3. Aprende a elegir tus amistades.

Pienso que cada uno de nosotros puede llegar a ser el mejor amigo de sí mismo, o por el contrario, el peor enemigo. Esto, en gran medida, dependerá de si nos amamos y aceptamos correctamente, o si nuestra vida interior se alimenta de los complejos y los traumas no resueltos. Si puedes relacionarse adecuadamente contigo mismo, podrás relacionarte con los demás generando vínculos auténticamente sanos y sanadores.
En el momento de aceptar a alguien como amigo, con todo lo que esta palabra implica, pídele al Señor discernir al verdadero amigo, de aquel que se acerca sólo para obtener un provecho personal.
Hay personas que, con sus palabras y su cercanía, te elevan y te ayudan a crecer y a renovarte, y otra que, en cambio, te hunden en emociones negativas y desesperanza.
Aprende tanto de una como de otra, pero mantente cerca e imita sólo a las primeras.

? Tito 1, 10 - 11: Son muchos, en efecto, los espíritus rebeldes, los charlatanes y seductores, sobretodo, entre los circuncisos. A esos es necesario taparles la boca, porque trastornan a familias enteras, enseñando lo que no se debe, por una vil ganancia.

Padre Gustavo E. Jamut