29 de junio | Nueva YorkJusto como me los esperaba. Bienvenido a La Wikly.Leer esta newsletter te llevará 6 minutos y 24 segundos.?? Elige tu aventuraPor Emilio DoménechLo importante: varios grupos demócratas están apostando recursos en las campañas primarias de candidatos de extrema derecha que creen que serán más fáciles de derrotar en noviembre. La apuesta en es un juego peligroso que podría tener consecuencias atroces para la democracia estadounidense.Especialmente, en un contexto en el que Donald Trump y sus principales aliados políticos han dejado claro que habrían revertido los resultados electorales de 2020 pese a la falta de pruebas sobre un fraude electoral nunca demostrado.Explícamelo: este martes, dos primarias republicanas dejaron ver las iniciativas demócratas que pretenden aupar a candidatos extremistas.En Illinois, el gobernador demócrata J.B. Pritzker y la Asociación de Gobernadores Demócratas se han dejado decenas de millones de dólares en atacar al alcalde de Aurora, el moderado Richard Irvin, y en ayudar al senador estatal de extrema derecha Darren Bailey, apoyado por Trump este pasado sábado cuando ya lideraba las encuestas. Bailey se enfrentará a Pritzker en noviembre.En Colorado, el grupo demócrata del estado invirtió 4 millones de dólares en impulsar la carrera del congresista estatal Ron Hanks, impulsor de las teorías de la conspiración de las elecciones de 2020 que asistió a las manifestaciones del 6 de enero en el Capitolio, para que pudiera ganar al empresario Joe O’Dea, un rival más difícil para el senador demócrata Michael Bennett que los demócratas también atacaron. O’Dea se enfrentará a Bennett en noviembre.Existen otros ejemplos con resultados dispares de hace unas semanas:En Pennsylvania, grupos demócratas lograron que los votantes republicanos nominaran al candidato a gobernador Doug Mastriano, otro aliado de Trump e impulsor de las teorías de la conspiración del fraude electoral no demostradas de las elecciones de 2020.Y en California, grupos demócratas también invirtieron dinero para descarrilar la reelección del congresista David Valadao, uno de los pocos republicanos que votaron a favor del segundo impeachment de Trump.Contexto: la inspiración de los demócratas se remonta a las elecciones generales de 2012, cuando la senadora Claire McCaskill de Missouri invirtió recursos en potenciar la campaña del candidato extremista Todd Akin contra el que terminaría ganando de paliza.Curiosamente, ahora se hace impensable que un demócrata gane una carrera estatal como la que logró McCaskill aquel año. En 2018, la derrotó el actual senador republicano Josh Hawley, uno de los que abogó por revertir los resultados electorales en la cámara alta en 2020. El del puñito.¿Y ahora? Todavía es pronto para concluir si la estrategia de los demócratas dará sus frutos en noviembre, pero el año se presenta fatídico para el partido. La inflación está disparada, la popularidad de Biden está por los suelos y la incertidumbre económica para los próximos meses es máxima.Si alguno de los energúmenos que han impulsado termina llegando a una posición de poder, sea la gubernatura en Illinois o en Pennsylvania, parte de la culpa la tendrán ellos.Más información en The New York Times.? Mapas de SCOTUSLo importante: el Tribunal Supremo de Estados Unidos restableció el martes un mapa congresual federal del estado de Louisiana después de que una corte inferior lo bloqueara porque había determinado que violaba la Ley de Derechos Electorales.Contexto: la Ley de Derechos Electorales de 1965, amparada en la 15ª Enmienda, es la legislación federal que prohíbe expresamente las prácticas discriminatorias a la comunidad afroamericana en el contexto del derecho al sufragio.En el caso del mapa originalmente bloqueado en Louisiana, solo uno de los seis distritos está formado mayoritariamente por ciudadanos negros, mientras que aproximadamente uno de cada tres ciudadanos del estado son negros. Ergo, hay una desproporción que iría en contra