Vivimos en la actualidad tiempos de una crisis colectiva a través de la pandemia, pero también vivimos frecuentemente crisis personales. Es natural que de pronto nos podamos sentir paralizados y a la espera de que todo pase para retomar nuestra vida. Eso está bien cuando las cosas son repentinas y fugaces. ¿Pero qué sucede cuando la crisis es importante y sus efectos se prolongan en el tiempo alterando profundamente nuestra forma de vida? Quedarse esperando a que la crisis pase sin actuar, nos hace dependientes de lo incierto.  Considero que es muy buen tiempo para reflexionar cómo podemos aprovechar estas experiencias y poner manos a la obra; no necesariamente para salir de ellas, si esto no es posible, sino para actuar y retomar el control de nuestras vidas a pesar de la situación. Vamos; los invito a reflexionar.