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Amazonia Colombiana Iii: Con Los Ojos Del Alma
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Libro electrónico206 páginas2 horas

Amazonia Colombiana Iii: Con Los Ojos Del Alma

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Información de este libro electrónico

En seis libros mi padre relata una epopeya colomboamazónica no medieval sino del empalme de los siglos XX y XXI:

1. ¡Por la paz, hermanos, por la paz!

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento15 nov 2024
ISBN9781685747930
Amazonia Colombiana Iii: Con Los Ojos Del Alma

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    Vista previa del libro

    Amazonia Colombiana Iii - Jorge Fuerbringer Bermeo

    Portada de Amazonia Colombiana III - Con los ojos del alma hecha por Jorge Fuerbringer Bermeo

    AMAZONIA

    COLOMBIANA III

    CON LOS OJOS DEL ALMA

    JORGE FUERBRINGER BERMEO

    Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright, excepto breves citas y con la fuente identificada correctamente. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora. Todos los textos e imágenes fueron proporcionados por el autor, quien es el único responsable por los derechos de los mismos.

    Publicado por Ibukku, LLC

    www.ibukku.com

    Diseño de portada: Ángel Flores Guerra Bistrain

    Diseño y maquetación: Diana Patricia González Juárez

    Copyright © 2024 Jorge Fuerbringer Bermeo

    ISBN Paperback: 978-1-68574-792-3

    ISBN Hardcover: 978-1-68574-794-7

    ISBN eBook: 978-1-68574-793-0

    La edición de esta serie contó con el apoyo de

    Horizontes Valeológicos A. C.

    Multiversidad Valeológica

    Dedico estas páginas con singular cariño a:

    Mis padres:

    Georg Fuerbringer Thüring y María Concepción Bermeo Macías, quienes con sus ojos de estrellas miran a su Colombia en el orbe.

    Mis hijos y nietos:

    Jorge Luis y Carlos Hernán,

    Nicolle, Mathías y Thomas,

    constructores de mundos de ilusión.

    Mi hermana Mädy y sobrina Liliana, los empresarios líbano-mexicanos José Ernesto Yitani Damián y Said Abaid Taja, el Pbro. Pedro Sánchez Priego, el rector del Colegio de Investigaciones y Posgrados Otto Mortimer Bouchot Torices y la psicóloga Verónica Goyri Díaz por su extraordinaria resiliencia y compromiso con la paz y la armonía.

    Las personas que en estas páginas son mencionadas.

    Los habitantes del Putumayo, toda la Amazonía, Colombia, México y el mundo que luchan por su dignidad.

    Soy ciudadano del mundo y tengo una nueva patria, México, que me ha dado cobijo ante situaciones absurdas, difíciles de comprender y de explicar, generadas en Colombia, pero que me han conducido a reflexionar sobre las profundas antinomias del ser humano y a invitar a los lectores a mirarse en este espejo (ya que todos lo somos para quien está enfrente) y a dejar testimonios de su propia existencia, porque tenemos mucho que dar al mundo.

    Si queremos un mundo de paz y justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor.

    Antoine de Saint-Exupéry

    Índice

    EXORDIO

    INTRODUCCIÓN

    I. EN MI PROPIA BÚSQUEDA

    II. LA MANIGUA

    III. EN LA OTRA COLOMBIA

    IV. HUMO BLANCO

    V. LAS INSIDIAS DEL PODER

    VI. ENSOÑACIONES vs REALIDADES

    VII. CORONEL BERNARDO TORRES

    VIII. LA VIEJA CASA...

    ANEXOS

    SOBRE EL AUTOR

    EXORDIO

    Lo primero que alguien se pregunta —y con justo derecho— al leer un libro es ¿por qué y para qué escribió el autor? La respuesta puede ser relativamente fácil: ¡No le convencen determinadas situaciones y quiere reformar, quiere proyectar tales ideas, plantear otras circunstancias! Así entramos en un discurso dominado por las ideas sin tocar el núcleo.

    Quien tiene experiencia en escribir sabe que se suda ante la hoja en blanco —ahora la pantalla en blanco— y que antes de pergeñar dos o tres líneas se sufre, se sufre intensamente. Entonces ¿por qué escribe uno? Yo creo que más allá de las ideas lo que mueve a alguien a escribir son conjuntos de deseos e inclusive obsesiones, pues el ser humano no está hecho de ideas, sino que lo conforman y animan múltiples deseos. Esto conlleva nuevas preguntas: ¿dónde se conforman esos deseos?, ¿dónde se nutren?, ¿dónde están?

    Así que cuando indagamos sobre el autor, más que rebuscar en sus ideas es fundamental entrar en algo más profundo: ¿cuáles son sus deseos?, ¿cuáles esos sueños que le permiten proyectar su carta de creencias? Es menester explorar esos tintes que desde el fondo colorean esa hoja o pantalla en blanco, ese mundo donde se genera el cúmulo de vivencias, deseos, sueños, ilusiones y obsesiones, que es la infancia.

    Creo no equivocarme en el caso de Jorge. Uno de los principales ejes que atraviesa su texto Los ojos del alma son los deseos que se anclan en esa infancia venturosa que tuvo con su padre cuya figura es el otro fantasma que recorre la obra, fantasma al que está dando cuentas, aunque no quiera reconocerlo. El relato La manigua es el homenaje al embrujo de la selva amazónica donde la figura de su padre delimita los elementos que se desarrollan más tarde en su obra y nos permite comprender y entender el conjunto de relatos posteriores.

    Pero su vocación no es nada más rescatar la imagen parental, no es dar cuenta de sus viajes, como el realizado a los once años donde descubre el mundo y se hace hombre —en la dimensión más humana posible—, sino que su vocación es también política.

    La tradición occidental nos lleva a la convicción de que la caída del hombre, llámesele polución, contaminación, marginación, exclusión, o como se quiera, nos ha hecho perder el paraíso y es necesario regenerarlo. Jorge trata de regenerar el mundo en su espacio amazónico. Comienza a trabajar como zootecnista tratando de repoblar ese ecosistema averiado. Pero él se da cuenta del fenómeno que no aparece en los textos cristianos: el ser humano vive en sociedad, se desarrolla en sociedad, y cualquier transformación social no es producto aislado de alguien —por muchas ganas que tenga—, sino que debe ser parte de un proyecto de conjunto. Es dramático el acontecimiento que él narra de manera simple pero con gran emotividad, como joven director de un zoocriadero a quien su jefe gobernante, general retirado, descalifica rotundamente y aplasta con su bota. Se enfrenta con la realidad de que un proyecto humano que viene desde abajo choca con el poder —capaz de frenar cualquier proyecto humano de desarrollo, porque está del otro lado. Aquí es precisamente donde comienza a emerger su compromiso político.

    La obra tiene por lo menos dos virtudes: el testimonio del medio ambiente y el compromiso político, qué hizo él para darle viabilidad a su proyecto. Pero no se circunscribe al Putumayo, a la Amazonía colombiana, a Colombia, a un país, pues son temas que tocan a los mexicanos, a los brasileños, a los venezolanos, a los latinoamericanos en general. ¿Acaso esa devastación del medio ambiente y esa devastación política, que van juntas como él bien se precia de demostrárnoslo, no son elementos que tocan al África, al Asia, a la Oceanía? Y el problema compete también al mundo altamente industrializado donde subsisten ejércitos de excluidos. Creo que este es el gran mérito de la obra: desde una perspectiva muy particular nos hace ver y pensar en problemas tan generales, como él mismo lo dice, testimonios de una selva globalizada. Se trata de un mundo globalizado.

    El título Con los ojos del alma pareciera querernos mostrar otra perspectiva. Son los ojos de los mundos interiores en los que navegamos y esos mundos interiores son los mundos de la infancia.

    La estructura circular de la obra se abre con La manigua, que es lo maravilloso, lo mágico, el paraíso, la Creación, un lugar donde a Adán y a Eva no les falta nada, viven tranquilos, y se cierra con La vieja casa... que tiene que ver con algo muy íntimo, que estuvo muy guardado, todo impregnado de ese entorno en el cual nació, creció y gobernó. El primer problema aparece precisamente en ese paraíso cuando el padre decide llevarlo a conocer otros mundos que en el transcurso de su vida se irán complicando a través de encrucijadas, humos blancos, discriminación e insidias del poder, relatos que hablan de su permanente desgarramiento.

    Para entender ese purgatorio que va del paraíso al exilio se tiene que leer forzosamente La manigua, La vieja casa... y En mi propia búsqueda, donde el segundo relato cobra una dimensión importantísima ya que no se puede comprender su lucha por la paz, su encuentro con los guerrilleros, su permanente arriesgar la vida, su constante desafío a la muerte. Sin La vieja casa... tampoco se puede entender En la otra Colombia y mucho menos Las insidias del poder. De suerte que este texto es un todo y un epílogo de la obra en su conjunto, de las luchas de Jorge en su propia búsqueda.

    En La manigua encontramos una descripción amorosa del tiempo presente, es una recordación en tiempo presente de la infancia, después de todo el purgatorio como funcionario público que se ha inmolado por construir la paz en Colombia. La vieja casa... es un recuerdo en el pasado. Después de esto construyó una infancia maravillosa en la que no se descubrió a sí mismo, sino que descubrió el mundo de su padre. En La vieja casa... descubre su propio mundo, mundo donde revive la música, las canciones, los poemas... Pero no es esto, sino que al final de cuentas son sus valores. Y se confronta. Se confronta con En mi propia búsqueda y La vieja casa... acá, diciendo desde dónde es.

    El problema que emerge es que alguien podría decir: sí, se trata de un texto político, pero yo no veo ninguna propuesta articulada al final. Es que, por encima de todo, él no nos está dando consejos, ni recetas, lo que nos está diciendo es: «aquí tienen un espejo, mírense en él y reconstruyan sus propios testimonios».

    Mis felicitaciones a Jorge por este libro, y es para mí un orgullo el haber sido su primer lector.

    Jesús Márquez Carrillo

    INTRODUCCIÓN

    El psicólogo Jerome Bruner plantea la existencia de dos modalidades de pensamiento: la paradigmática o lógico–científica y la narrativa. Cada una de ellas brinda modos característicos de ordenar la experiencia, de construir la realidad. La primera intenta describir y explicar, emplea la categorización y las operaciones por las cuales las categorías se establecen, se representan, se idealizan y se relacionan entre sí para constituir un sistema. Se ocupa de causas generales y emplea procedimientos para asegurar referencias verificables y para verificar la verdad empírica. Trata con fenómenos generales y establece leyes que puedan darles una explicación válida.

    La modalidad narrativa, por el contrario, produce buenos relatos, crónicas históricas creíbles. Se ocupa de las intenciones y las acciones humanas y de las vicisitudes y consecuencias que marcan su transcurso. Intenta situar estas experiencias en un tiempo y un espacio. No se inquieta por la verdad y la verificación, como la anterior, sino más bien por la verosimilitud (lo creíble) y la coherencia. En ella se construyen dos panoramas simultáneamente: el de la acción, donde existen personajes, intenciones, metas, y el panorama de la conciencia, lo que saben, piensan o sienten, o dejan de saber, pensar o sentir los que intervienen en la acción. Por estar ligada de manera estrecha a nuestra experiencia cotidiana expresa básicamente la condición humana.

    De este modo, la modalidad paradigmática ha dado lugar al desarrollo de la ciencia, pero la modalidad narrativa, desde el mito hasta la novela, pasando por las narraciones tradicionales, los relatos cotidianos y autobiográficos, así como la forma misma de concebir nuestras vidas, a la manera de un relato, nos ha permitido dar sentido a la experiencia humana, con toda la complejidad que ella entraña.

    Una de las grandes tareas del pensamiento narrativo es restaurar la memoria. Y la remembranza no es un acto mecánico como podría ser sacar una fotografía de un lugar o de personas, es básicamente un acto restaurador y creativo, pues cuando recordamos algo o a alguien, cuando lo remembramos, es decir, cuando volvemos a armar la totalidad a partir de sus miembros, en realidad recreamos su imagen y al hacerlo, añadimos una parte de nosotros mismos, volcamos un contenido emocional de nuestra propia experiencia. Así, cuando recordamos creamos algo nuevo y lo instauramos en el mundo colectivo.

    Creo que es exactamente lo que hace este libro de Jorge Fuerbringer: intentar dar sentido a una vida al darle el cuerpo de un texto que ordena de manera lineal y temporal, de acuerdo con las posibilidades que brinda el lenguaje, una memoria que seguramente está hecha de retazos simultáneos de imágenes, de diálogos, de emociones. Es un acto de reconstrucción de un espacio, de un tiempo y de una vida que se desarrolla en él y que se muestra aquí en sus vivencias cargadas de emociones, en el intento por mostrar las vicisitudes humanas de los personajes que pueblan la selva, de sus intenciones, de sus deseos, de sus sentimientos, de su relación con los otros seres que también viven en ese entorno y con el entorno mismo.

    La memoria de un pueblo debe ser cuidadosamente cultivada y tiene que hacerse sin interrupciones porque en el momento en que esa memoria pierde continuidad ese pueblo muere. Pueden existir infinitas transformaciones en el transcurrir del tiempo, pero es necesario que la memoria perdure, que siga sosteniendo aquello que hace que un grupo de personas comparta un espacio, una cultura. De ahí que a veces es mejor pecar de un exceso de memoria que de una falta de ella. Y cuando hablamos de memoria, hablamos de una memoria que puede ser individual o colectiva porque esta última se construye con retazos de la otra. Por eso me parece importante la construcción de esta memoria de la Amazonía colombiana, porque instaura en el futuro de esa región la posibilidad del contacto con su pasado, acto que permite a sus habitantes reconocerse como parte integrante de un grupo, de una cultura,

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