Si no se gestionan adecuadamente los excrementos de nuestras mascotas, estos pueden ser peligrosos para niños, ancianos y personas vulnerables. Así lo descubrió Adriana Bedoya, una emprendedora antioqueña, luego de que su hija estuviera a punto de morir por culpa de una bacteria transmitida por el excremento de su perro. Adriana, con una postura resiliente frente a esta situación tan desafiante para su familia, decidió crear Ecopoop, una empresa B que transforma residuos peligrosos en vida, protegiendo la salud de las personas y el planeta.