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Cómo ser exitoso en el mundo de hoy
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Libro electrónico207 páginas2 horas

Cómo ser exitoso en el mundo de hoy

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DESCUBRE LAS CLAVES PRINCIPALES PARA LOGRAR EL ÉXITO EN LA VIDA Y LOS NEGOCIOS
Absolutamente todos, sin importar las circunstacias, podemos llevar una vida feliz y exitosa. A diferencia de lo que muchos piensan, los logros tienen más que ver con las habilidades interpersonales que con la educación, la experiencia o la capacidad técnica. Este fue uno de los descubrimientos centrales para Dale Carnegie, quien, para llegar a esta conclusión, se dedicó muchos años a estudiar las habilidades de los líderes empresariales más relevantes de su época.
Hoy en día, sus enseñanzas siguen vigentes y nos ayudan a conducirnos en el mundo actual. En estas páginas aprenderemos a:
• Pensar positivamente sobre nosotros mismos
• Causar una impresión duradera
• Desarrollar una personalidad ganadora
• Usar nuestro tiempo con inteligencia
• Tener confianza en nosotros e infundirla a los demás
• Compartir de manera eficiente nuestras ideas
Gracias a los aprendizajes contenidos en este libro, podremos convertirnos en líderes atractivos, oradores poderosos, profesionales seguros de sí mismos y personas capaces de influir en los demás.
IdiomaEspañol
EditorialDEBOLSILLO
Fecha de lanzamiento13 jun 2023
ISBN9786073834094
Autor

Dale Carnegie

Dale Carnegie (1888-1955) dispensa apresentações. Nascido e criado no Missouri, EUA, foi uma das figuras mais importantes no campo da literatura de desenvolvimento pessoal e profissional. Como fazer amigos e influenciar pessoas, com mais de 15 milhões de exemplares vendidos em todo o mundo, foi o primeiro de muitos livros que escreveria com o intuitode ajudar as pessoas a tornarem-se a melhor versão de si e a conseguirem uma vida melhor. A arte de comunicar com sucesso é um desses livros, que já inspirou milhares de pessoas a melhorarem as suas competências de comunicação e a alcançarem o sucesso pessoal e profissional que tanto desejam e merecem. A sua obra é, ainda hoje, uma das mais impactantes nas vidas de leitores de todo o mundo.

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    Cómo ser exitoso en el mundo de hoy - Dale Carnegie

    PRIMERA PARTE

    PIENSA EN POSITIVO ACERCA DE TI MISMO

    Absolutamente todos, sin importar sus circunstancias, pueden llevar una vida feliz y exitosa. Todos pueden disfrutar de una caminata en la mañana al saber que tendrán un día dichoso e inspirador. Esto quizá suene como una tontería, pero es verdad.

    Antes que nada, en el núcleo de nuestras relaciones con los demás está nuestra relación con nosotros mismos. Por simplista que pueda parecer, adoptar una actitud positiva es el primer paso esencial para lograr nuestra propia felicidad, y para la manera en que nos presentamos ante los demás y cómo nos perciben.

    En la primera parte de este libro, Carnegie comparte sus discernimientos sobre cómo pensar en positivo acerca de nosotros mismos. Sabía que aceptarnos a nosotros mismos y fomentar a la persona en la que podemos convertirnos son los cimientos sobre los que construimos la vida que queremos.

    CAPÍTULO 1

    PIENSA Y ACTÚA EN FORMA POSITIVA

    Es evidente que el poder del pensamiento positivo para afectar de manera drástica nuestra vida no es una idea nueva: todos la han propuesto, desde quienes escribieron la Biblia hasta Shakespeare, e incluso hasta nuestros días. Es un precepto fundamental del budismo: controlar nuestros procesos de pensamiento es la esencia de la práctica budista. La mente lo es todo —dijo Buda—. Te conviertes en aquello que piensas.

    Es posible que nos inclinemos a dudar de la verdad sobre el poder que tiene la mente para moldear nuestra vida y quizá prefiramos atribuir nuestro éxito o felicidad a las circunstancias: ¡Tuve malos maestros y nunca aprendí a leer bien!. Mi padre me maltrataba y por eso ahora me da miedo y me enojo. Tal vez nuestras circunstancias sean difíciles, pero la manera en que respondemos a ellas se encuentra en el centro de nuestras experiencias y expectativas de todos los días. Si pensamos: Tengo una aguda capacidad de comprensión y puedo dominar el tema de la economía o Soy una persona confiada y amorosa, en realidad podemos empezar a tener logros académicos o confianza.

    Es probable que el temor derrote a más personas que cualquier otra limitación en la vida. Mucha gente piensa que nació temerosa, pero los experimentos psicológicos prueban que un bebé nace con temor a solo dos cosas: los ruidos intensos y la sensación de caída. Todos los demás temores los adquiriste o desarrollaste solo. Así que si tú los desarrollaste, tú puedes liberarte de ellos si en realidad lo quieres.

    ¿Puedes hacerlo? ¿Quién te lo impide? Nadie más que tú mismo. ¿Dónde están esos miedos que tienes? ¿Alguna vez te detuviste a pensar en eso? No existen en ninguna otra parte que no sea tu mente. No tienen posibilidad de existir en ninguna otra parte y yo te voy a decir cómo expulsarlos de tu mente.

    Te voy a sugerir cuatro cosas que puedes usar para conquistar un complejo de inferioridad, destruir el temor y desarrollar valor y confianza en ti mismo.

    Cuatro pasos para la confianza en uno mismo

    Deja de pensar que eres tímido o cohibido.

    Actúa como si fuera imposible fracasar.

    Interésate en otras personas.

    Haz aquello que te provoca miedo.

    ¿Quieres ser valiente? Muy bien. Primero, sé valiente. Empieza ahora mismo. Sal de tu casa con la frente en alto, la cabeza bien erguida y una canción en tu corazón.

    Segundo, actúa como si fuera imposible fracasar. Uno de los libros más populares en la década de los años treinta fue ¡Despierta y vive!, de Dorothea Brande, y la esencia de su libro era: Actúa como si fuera imposible fracasar. Recuerda que el aspecto más importante de ti son los pensamientos que tienes. Si tienes pensamientos de temor, estarás destinado a tener miedo, pero si tienes pensamientos de valor y actúas como si realmente tuvieras valor, en forma gradual lograrás ser valiente.

    Tercero, deja de pensar solo en ti. Interésate en otras personas. La única razón por la que tienes miedo es porque piensas en lo que otros están pensando de ti y en la impresión que les das. ¡Qué tontería! Nueve de cada diez veces la otra persona no está pensando para nada en ti. Es igual que tú: está pensando en sí misma.

    Cuarto, haz aquello que temes y sigue haciéndolo hasta que consigas un historial de experiencias exitosas. Si eres vendedor, elige ir con el comprador que más miedo te da. Ve a buscarlo mañana. Cuando llegues a su oficina, dile que por años has temido llamarle. Si te sientes nervioso y tembloroso en ese momento, admítelo, eso servirá para romper el hielo. Dile que es tan importante que la mera idea de visitarlo te hace temblar las piernas. Lo tomará como elogio. Eso le hará ver que es como tú y tendrá el deseo de ayudarte.

    No te estoy dando nuevas ideas. Eso mismo se ha usado y probado durante miles de años. Si sales y aplicas estos principios, harán milagros por ti. Lo sé porque he visto que sucede con miles de personas.

    Todos los pensamientos negativos, sean producto del temor, del resentimiento o del enojo, son algo que nosotros mismos creamos. Si los creamos, con toda seguridad podemos crear otra cosa en su lugar. Sí, es mucho más fácil dar este consejo que cambiar de hecho los pensamientos negativos a los que estamos tan acostumbrados, pero inténtalo de manera consciente. Si temes invitar a alguien a salir, intenta decirte que te sientes muy cómodo al invitar a esa persona y pídeselo de todas formas. Si crees que no puedes trotar un kilómetro —¡No tengo la condición física; es demasiado difícil!— trata de decirte que sí puedes trotar esa distancia y dirígete a la pista.

    Te sorprenderá la manera en que los demás llegarán a coincidir con esas ideas positivas de ti mismo y te encantará enterarte de lo que eres capaz, de lo bien que lo puedes pasar y a qué grado tus experiencias y sentimientos son consecuencia de tus pensamientos.

    CAPÍTULO 2

    EL CAMINO A LA FELICIDAD

    ¿Qué es lo que quieres más que nada en este mundo? Esa es una pregunta fácil de responder. Quieres la felicidad. Todos la quieren.

    La respuesta para ser feliz, por simple que parezca, es tener pensamientos felices. Nuestra experiencia de cualquier suceso y de cualquier interacción depende por completo de lo que pensemos de ello. ¿Por qué no pensamos en algo bueno?

    La novelista Grace Miller White sugiere siete maneras en las que tú y yo podemos ser felices. Les llama los siete caminos a la felicidad. ¡Síguelos y serás feliz!

    El primer camino a la felicidad es ¡la sonrisa! Las sonrisas son contagiosas. Adquiere el hábito de sonreír en cuanto abras los ojos por la mañana y sonríe al momento de conciliar el sueño.

    Tan solo escucha lo que unas cuantas sonrisas lograron para una chica. Mary decía que era muy infeliz. ¿Cómo puede ser feliz una persona —se preguntaba— cuando su madre y hermanas siempre están peleando, tratando de averiguar cuál de ellas puede gritar más fuerte? ¡Además, mi hermanito menor es un pesado!.

    Aunque Mary era apenas una adolescente, parecía tener 25 años por lo mucho que fruncía el ceño. Grace le comentó: Por casualidad, ¿tienes alguna sonrisa escondida detrás de esos bonitos dientes?. Las comisuras de sus labios se movieron un poco, pero Mary suspiró y dijo que ya nunca sonreía. Simplemente no había ningún motivo para sonreír.

    De modo que Grace le dijo que debía empezar a hacer felices a los demás y que, para lograrlo, debía seguir un camino: ¡sonreír!

    Grace la volvió a ver un mes más tarde y ¡qué chica tan diferente se encontró! Parecía ocho años más joven y sonreía de oreja a oreja. Le dijo: Señora White, usted me dijo que sonriera y eso hice. Y ¿sabe qué? Descubrí que no puedes sonreírle a una persona y pelear con ella al mismo tiempo.

    Es completamente asombroso el torrente de luz que puede despertarse con unas cuantas sonrisas. El magnate estadounidense del acero, Charles M. Schwab, dijo alguna vez que su sonrisa había valido un millón de dólares y es probable que estuviera subestimando la verdad.

    El segundo camino a la felicidad es dar por la dicha de dar. Una mujer ansiaba ser feliz, pero cuando se le preguntó si alguna vez había pensado en hacer felices a los demás, dijo que no.

    Grace le dijo a esa mujer que tuviera en mente un solo pensamiento: debía pensar únicamente en qué podía hacer por otros cuando menos durante una semana. La idea no le atrajo mucho, pero accedió a intentarlo.

    Lo primero que hizo fue practicar con un hombre hambriento. Lo llevó a un restaurante y le invitó una comida sustanciosa. Luego, vio que un niño ciego esperaba con paciencia en una esquina y le ayudó a cruzar la calle. Esa mujer sintió una nueva calidez en el corazón. Si bien esas eran solo pequeñas cosas, ¡qué milagro lograron! Todos podemos encontrar una nueva felicidad con apenas unos cuantos actos de consideración todos los días. A menudo se obtiene una felicidad más real al dar que al recibir.

    El tercer camino a la felicidad es muy fácil y eficaz: busca las cualidades positivas en todos y en todo. En última instancia, si solo vemos el lado negativo de cada cosa, no podemos ser felices, ¿o sí?

    La cuarta regla es: sé feliz a pesar de las circunstancias adversas. Podemos lograrlo y es muy divertido. Grace cuenta sobre una madre que tenía un hijo al que amaba mucho. Era un joven inteligente: un ingeniero con varios títulos universitarios. De pronto se contagió de polio. Su madre pudo haberse dedicado a envenenarle la vida a él y a sí misma con preocupaciones y tristeza, pero ¿qué hizo? Todos los días seguía con sus actividades con una sonrisa, nunca lloraba y nunca demostraba pena. Su lucha heroica por ser feliz era una inspiración: La situación podría ser mucho peor —explicó un día—. Mi hijo me quiere de todo corazón y eso es lo único que pido.

    Si esa madre pudo ser feliz a pesar de tal desgracia, con toda seguridad tú y yo podemos serlo, a pesar de nuestros pequeños problemas. Nuestra felicidad depende de nuestra actitud mental. Abraham Lincoln solía decir: La mayoría de la gente es tan feliz como se convence de serlo.

    La quinta regla es que llenes tu mente, tu corazón y tus manos de amor. Te sorprenderá descubrir cómo superarás cualquier pensamiento o experiencia insoportable. La gente se la pasa criticando a los demás, pero todo eso está en su propia mente. Si amas de todas las formas y maneras a tu alcance, no puedes ser infeliz.

    Por ejemplo, una vez un hombre que acudió con Grace estaba tan infeliz que lloraba. Odiaba al mundo y a todos sus habitantes. Cuando logró controlar sus sollozos hasta convertirlos en leves gemidos, Grace le preguntó:

    —Ya te sientes mejor, ¿verdad?

    —No —respondió el hombre—. Me voy a suicidar.

    Grace hizo algo gracioso. Lo ayudó a hacer una lista de las 10 mejores formas de suicidarse, pero luego le pidió que eligiera una, solo una, que no le causara ningún problema o dolor a nadie, porque no debes herir a otras personas.

    Durante varios minutos, el hombre se quedó mirando el papel y luego le preguntó, con voz muy tenue:

    —No hay ninguna manera agradable, ¿no es cierto?

    —Por supuesto que no —respondió Grace—. Así que ¡despierta! ¡Vive! Ahora te diré qué debes hacer. Expulsa el odio y la amargura de tu corazón. Cada vez que venga a tu mente un pensamiento odioso o mezquino, piensa de inmediato en algo agradable, algo bello. Sustituye los pensamientos de odio con pensamientos de amor.

    En menos de una semana de esta nueva forma de pensar, el hombre encontró un trabajo agradable con un buen salario.

    —Y déjame decirte —comentó—, cuando le entregué a mi esposa mi primer cheque, fue algo digno de verse.

    La sexta regla es: ocúpate de tus propios asuntos. Intervenir en los asuntos ajenos parece mucho más fácil que ocuparse de los propios, pero puede tener efectos adversos. Grace cuenta sobre un hombre muy guapo e inteligente que tenía una personalidad atractiva y buenos modales, pero era incapaz de conservar un empleo.

    Decía que su empleador debería tener gratitud hacia él por todo lo que había hecho.

    —¿Gratitud? —le preguntó Grace—. ¿Qué hiciste por él?

    —Oh, le dije que estaba equivocado y, lo que es más, le hablé del montón de errores que estaba cometiendo. ¡Al día siguiente me despidió!

    No es ninguna sorpresa. Mientras más hablaba Grace con él, más se percataba de que este hombre de aspecto tan agradable estaba más interesado en los asuntos ajenos que en los suyos. Tú ocúpate de tus cosas, le dijo. El hombre lo intentó y eso hizo maravillas por él.

    Ahora bien, para la séptima y última regla en el camino a la felicidad, agradece que las cosas estén tan bien como están. Podrían ser mucho peores. La mayoría de nosotros no somos ni la mitad de felices de lo que deberíamos ser porque, en primer lugar, nos concentramos en cosas pequeñas y sin importancia que nos desagradan, en lugar de pensar en las miles de cosas de las que deberíamos estar profundamente agradecidos.

    Una noche en que caminaba a mi casa desde la estación del tren y me sentía un poco infeliz por alguna cosa que ya no recuerdo porque no era importante, me dije: "Dale Carnegie,

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