Nadie es profeta en su tierra.

1) Decir las cosas: cuán importante es decir las cosas, en su tiempo y forma. Aprender a expresar lo que estás sintiendo y lo que estás viviendo, mostrando claramente tus intenciones y tus propuestas; sabiéndote necesitado del otro, pero también llamado a iluminar a los otros. Cuántas veces tenemos miedo al qué dirán o a que se enojen con nosotros. Vos y yo queremos dar lo mejor y darnos de la mejor manera, pero debemos buscar ese expresar. Si te ayuda, consulta antes con alguien para ver si conviene o no decir las cosas. 

2) Alguien más: hay veces que nos quedamos más con el mensajero que con el mensaje, miramos más al cartero que la carta que trae. Es por ello que el prejuicio nos afecta mucho a todos y nos lleva a olvidarnos de la importancia de ese amor de Dios que nos sana y nos llena. Fíjate si miras más a quién te dice las cosas que a lo que te dice.

3) Buscan liquidarlo: hay veces que queremos liquidar a quien nos dice las cosas o nos corrige. No nos damos cuenta de que así logramos que nadie nos diga las cosas y lo único que logramos es vivir en una burbuja. Hoy pedí a Dios paz y la capacidad de escuchar a quien te quiere corregir. 
Hoy se celebra el día de la mujer, un saludo grande a cada una y siempre sigan ese modelo de María, una mujer que habla y escucha desde el corazón

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