Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

La política sin fronteras o la ubicuidad de lo distintivo
La política sin fronteras o la ubicuidad de lo distintivo
La política sin fronteras o la ubicuidad de lo distintivo
Libro electrónico678 páginas9 horas

La política sin fronteras o la ubicuidad de lo distintivo

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Peter J. Katzenstein es, sin lugar a dudas, uno de los autores más influyentes en la disciplina de Relaciones Internacionales (RI). A lo largo de cuatro décadas de trabajo constante y multitemático, su obra ha dejado una huella importante en las seis áreas temáticas que componen este libro: economía política internacional, política comparada, norma
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento4 sept 2023
ISBN9786077843290
La política sin fronteras o la ubicuidad de lo distintivo
Autor

Arturo Santa Cruz

Profesor-investigador del Departamento de Estudios del Pacífico, y director del Centro de Estudios sobre América del Norte de la Universidad de Guadalajara. Obtuvo el doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Cornell. Entre sus publicaciones recientes se encuentran Mexico-United States Relations: The Semantics of Sovereignty (Routledge, 2012); América del Norte, Volumen 1 de la serie ''Historia de las relaciones internacionales de México, 1821-2010'' (en coautoría con Octavio Herrera; Secretaría de Relaciones Exteriores, 2011), y El constructivismo y las relaciones internacionales (editor; CIDE, 2009). Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel II.

Relacionado con La política sin fronteras o la ubicuidad de lo distintivo

Libros electrónicos relacionados

Política para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para La política sin fronteras o la ubicuidad de lo distintivo

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    La política sin fronteras o la ubicuidad de lo distintivo - Arturo Santa Cruz

    EntradaEntradaEntrada

    ÍNDICE

    Liminar

    Peter J. Katzenstein

    Economía política internacional

    I. Estrategias de política económica exterior y fuerzas domésticas e internacionales

    II. Estados pequeños en mercados mundiales: La política industrialen Europa

    Política comparada

    III. El corporativismo y el cambio: Austria, Suiza y la política de la industria

    IV. El amaestramiento del poder: El crecimiento del Estado semisoberano de Alemania Occidental

    Normas

    V. Perspectivas alternativas de seguridad nacional

    VI. El 11 de septiembre desde una perspectiva comparada:Las campañas antiterroristas de Alemania y Japón

    Regionalismo

    VII. El poder de Estados Unidos en la política mundial

    VIII. Estados regionales: Japón y Asia, Alemania en Europa

    Metodología

    IX. El papel de la teoría en la política comparada

    X. La teorización ecléctica en el estudio y en la prácticade las relaciones internacionales

    Peter J. Katzenstein y Rudra Sil

    Cultura

    XI. Variedades de antiamericanismo: Un marco para el análisis

    Peter J. Katzenstein y Robert O. Keohane

    XII. Un mundo de civilizaciones plurales y pluralistas

    Liminar

    Peter J. Katzenstein

    Esta traducción al español de algunos de los textos que he escrito durante las últimas décadas me permite, ante todo, expresar mi profunda gratitud al doctor Arturo Santa Cruz, quien sugirió este proyecto y quien ha supervisado su maduración y culminación con gran esmero. Me siento también profundamente agradecido con la División de Estudios Internacionales y con el Comité Editorial del Centro de Investigación y Docencia Económicas. Espero que el itinerario intelectual de un ex alemán que vive y trabaja en Estados Unidos sea de alguna utilidad para los estudiantes mexicanos.

    Simpatizo con aquellos lectores que no encuentran un enfoque analítico único o un tema central en esta colección de ensayos y extractos. La Universidad de Cornell me contrató como especialista en Europa Central. Cuando pregunté a mis colegas qué era lo que entendían con ese término, su lacónica respuesta fue: cualquier cosa que se ubique entre Narvik y Sicilia. A pesar de que durante la década de 1970 la guerra fría representaba un límite para nuestra imaginación geográfica, a lo largo de mi carrera he tomado ese consejo como una guía metafórica para dirigir mis intereses de investigación. Mi enfoque e interés inicial tanto en Alemania como en Europa Central se vieron reflejados en mi primer artículo, el cual, debido a que estaba basado en un enfoque analítico centrado en un área específica —la cuestión social y nacional alemana—, decidí no publicar porque me resultó muy insatisfactorio. Me prometí a mí mismo que empezaría a publicar sobre Alemania sólo hasta que encontrara la manera de ubicar a ese país en un entorno más amplio. Aproveché la oportunidad para desarrollar esta idea en el contexto del surgimiento del campo de la Economía Política, el cual todavía no se había separado en sus ramificaciones internacional y comparada. Resultó ser que el capitalismo comparado me ofreció un gran espacio para situar a Alemania, para abrirme los ojos a Japón y Asia, y para ayudarme a desarrollar un argumento sobre el carácter distintivo de los pequeños Estados capitalistas al interior de la economía mundial. Así, después de quince años de carrera pude cumplir la promesa que me había hecho. Ubiqué a Alemania de manera comparativa, y quiso la suerte que participara de lleno en el relanzamiento de la economía política como un legítimo campo de investigación en las universidades estadounidenses, tanto a través de mis propias investigaciones como en mi papel de editor de la revista International Organization durante la primera mitad de la década de 1980.

    A finales de los ochenta me dediqué a escribir un libro sobre la economía política comparada de Alemania y Japón, sin un entusiasmo genuino, debido a que ya había preparado las bases analíticas de ese libro en trabajos previos, pero totalmente comprometido porque el proyecto ampliaría mi agenda intelectual de manera que incorporaría ciertos aspectos de la economía política asiática, incluyendo probablemente una comparación entre los países recientemente industrializados y los pequeños Estados europeos. El fin de la guerra fría, la unificación alemana y la desintegración de la Unión Soviética trastocaron ese plan. Lo que me resultaba importante no era sólo la relevancia de esta revolución en la política mundial, sino también los espacios intelectuales que había generado. A diferencia de la mayoría de mis colegas, no pronuncié la obsolescencia del campo de los estudios de seguridad. Tampoco llegué a insistir en que el trabajo más interesante durante las siguientes dos décadas habría de hacerse en el campo de la economía política. En lugar de eso, mi intuición intelectual me llevó a pensar que la pregunta más interesante de los años subsecuentes sería por qué los estudios de seguridad no estaban preparados en lo más mínimo para explicar el final de la guerra fría de forma pacífica. En lo personal, me sentía completamente solo, como si estuviera cruzando un puente mientras veía a las multitudes caminar en la dirección opuesta. Mi pregunta era muy sencilla: ¿qué es lo que había fallado en nuestra manera de entender la seguridad nacional?

    Para hacer frente a esa pregunta, decidí trabajar en la oscuridad y lejos de la mirada de una comunidad de especialistas en estudios de seguridad que en esas fechas se mostraban a la defensiva y hostiles a dar la bienvenida a quienes consideraban principiantes. Elegí un país en el cual tenía un gran interés —Japón— y que manejaba una definición de seguridad más amplia —la cual abarcaba dimensiones tanto internas como internacionales—, así como un enfoque comparativo a través del cual incorporé a Alemania —país del que ya había hecho algunos trabajos relacionados con el terrorismo—. El aislarme operó como una gran estrategia porque me dio tiempo para desarrollar un enfoque delineado en gran medida por el surgimiento del análisis constructivista (para este ex alemán resultó natural tomar en serio el constructivismo debido a que, pasando por alto algunas sutilezas teóricas, me pareció una especie de Max Weber versión 2). Con el apoyo de la Fundación MacArthur, tuve la oportunidad de publicar dos libros sobre seguridad nacional enfocados en Japón. Así, este viraje de la economía política a la seguridad se basó en una mezcla de suerte y de confianza en mi intuición intelectual, y no tanto en la sabiduría convencional de mi profesión.

    La siguiente fase de mi trabajo estuvo marcada por un giro menos drástico. Estuve en desacuerdo con la discusión entre mis colegas que insistían en que el mundo era unipolar o multipolar. Mi intuición política me decía que esta nueva etapa de la política internacional estaba siendo definida por la intersección de dos de sus características: la primacía del imperium estadounidense y las dinámicas de los diferentes tipos de órdenes regionales. Ninguna de estas dos características podía ser capturada de manera adecuada utilizando el lenguaje de la bipolaridad. Durante casi una década trabajé con algunos colegas intentando comprender las dinámicas del regionalismo europeo y asiático, publicando eventualmente un libro sobre regionalismo que cristalizó la manera en la que entiendo un tema que siempre me ha interesado.

    Comprendí que las distintas dinámicas regionales se vinculan de manera íntima con las metáforas culturales y con las distintivas prácticas políticas que tanto buscaba comprender. Así, tras explorar temas de economía política y de seguridad, decidí indagar más a fondo en las dimensiones culturales de la política mundial, empezando con la religión y su importancia para Europa —considerada como la región más secular del mundo— y con el proceso de ampliación europeo. El centrarme en la religión me llevó a interesarme en la cultura popular —colocando así, como señaló Marx, el viejo y el nuevo opio de las masas en un solo marco—. Este marco se compone por mis dos preocupaciones actuales: las políticas civilizatorias en una escala global y el entendimiento de Estados Unidos como un imperium civilizatorio. El método comparativo que he utilizado a lo largo de mi carrera académica y el eclecticismo analítico que define gran parte de mi trabajo son de gran utilidad al pensar en un tema de grandes proporciones que siempre amenaza con sobrepasarme.

    Con suerte, espero completar mi itinerario regresando a su origen y al artículo sobre Alemania que decidí no publicar. En búsqueda de Alemania, como ahora lo imagino, obviamente tratará sobre ese país. Su intención oculta, por lo menos para mí, se resume en la concisa definición del eclecticismo analítico que un alumno mío de licenciatura hizo: enseñar aprendiendo. Los académicos buscan el conocimiento y la verdad, un esfuerzo profundamente humano que resulta, a la vez, ineludiblemente social y solitario, enriquecedor pero siempre insatisfactorio. Espero que esa idea compense en alguna medida la confusión o el malestar que la carencia de un enfoque analítico único o de un tema central le llegue a ocasionar a algunos futuros lectores de este libro.

    Peter J. Katzenstein

    Ithaca, Nueva York

    Septiembre de 2012

    introducción

    Peter J. Katzenstein: La política sin fronteras o la ubicuidad de lo distintivo

    Arturo Santa Cruz

    Peter J. Katzenstein es, sin lugar a dudas, uno de los autores más influyentes en la disciplina de relaciones internacionales (ri). Esto se debe en parte a lo extenso de su obra: más de 40 libros como autor, coautor, editor, o coeditor, así como más de 100 artículos y capítulos de libro, varios de los cuales han sido traducidos al alemán, chino, español (como en el libro sobre constructivismo de esta misma colección), italiano y japonés. Pero la razón de la influencia de Katzenstein es más bien de orden cualitativo: desde su primer artículo, sobre la integración regional (aparecido en 1971, cuando todavía era estudiante de doctorado en la Universidad de Harvard), hasta su más reciente trilogía sobre las civilizaciones en la política mundial, su obra siempre ha estado a la vanguardia de la discusión teórico-empírica de las ri. No en balde, Katzenstein aparece como uno de los diez autores más influyentes y que han producido el mejor trabajo durante las últimas dos décadas en la encuesta llevada a cabo en 2011 en 20 países por el Proyecto para la Enseñanza, Investigación y Opiniones de Política Internacional entre especialistas en ri.¹

    La política sin fronteras

    Pero la obra de Katzenstein trasciende la disciplina. Para él, no existe diferencia sustantiva entre ri y política comparada (pc), la subdisciplina hermana de las ri dentro de la ciencia política. Katzenstein gusta de enfatizar en sus famosos seminarios doctorales de especialización en ri que para él la política internacional… no es diferente de la política doméstica (es decir, interna). Es precisamente este desvanecimiento de las fronteras disciplinarias lo que ha permitido que la obra de Katzenstein —académico europeo transterrado al hemisferio occidental en la tradición de Hans Morgenthau, Karl Polanyi y su mentor, Karl Deustch— trascienda las ri.

    Con esta visión comprehensiva de la política, no es pues de extrañar que Katzenstein —ex presidente de la Asociación de Ciencias Políticas de Estados Unidos— se desenvuelva con soltura en diferentes ámbitos de la disciplina —como la selección contenida en este libro lo demuestra—. Para esta compilación, el propio Katzenstein y el autor de estas líneas seleccionaron seis áreas en las que su trabajo ha dejado su muy particular impronta: economía política internacional, política comparada, normas, regionalismo, metodología y cultura. Revisemos brevemente cada una de estas secciones del libro, así como los capítulos que las componen (seleccionados también de manera conjunta), con el fin de ilustrar la variedad temática de la obra del autor que nos ocupa.

    Economía política internacional

    Katzenstein ha sido reconocido como uno de los padres fundadores (uno de los siete magníficos, en palabras de Benjamin Cohen) de la moderna disciplina economía política internacional (epi). Tanto nuestro autor como sus pioneros colegas de inicios de los años setenta empezaron a cuestionar tanto la canónica división entre alta política (asuntos de guerra y paz, por ejemplo) y baja política (tales como el comercio y las finanzas internacionales) en ri. Pero los trabajos de epi de Katzenstein ponían en tela de juicio también, y con particular énfasis, la distinción entre la política internacional y la política doméstica. Así, la primera sección de esta obra, correspondiente a la epi presenta en primer término el capítulo introductorio del libro por él editado, Between Power and Plenty: Foreign Economic Policies of Advanced Industrial States (1978), en el cual Katzenstein señala la importancia de estudiar las estructuras internas de cada país para comprender sus estrategias de economía política exterior. El autor nota que los enfoques prevalecientes para el estudio de la economía política internacional le dan demasiado peso a la distinción entre la política interna y la exterior, a pesar de que toda estrategia de política económica busca, a final de cuentas, hacer compatible lo externo con lo interno. Así, el volumen en cuestión revisa las estrategias políticas y las estructuras domésticas de seis países industrializados —Alemania Occidental, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido— en el contexto de la crisis petrolera de inicios de los años setenta, enfatizando la interacción entre factores internos y externos. Al final del día, argumenta Katzenstein, tanto el manejo como el análisis de la interdependencia debe iniciar en el ámbito doméstico.

    De manera similar, en el segundo capítulo de la sección sobre epi, tomado del libro Small States in World Markets: Industrial Policy in Europe (1985), Katzenstein abunda sobre la necesidad de poner atención a las estrategias de ajuste industrial de algunos países europeos, caracterizados como pequeños y corporativistas: Austria, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Noruega, Suecia y Suiza. A partir de un enfoque comparativo, el autor evalúa a dichos Estados en relación con el liberalismo de Estados Unidos y Gran Bretaña, así como con el estatismo aplicado por Japón y Francia en sus políticas industriales, con énfasis siempre en los vínculos entre los ámbitos internacional y doméstico. Katzenstein argumenta que para los Estados pequeños de Europa el cambio en el contexto internacional ha sido una constante de su vida cotidiana, por lo que se han acostumbrado a llevar a cabo ajustes que responden a ellos, al tiempo que refuerzan su propia estructura doméstica. Factor clave en este proceso de adaptación, sostiene el autor, es el tipo de estructura interna que comparten: el corporativismo democrático; es precisamente la manera en que esta estructura política (el corporativismo democrático) lidia con el cambio, lo que constituye su objeto de estudio en esta obra.

    Política comparada

    La segunda sección, sobre pc, pone de manifiesto el interés de Katzenstein por trascender las fronteras disciplinarias; en este caso, el puente que tiende el autor es con las ri. Su trabajo referente a las estructuras domésticas, el carácter semi-soberano del Estado alemán en la posguerra y el corporativismo democrático han sido particularmente influyentes tanto en las ri como en la pc recientes. El tercer capítulo de esta compilación, tomado de Corporatism and Change: Austria, Switzerldand, and the Politics of Industry (1984), resalta el éxito de las políticas industriales de Austria y Suiza, Estados que, a pesar de no ser actores internacionales de peso, representan casos de éxito económico que los grandes países industrializados deberían tomar en cuenta. Como el título mismo de la obra lo indica, el hilo conductor del argumento es la capacidad de las estructuras domésticas basadas en el corporativismo democrático para enfrentar el cambio. Katzenstein distingue tres características distintivas de este arreglo político: una ideología de cooperación social, un sistema de grupos de interés relativamente centralizado y concentrado, y una coordinación de objetivos en conflicto a través de una negociación política permanente entre los diversos grupos de interés, burocracias estatales y partidos políticos. De esta manera, sostiene el autor, el conflicto está prácticamente enmarcado en una vaga aunque compartida noción del bien común. Es esta interacción entre la estructura institucional y el proceso de adopción de decisiones socialmente vinculantes lo que constituye las redes de políticas públicas (es decir, los patrones de interacción entre Estado y sociedad) de estos dos países. En ambos, el resultado del orden corporativista, el cual permite tanto la estabilidad política como la flexibilidad económica, es la reducción de la desigualdad social —algo de lo que otros países, sostiene Katzenstein, podrían aprender.

    El cuarto capítulo de esta antología, proveniente del libro Policy and Politics in West Germany: The Growth of a Semi-Sovereign State (1987), plantea que el estudio detallado que hace esa obra de la manera en la que la política y las políticas públicas de la entonces Alemania Occidental se interrelacionan en seis áreas clave (el manejo de la economía, relaciones industriales, bienestar social, migrantes, reformas administrativas y de educación) ponen de manifiesto la intricada red de relaciones que tejen los actores políticos de ese país. De lo anterior se sigue tanto el difuso y limitado poderío de los líderes estatales germanos —el carácter semisoberano del Estado alemán— como la manera en que el orden internacional de posguerra produjo la respuesta a la añeja Cuestión alemana. Desde el final de la segunda conflagración mundial, sostiene Katzenstein, el poder del Estado alemán ha sido amaestrado. Así, el carácter semisoberano del Estado alemán no es producto sólo —ni principalmente— de factores internos: el contexto externo fue también determinante en esta mutación —de ahí la importancia de tender puentes analíticos entre la política doméstica y la internacional.

    Normas

    La sección tercera, sobre normas, incluye el trabajo pionero de Katzenstein en la materia, en el cual aborda la problemática de la política mundial desde un enfoque que asigna un papel explicativo a las pautas sociales. Continuando con su ya característica trascendencia de la tradicional dicotomía interno-externo de las ri, el autor encontró en el ámbito normativo un campo fértil para cultivar cuestiones poco exploradas en la disciplina, tales como el sustrato de la seguridad internacional y las disímbolas respuestas nacionales a problemas internacionales semejantes. Esta sección incluye dos de sus trabajos más influyentes en esta temática. El primero, que aparece aquí en el capítulo V, es la introducción al volumen editado por Katzenstein en 1996, The Culture of National Security: Norms and Identity in World Politics. Aquí, nuestro autor señala, en oposición a los enfoques teóricos convencionales para el estudio de la seguridad nacional, que los intereses de los Estados no existen simplemente para ser descubiertos por actores egoístas y racionales. Los intereses, señala Katzenstein, se construyen a través del proceso de interacción social. El objetivo es pues problematizar la manera en que la interacción social crea intereses —en este caso intereses estatales de seguridad—. De nueva cuenta, el autor argumenta que tanto factores domésticos como internacionales contribuyen a la construcción de los intereses nacionales; este proceso toma lugar a partir del impacto que ambos ámbitos tienen en la constitución de la identidad de los Estados, la cual precede la definición de los intereses. El planteamiento de Katzenstein —y de sus coautores en el resto del volumen— es pues que las identidades, las cuales son encorchetadas (es decir, ignoradas) por los enfoques teóricos convencionales de la seguridad, tienen efectos relevantes en los intereses estatales.

    De manera semejante, en el sexto capítulo de este libro, el cual es tomado de un breve artículo aparecido en Dialog-International Organization en 2002, titulado September 11 in Comparative Perspective: The Antiterrorism Campaings of Germany and Japan, Katzenstein, con el objetivo de contextualizar el efecto y la respuesta de Estados Unidos ante los ataques del 11 de septiembre de 2001, realiza un análisis de las políticas antiterroristas de Japón y Alemania, países acostumbrados a lidiar con este tipo de problemática desde antes de esos trágicos acontecimientos. El autor señala que no obstante que los dos países de referencia sólo podían esperar a que cambiara el contexto internacional para confrontar al componente externo de sus respectivos movimientos terroristas —principalmente los denominados Ejércitos Rojos— en tanto que Estados Unidos ha estado en condiciones de emprender una guerra abierta a nivel internacional, sus dos aliados ofrecían importantes lecciones para la confrontación internacional en la que, después de los ataques terroristas en su propio territorio, estaba a punto de embarcarse. A final de cuentas, dichas lecciones se encuentran íntimamente relacionadas con factores normativos, tanto positivos como negativos: por una parte, y en primer lugar, ensanchar la definición de seguridad nacional, como Alemania y Japón lo hicieron luego de la segunda guerra mundial, con el fin de no circunscribirla a la seguridad estatal; de manera relacionada, recurrir a una variedad de instrumentos, tales como la cooperación policiaca internacional y la ayuda económica a otros países, en lugar de concentrarse en el uso de la fuerza. Por la otra, argumenta Katzenstein, es importante evitar el parroquialismo que tanto Alemania como Japón evidenciaron en su lucha contra el flagelo terrorista, al simplemente intentar desplazar a otras latitudes a los grupos de esa índole operando en su territorio.

    Regionalismo

    La cuarta sección, sobre regionalismo, aborda, como noté al principio, uno de los temas de interés originales de Peter Katzenstein. Es éste uno de los campos en que el trabajo de nuestro autor ha sido más reconocido. Situado en la intersección formada por ri y pc, sus aportaciones en la materia han sido tan influyentes precisamente por su originalidad y por la fertilización cruzada obtenida. Esta sección ilustra sus aportes con dos trabajos que se centran en las regiones torales de la economía política internacional actual. El primero de ellos, que aparece aquí en el séptimo capítulo y fue tomado de su libro A World of Regions: Asia and Europe in the American Imperium (2005), argumenta que después de la guerra fría, la caída de la Unión Soviética, los ataques del 11 de septiembre y los efectos de la guerra contra el terrorismo, la manera más adecuada de analizar la política mundial es considerando al mundo como dividido en regiones, todas inmersas en lo que él denomina el imperium estadounidense. Para Katzenstein, el moderno imperium está compuesto tanto de elementos territoriales (como los imperios clásicos) como no territoriales (referentes a lo que comúnmente se denomina hoy en día poder blando, si bien él no lo llama así). El imperium estadounidense ha estado de cierto modo complementado, en términos de propósitos, por regiones, fundamentalmente en Europa y Asia, aunque éstas difieren en lo tocante a la forma institucional. De esta manera, desde el final de la segunda guerra mundial imperium y regiones han actuado de forma conjunta, y han otorgado un grado relativo de orden y propósito moral compartido en el sistema internacional. Sin embargo, argumenta el autor, los procesos complementarios de internacionalización (basados en intercambios territorialmente anclados a través de las fronteras) y globalización (el cual trasciende el espacio y comprime el tiempo) hacen que las regiones sean menos nítidas, más porosas. Así, para Katzenstein la política mundial contemporánea toma forma a partir de la interacción de regiones porosas y el imperium estadounidense.

    En el capítulo octavo, proveniente del libro The End of Diversity? Prospects for German and Japanese Capitalism, editado por Kozo Yamamura y Wolfang Streeck (2003), y titulado Regional States: Japan and Asia, Germany in Europe, Katzenstein explora el carácter del regionalismo asiático —liderado por Japón— y del europeo —con Alemania a la cabeza— en la política mundial desde 1945. Desde la perspectiva analítica de un mundo de regiones, el autor sostiene que los dos países abordados en este capítulo son no solamente importantes Estados regionales, sino también actores centrales de la política global contemporánea. Debido a la creciente porosidad de las regiones causada por la fusión de los ya mencionados procesos de internacionalización y globalización, tanto Alemania como Japón se encontraban, al final de la guerra fría, mucho más ligados al sistema global que a Estados Unidos, como era el caso al inicio de la misma. Sin embargo, tanto la región asiática como la europea siguen mostrando elementos institucionales distintivos, producto de manera fundamental de las características y los propósitos de sus respectivos Estados líderes. Así, argumenta Katzenstein, la democracia industrial alemana ha dejado en Europa una impronta muy diferente a la de la democracia de productividad japonesa en Asia. Así, las diferencias en los propósitos tanto nacionales como internacionales de los Estados regionales dan cuenta no sólo de las diferencias cualitativas en los procesos de institucionalización en esos ámbitos, sino también de la dinámica actual de la política global.

    Metodología

    La quinta sección de esta obra trata sobre cuestiones metodológicas. La consideración del proceder analítico ha desempeñado un papel importante en la obra de Katzenstein desde sus inicios. Alejado tanto de las modas teóricas como de un discurso de pretensiones totalizadoras, la orfebrería metodológica ha sido un rasgo distintivo del trabajo de nuestro autor. Esta sección presenta dos piezas en las que Katzenstein aborda de manera explícita el papel de la teoría y la metodología en la disciplina. En el noveno capítulo, tomado de la intervención del autor en el simposio The Role of Theory in Comparative Politics, publicado por la revista World Politics en 1995, Katzenstein plantea que ningún subcampo de la ciencia política, así como ninguna perspectiva analítica merece ser predominante. El autor propone que la investigación se oriente más por las preguntas que por las teorías y enfatiza la importancia y la utilidad de una teorización ecléctica. En su perspectiva, la investigación ha de concentrarse, más que en debates metateóricos (es decir, epistemológicos u ontológicos), en cuestiones sustantivas. Pasando revista a la evolución de ri y pc, Katzenstein nota tanto su carácter cíclico como recientes convergencias temáticas al interior de ellas. Así, en tanto la primera disciplina pasó de concentrarse en temas de estrategia y seguridad nacional en los años sesenta, hacia cuestiones de economía política en la siguiente década, en los ochenta hubo un renacimiento de los estudios de seguridad, ligado sin duda a los acontecimientos de los años postreros de la guerra fría; el término de ésta, a su vez, ha dado lugar a una ampliación en la agenda de investigación en esta área, ensanchando la concepción misma de la seguridad nacional en los nuevos enfoques. De este modo, nota el autor, los especialistas en economía política exploran los conceptos de seguridad nacional de sus colegas, con el fin de aplicarlos en sus propias investigaciones, y viceversa. Las cosas han evolucionado de manera análoga en el ámbito de la pc, nota Katzenstein. Mientras que los enfoques de los cincuenta enfatizaban la cultura política e ignoraban las instituciones políticas, la literatura subsecuente, sobre todo a partir de los setenta, enfatizaba precisamente el componente institucional de la política, si bien se bifurcó en dos corrientes (institucionalismo delgado e institucionalismo grueso). Vino luego el renacimiento de los estudios sociológicos y culturales en la política comparada. El énfasis aquí fue en la institucionalización del significado, y el nuevo enfoque produjo también dos vertientes (la objetiva y la subjetiva). Al final del día, plantea nuestro autor, también los programas de investigación de la pc están relacionados y se benefician de la fertilización cruzada. Pero de manera aún más importante, plantea Katzenstein, es necesario conectar de forma más sistemática a las dos disciplinas: ri y pc. Ejemplifica la necesidad anterior con los retos analíticos que el nuevo mundo de regiones plantea para su entendimiento: su consideración desde la perspectiva disciplinaria tradicional se antoja cuesta arriba; un enfoque sincrético, considera el autor, será más fructífero.

    Katzenstein profundiza en el eclecticismo metodológico en el trabajo, realizado en coautoría con Rudra Sil, que aparece aquí como décimo capítulo, The Contributions of Eclectic Theorizing to the Study and Practice of International Relations, tomado del The Oxford Handbook of International Relations (2008), editado por Christian Reus-Smit y Duncan Snidal. Allí, los autores hacen un llamado al uso del eclecticismo analítico, el cual señala que diferentes tradiciones analíticas y de investigación pueden separarse de sus respectivos fundamentos metateóricos, para después ser trasladadas y recombinadas como parte de una permanente permutación de conceptos y métodos tanto analíticos como empíricos. Pero el suyo no es mero empiricismo; fundamentan su propuesta en una tradición filosófica particular (significativamente, de origen estadounidense): el pragmatismo. El objetivo de su iniciativa es generar un diálogo entre diferentes tradiciones teóricas que sea capaz de producir nuevo conocimiento, así sea parcial y momentáneo —en este caso sobre la política internacional—. Katzenstein y Sil no claman estar descubriendo una nueva manera de proceder en ri —de hecho citan trabajos de autores que han procedido, tal vez por intuición, de manera metodológicamente ecléctica con resultados notables—. Uno de ellos es Henry Nau, quien en su libro At Home Abroad: Identity and Power in American Foreign Policy (2002), combina la teoría (realista) del balance de poder con la (constructivista) del balance de identidad, y de este modo hace importantes hallazgos para el mejor entendimiento de la política exterior estadounidense. Otro ejemplo es el de Rawi Abdelal, quien en su obra National Purpose in the World Economy (2001) investiga las radicalmente diferentes estrategias de política económica llevadas a cabo por los Estados de la ex Unión Soviética, a pesar de que todos ellos comparten una fuerte dependencia económica de Rusia. Abdelal complementa lo que las perspectivas realista y liberal tienen que decir al respecto con elementos de la corriente realista, argumentando que el nacionalismo —en tanto que dota de propósito social a las políticas públicas— ha permeado las diferentes medidas de política económica de los distintos Estados del ex bloque soviético. Así, Katzenstein y Sil demuestran de manera fehaciente que el eclecticismo teórico ha probado ya su utilidad, y sugieren su más amplia adopción en las ri.

    Cultura

    En la sexta y última sección de este libro, sobre cultura, se presentan obras que ilustran la preocupación de Katzenstein por el sustrato sobre el que descansa toda actividad política. Las aportaciones recientes del autor han sido particularmente importantes en el contexto de la posguerra fría, tanto por la aparente unipolaridad que ésta dejó como legado, como por las lecturas más bien superficiales que, retomando de forma selectiva aspectos históricos y culturales pretendían explicar el futuro de la política mundial como uno en el que Occidente aparecía no sólo como un monolito, sino que se le presentaba en términos morales como superior a otras civilizaciones (tratadas también como entidades singulares) y con las cuales se encontraría en inexorable conflicto. Alejado de esquemas tanto arrogantes como totalizadores, y con un fino sentido del detalle y percepción de la diversidad, Katzenstein ha rebatido de manera convincente ese tipo de argumentos. Así, en el capítulo XI se presenta el trabajo introductorio titulado Varieties of Antiamericanism: A Framework for Analysis, que Katzenstein escribió en coautoría con Robert Keohane para el volumen Anti-Americanisms in World Politics (2007), que ambos coeditaron. En él, los autores de entrada definen el antiamericanismo como una tendencia psicológica a tener una perspectiva negativa de Estados Unidos como país y de la sociedad estadounidense en general; es una especie de prejuicio hacia ese Estado y su gente. Katzenstein y Keohane realizan entonces una exploración de las raíces del antiamericanismo en la política mundial, y distinguen las variedades del mismo; identifican cuatro versiones: liberal, social, nacionalista-soberanista y radical. En ninguna de ellas, afirman, se trata de una patología; al contrario, desde su perspectiva el antiantiamericanismo es un fenómeno eminentemente político. En este sentido, los diversos tipos de antiamericanismo están relacionados con el grado de identificación con Estados Unidos —el grado en el que ese país es visto como parte del grupo social y de valores en cuestión, o ajeno (e incluso contrapuesto) a él.

    Para finalizar, en el último capítulo de esta antología se presenta el artículo A World of Plural and Pluralist Civilizations, aparecido en la revista East Asian Policy (2010) y que constituye un apretado resumen del trabajo más reciente de Katzenstein sobre las civilizaciones en la política mundial, el cual aparece en una trilogía de libros editados por él (Civilizations in World Politics: Plural and Pluralist Perspectives [2009], Sinicization and the Rise of China: Civilizational Processes beyond East and West [2012], y Anglo-America and its Discontents: Civilizational Identities beyond East and West [2012]). En el trabajo aquí reproducido el autor argumenta que las civilizaciones no son complejos unitarios que cristalizan alrededor de valores centrales destinados a entrar en colisión. Para Katzenstein, las civilizaciones se componen de múltiples tradiciones que se interrelacionan una con otra por medio de encuentros mutuos; las civilizaciones son pluralistas y están incrustadas en un contexto global común, en la civilización de la modernidad, a la cual él denomina ecúmene global. Para el autor, dicha ecúmene es un sistema global tanto de conocimiento como de prácticas. Su perspectiva contrasta entonces con la que ve a las civilizaciones como monolitos culturales que eventualmente devienen actores —como la de Samuel Huntington en El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial (1996), a la que nuestro autor critica de forma severa y convincente.

    Las constantes de la obra de Katzenstein

    La breve recapitulación del contenido de esta compilación debe dar una idea de la diversidad de temas abordados en la obra de Peter Katzenstein. Pero además de la riqueza temática, me gustaría resaltar cuatro constantes en esta diversidad que dotan a la obra de nuestro autor de su característica distintiva —para usar una de sus palabras favoritas—: 1) El tipo de material en que se interesa: casos empíricos, concretos. 2) La racionalidad subyacente a la selección de sus casos: éstos han de constituir acertijos o enigmas por elucidar. 3) La manera de abordarlos: desde una perspectiva histórica y/o comparativa, lo cual le permite captar la singularidad del objeto de estudio en cuestión. Es aquí donde emerge una de las características fundamentales de la obra de Katzenstein: su fijación, digamos antropológica, en la búsqueda de lo particular, de lo distintivo, de lo característico (o, en la mejor tradición marxista de la que ciertamente abreva nuestro autor, de lo concreto como la síntesis de múltiples determinaciones). El adjetivo distintivo(a) es de hecho una constante en la obra de nuestro autor —algo así como su marca de identidad— que el lector atento encontrará en todas las obras aquí incluidas. 4) La premisa básica con la que se les trata: la del sentido común de la política, una especie de constructivismo descalzo fincado en su intuición metodológica original —la transgresión de fronteras— articulada eventualmente en su propuesta sobre eclecticismo metodológico.

    Lo empírico

    Así pues, revisemos someramente el contenido de esta antología en aras de identificar la constante empírica en la obra de nuestro autor. El caso concreto a analizar en el primer capítulo es el impacto del alza petrolera de inicios de los setenta en las estrategias de política exterior de seis países industrializados; en el segundo, la capacidad de adaptación de la política industrial de siete Estados pequeños de Europa; el tercero trata sobre la creación de una rara avis en el sistema internacional: un Estado semisoberano; el cuarto capítulo analiza el éxito de la política industrial de dos países; el quinto aborda un tema que, si bien es de naturaleza más abstracta, tiene un referente empírico inequívoco: la creación de los intereses nacionales y el entendimiento asociado de la seguridad nacional; el sexto capítulo aborda las experiencias de dos Estados aparentemente muy diferentes en su lucha contra sus respectivos grupos terroristas, con el fin de extraer lecciones para un tercer país.

    El séptimo capítulo aborda la que Katzenstein considera es la característica definitoria de la política global actual: un mundo constituido por regiones; el octavo trata sobre dos Estados preeminentes en el mundo regional actual; los dos capítulos siguientes, si bien de orden metodológico, tienen también referentes empíricos claros. Así, en el noveno capítulo el autor recomienda la investigación basada en problemas concretos, y para el caso particular de las ri, en fenómenos tanto internacionales como globales; la escala planetaria que han alcanzado los derechos humanos, o el proceso de redefinición de las identidades nacionales son dos áreas concretas de investigación sugeridas por Katzenstein.

    De manera similar, en el décimo capítulo Katzenstein y Sil ilustran la agenda de investigación del eclecticismo metodológico que proponen con investigaciones que han hecho contribuciones importantes a las ri a partir del análisis de situaciones concretas de relevancia en temas tan diversos como el carácter de la política exterior estadounidense, las implicaciones regionales del ascenso de China, las diferentes estrategias de política económica de los Estados que surgieron de la desintegración de la Unión Soviética, o las bases sociales del poder financiero; el undécimo capítulo trata de un fenómeno de gran importancia en la política mundial en los albores del siglo xxi, cuando se suponía que Estados Unidos era la potencia mundial indiscutida: el antiamericanismo. Por último, el capítulo 12 trata de un tema que, si bien es de carácter macrohistórico, no carece, en el tratamiento que le da nuestro autor, de referentes empíricos concretos: la formación y el papel de las civilizaciones en la política global. Así pues, es claro que la obra de Katzenstein tiene fundamentos sólidos en temas concretos de la política mundial.

    Los acertijos

    Pero no en cualquier tema. No todos los temas son creados iguales: existen aquellos sobre los que se ha escrito en demasía, y otros que no ameritan investigación. El criterio que Katzenstein utiliza para la selección de tópicos es que constituyan acertijos; es decir, que haya algo enigmático en ellos. Como cualquier estudiante de licenciatura sabe, nuestro autor reconoce que encontrar una buena pregunta es quizá la parte más difícil de la investigación. Pero es de ella que parte todo lo demás. Parafraseando a un clásico, se podría decir que en el principio era la pregunta. ¿Cuáles son pues los acertijos a los que nuestro autor se aboca en los trabajos incluidos en esta obra?

    En el primer capítulo, se trata de la manera en que un reto común (el incremento de los precios petroleros) produce efectos dispares en Estados similares (la respuesta se encuentra en las diversas estructuras domésticas); en el segundo, una paradoja recurrente en las relaciones internacionales: la fuerza de los débiles (la respuesta reside en el corporativismo democrático de los países en cuestión); el tercero se enfoca en una pregunta perenne de la política europea: la Cuestión alemana, la cual Katzenstein aborda de una manera por demás original y se pregunta cómo es que, a pesar de los constantes cambios en la composición gubernamental, no se hayan producido cambios de mayores dimensiones en la política del Estado alemán (el de la rfa) que surgió durante la guerra fría (la respuesta reside en la estructura política del estado de marras —y en particular en el amaestramiento del poder que ésta ha hecho posible); el cuarto capítulo, de manera similar, responde a la interrogante respecto a los factores que pudieron haber llevado al éxito de dos pequeños Estados en un contexto de rápidos cambios en la economía política internacional (de nueva cuenta, la respuesta radica en el tipo de estructura doméstica que les ha permitido incorporar el cambio en el ambiente internacional como hecho cotidiano).

    El quinto capítulo inquiere sobre la manera en que los intereses nacionales son construidos (la respuesta se encuentra en los procesos tanto internos como externos de interacción social, los cuales constituyen la condición que posibilita la existencia misma de los intereses: la identidad); el capítulo sexto aborda una interrogante por demás pertinente en las postrimerías de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001: ¿qué puede aprender Estados Unidos de la experiencia con esta problemática de dos de sus principales aliados? (la respuesta no es una simple moraleja: aunque hay elementos tales como una concepción más amplia de la seguridad que Washington deber emular, también hay otros —como el desentendimiento de las repercusiones internacionales y un tratamiento más localista del problema— que debe evitar).

    El séptimo capítulo tiene como punto de partida la consideración de los efectos que el fin de la guerra fría, el desmembramiento de la Unión Soviética, los ataques del 11 de septiembre y la guerra contra el terrorismo han tenido en la política mundial: ¿cómo concebirla en este nuevo contexto? (respuesta: como un mundo constituido por regiones porosas en el contexto del imperium estadounidense); el octavo capítulo, tomando el planteamiento de que vivimos en un mundo de regiones como premisa, inquiere sobre el grado en que las opciones de política de dos Estados regionales prominentes de la actualidad (Alemania y Japón) son similares, cómo responden a las presiones externas e influencias transnacionales a las que están expuestos en sus respectivas regiones, y cuál es la raíz del regionalismo actual (las respuestas tienen que ver tanto con la manera en que los dos Estados se vincularon con Estados Unidos en la posguerra como con la manera en que cada uno de ellos extendió el funcionamiento de su estructura interna a su región respectiva).

    El capítulo nueve, no obstante su temática metodológica, deja en claro que lo que a Katzenstein le interesa son las preguntas significativas, los acertijos intelectuales; de manera similar, en el décimo capítulo nuestro autor y Rudra Sil argumentan que el avance de la disciplina requiere el estudio de problemas sustantivos de forma original y creativa. Los autores enfatizan su preferencia por interpretaciones útiles que puedan utilizarse para entender problemas concretos. En el capítulo once, Katzenstein y Robert Keohane inquieren sobre los diferentes tipos así como sobre los efectos del antiamericanismo (distinguen cuatro y encuentran que aunque los efectos del antiamericanismo son reales, éstos dependen de los incentivos estratégicos que tengan los individuos y organizaciones que lo practican, lo cual desarrollan en el capítulo 10 de su libro —no incluido en este volumen—). El último capítulo tiene como objetivo central cuestionar el entendimiento convencional sobre las civilizaciones (su respuesta es una visión alternativa, plural y dinámica, de ellas).

    El método histórico-comparativo

    La tercera constante en la obra de Katzenstein es la manera en que aborda los temas de estudio: es recurrente su uso de los métodos histórico y comparativo, por medio de los cuales, como señalé, captura las características distintivas de los fenómenos que estudia. Así, en el primer capítulo de esta obra Katzenstein compara la estructura interna de seis países desde una perspectiva histórica. Como el autor deja en claro, este enfoque permite comprender los componentes comunes a las estructuras internas de los países en estudio, al tiempo que mantiene las peculiaridades nacionales en el radar. Lo distintivo de cada país es la red de políticas públicas que vincula al Estado con la sociedad. De manera similar, en el segundo capítulo Katzenstein compara la estructura doméstica de siete Estados desde un punto de vista histórico. Para él, las similitudes de estos países se originaron en los catastróficos eventos de las décadas de 1930 y 1940 —de ahí la importancia de adoptar una perspectiva histórica—. La particularidad de este caso es la manera en que los Estados pequeños hicieron de la necesidad económica en la que viven una virtud política: se acostumbraron a vivir con el cambio.

    En el tercer capítulo, la comparación es acotada a dos Estados, pero la indagación histórica se remonta al siglo xix. Es allí, sostiene Katzenstein, en donde se origina la similitud de las estructuras internas de los dos pequeños Estados en cuestión. Lo distintivo de estos países es, pues, su estructura doméstica (basada en el corporativismo democrático). De manera similar, en el cuarto capítulo el autor se remonta a la constitución misma del Estado, cuya estructura interna es su objeto de estudio para explicar las tensiones que han existido en ese país y que, a raíz del contexto internacional de la posguerra, dieron origen al amaestramiento de su poder. El elemento comparativo de este trabajo está presente en las constantes referencias que de los componentes del Estado y las redes de políticas otros países desarrollados hace Katzenstein. Lo característico de este caso es el estatus semisoberano del Estado alemán occidental de la posguerra.

    El capítulo quinto incorpora el análisis comparativo e histórico en su propuesta teórica misma, al considerar el contexto normativo (tanto externo como interno) de los Estados cuya identidad e intereses son el objeto de estudio. Como señala Katzenstein, la historia como proceso de cambio deja una marca sobre la identidad y los intereses de los Estados. Lo distintivo de la propuesta, o más bien de la agenda de investigación a que da lugar, es dilucidar los efectos que las diversas identidades estatales tienen sobre las variadas concepciones de los intereses nacionales y por lo tanto de la seguridad nacional. En el sexto capítulo, el autor se centra en la comparación histórica de las estrategias de lucha contra el terrorismo de dos Estados, y pondera lo que de esas experiencias puede aprender un tercer país. Lo que Katzenstein ubica aquí como distintivo son las muy particulares concepciones de seguridad nacional y, por lo tanto, de las respuestas apropiadas al terrorismo desarrolladas por Alemania y Japón; estas concepciones, señala el autor, pueden entenderse sólo haciendo referencia a las experiencias históricas específicas de los Estados que las albergan.

    Las categorías analíticas centrales del séptimo capítulo (imperium, regiones porosas, internacionalización, globalización) son en sí mismas conceptos históricos, y el argumento central planteado por Katzenstein descansa de manera fundamental en la comparación entre dos regiones en su interacción con el imperium y las consecuencias de ello para la política global actual. Es precisamente el propósito social de los Estados clave —el del imperium y los de los Estados regionales— lo que resulta distintivo en este planteamiento. De manera similar, el capítulo octavo está centrado en la reconstrucción histórica y la contrastación entre dos Estados regionales (Alemania y Japón). Katzenstein enfatiza el efecto de los acontecimientos históricos en ambos países tanto en la cristalización de sus propósitos nacionales en la posguerra, como en su consolidación como nodos ya no sólo del imperium, sino también del sistema global. Lo peculiar ha sido pues la manera en que la estructura interna de cada uno de los Estados analizados (democracia industrial en Alemania y democracia productiva en Japón) ha sentado las bases de sus respectivos órdenes regionales.

    En el noveno capítulo, en cambio, Katzenstein se concentra en comparar diferentes enfoques dentro de las disciplinas de ri y pc para, desde una narrativa cronológica, elucidar su evolución, puntos de convergencia y desarrollo deseable. Como el autor lo asienta claramente, en la conceptualización y la ejecución de los procesos de investigación la historia importa; pensar en el pasado en términos del presente y viceversa, sugiere Katzenstein, son maneras productivas de arribar a preguntas de investigación que valen la pena. Lo particular aquí es la propia experiencia del autor. Como él mismo plantea: trabajar en los márgenes de la política internacional y la política comparada me ha brindado la oportunidad de contar con una perspectiva distintiva. En su trabajo conjunto con Rudra Sil aquí reproducido en el capítulo diez, los autores abogan por un enfoque metodológico que, como el método historiográfico, carece de parsimonia pero en cambio gana en poder resolutivo de los procesos sociales que tienen lugar en diferentes niveles de análisis, así como de la evolución de las instituciones. La propuesta del pragmatismo como un tipo ideal (en el sentido weberiano del término) del justo medio metodológico es la particularidad de este capítulo; es desde esta posición distintiva, afirman los autores, que no sólo se puede mantener el diálogo entre

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1