Representantes. Pero la era Trump cambió el panorama.Por contextualizar: el 6 de Georgia incluye partes de los condados de Cobb, Fulton y DeKalb, todos al norte de Atlanta. Es generalmente una región repleta de suburbs ricos. Podría decirse que tiene partes bastante pijas:Con la era Trump, esos suburbs ricos que durante décadas habían sido bastión republicano empezaron a desertar hacia el bando demócrata. Es algo que se vio en todo el país, pero ningún ejemplo resonó más que en el 6 de Georgia.En 2017, el congresista republicano Tom Price abandonó su escaño para ser Secretario de Sanidad y Servicios Humanos, dejando hueco para que la excandidata senatorial republicana Karen Handel se presentara para sustituirle.