Antes de encarnar nuestro espíritu, afrontó la tarea de dar vida a nuestro envase corporal, recordando el propósito por el cual el alma lo puso en este lugar.
Aunque muchas veces nos desviamos del camino, cuando llega el momento adecuado o la vida nos saca de la zona de confort, comprendemos que nada nos vamos a llevar, y en ese instante se transforma nuestra realidad. 
Eres un ser muy especial, muchas veces identificado con tu personalidad, tus posesiones o las percepciones de tu funda carnal, pero la llama sigue latente, esperando a que la puedas vislumbrar y es en ese momento, cuando recuerdas tu divinidad.
La misión de este humilde servidor, es ayudar a que los seres recordemos, de donde hemos venido, cuál es nuestra naturaleza y a donde regresaremos al final, de esta gran aventura a la que llamamos vida en la humanidad.

Mi alma saluda a tu alma...