Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Religión "por la libre": Un estudio sobre la religiosidad de los jóvenes
Religión "por la libre": Un estudio sobre la religiosidad de los jóvenes
Religión "por la libre": Un estudio sobre la religiosidad de los jóvenes
Libro electrónico208 páginas2 horas

Religión "por la libre": Un estudio sobre la religiosidad de los jóvenes

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Como resultado del proceso globalizador, el comportamiento de los jóvenes de cara al tema de la religión irá asumiendo características similares, aunque lógicamente éstas se encuentren teñidas o filtradas por su realidad local. Este texto se acerca al joven de entre 15 y 24 años en su relación con el mundo de la religión.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 may 2024
ISBN9786074172478
Religión "por la libre": Un estudio sobre la religiosidad de los jóvenes
Autor

Eduardo Sota García

Eduardo Sota García es doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Iberoamericana y maestro en Teología por la Universidad de Deusto, de Bilbao, España. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Sus investigaciones en el área sociológica abordan el tema de la religión, la pobreza, la marginación y la modernidad.

Relacionado con Religión "por la libre"

Libros electrónicos relacionados

Ciencias sociales para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Religión "por la libre"

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Religión "por la libre" - Eduardo Sota García

    Prefacio

    Hace años, en 1990, el Dr. Enrique Luego y un equipo de trabajo realizaron una amplia encuesta sobre intereses y actitudes religiosas entre los estudiantes de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México y de algunos otros de sus planteles universitarios del interior de la República. Esa investigación vio la luz en 1994, en una publicación que llevó por título La religión y los jóvenes de México: ¿El desgaste de una relación? Dicho estudio ofrecía y analizaba el perfil religioso de esta juventud universitaria a la luz de la teoría y las hipótesis de la Sociología de la Religión.

    El interés que me produjo esa investigación me impulsó a que años después, en el 2006, le propusiera al Dr. Luengo realizarla nuevamente y así poder descubrir y analizar las transformaciones de los intereses, las creencias y las prácticas religiosas de este sector de la juventud universitaria. Debido al tipo de trabajo que el Dr. Luengo realizaba por ese entonces lamentablemente no pudo participar de esta nueva investigación, sin embargo, me animó a llevarla a cabo dada la relevancia que tenía el proyecto.

    Tomando como base la investigación de 1990 inicié los trabajos en el 2007 contando con el apoyo de la propia Universidad, tanto a nivel de las autoridades como a nivel de los coordinadores de las diversas licenciaturas cuyo conocimiento de los grupos así como su contacto con los profesores me resultaba indispensable para el levantamiento de la encuesta. Ese contacto directo con los alumnos, con sus observaciones y comentarios, me resultó altamente enriquecedor.

    En el desarrollo de la investigación conté con el invaluable apoyo de muchos coordinadores de Programas de Licenciatura. Aprovecho la oportunidad para mencionar especialmente la generosa colaboración en el levantamiento de la encuesta de la Maestra Ma. de la Luz Campos Huerta, el entusiasta y decidido apoyo de Don Carlos Muñoz Izquierdo, de Ángeles Núñez Gornés desde el INIDE en la captura y procesamiento de la información, así como la revisión crítica y sugerencias al borrador del texto final por parte de los profesores José de Jesús Legorreta, Miguel Ángel Sánchez Carlos y de la estudiante de posgrado Elena Luengas Dondé. Asimismo, mi agradecimiento a la Maestra Wanda Marissa Rodríguez Mangual, con quien comparto otros proyectos.

    A la Universidad Iberoamericana mi reconocimiento por su importante esfuerzo de impulsar la investigación.

    Eduardo E. Sota García.

    Introducción

    Hablar de los jóvenes hoy día resulta sin duda un desafío porque la juventud –como se verá– es una de las etapas de la vida más difíciles de precisar y de caracterizar. Una primera dificultad la encontramos en las diferencias entre épocas y culturas. Como se sabe, hubo épocas en que esa etapa de la vida simplemente no existió en el sentido socio-cultural. De la niñez se pasaba directamente a la vida de adulto con responsabilidades laborales y familiares. El niño, a través de un ‘rito de paso’, se transformaba en adulto y comenzaba a formar parte de ese grupo con una serie de derechos y responsabilidades de las que poco antes carecía. Una de estas responsabilidades podía ser, por ejemplo, el matrimonio arreglado de antemano por sus padres, como se solía dar en muchas culturas. En cambio, hoy en día, en las sociedades modernas, a partir de la industrialización y los cambios que ésta trajo en el mundo de la educación, a la juventud se la prolonga cada vez más, de tal suerte que se habla del síndrome Peter Pan.

    Una segunda dificultad está en las diferencias que se pueden encontrar en la vida de un joven citadino con respecto a la de un joven del mundo rural, aún más si éste es parte de algún grupo étnico de origen prehispánico. O simplemente las diferencias de género que existen entre los muchachos y las muchachas en el aspecto biológico y en las etapas de maduración.

    Finalmente, otros problemas de no fácil solución son, por ejemplo, tanto el cronológico como el terminológico. ¿Cuándo comienza la juventud y cuándo termina? ¿Comienza con la pubertad? ¿Termina con el matrimonio o el empleo fijo? ¿Es lo mismo juventud que adolescencia? Y así se podrían enumerar algunas otras problemáticas que dificultan la precisión y caracterización de esta etapa.

    Sin embargo, dado que la presente investigación no puede ni pretende resolver todas esas preguntas, simplemente nos abocaremos a señalar algunos elementos que nos permitan caracterizar aceptablemente a nuestro grupo de referencia. Es decir, pasaremos a señalar algunos de los rasgos comunes que caracterizan a la juventud contemporánea.

    La juventud es la etapa de la vida en la que se está despertando a la sexualidad y ésta se comienza a vivir de forma más o menos plena. Las actividades de los jóvenes suelen concentrarse en el ámbito del estudio o se comienza a probar suerte en el mundo del trabajo.

    …es una etapa deslumbrante, mezcla de enajenación y de omnipotencia, enajenación nacida…del sentimiento de incongruencia entre sí mismo y el mundo adulto; omnipotencia o sentimiento de absoluta libertad, de vivir en un mundo de puras posibilidades…[1]

    Es una etapa previa al mundo de la plena responsabilidad productiva, conyugal, doméstica y parental.

    En los últimos tiempos la subcultura de los jóvenes se ha ido homogeneizando como resultado del proceso de globalización cultural, ya que a través del cine, la televisión y el internet, la música, las modas, los ideales, los héroes, las expectativas, etc., de los jóvenes de todo el planeta se van asemejando. Así, como resultado del proceso globalizador, el comportamiento de los jóvenes de cara al tema de la religión irá asumiendo características similares aunque lógicamente éstas se encuentren teñidas o filtradas por su realidad local.

    Este texto se acerca al joven de entre 15 y 24 años en su relación con el mundo de la religión. El texto, que en buena parte es resultado de una investigación propia contrastada con investigaciones realizadas por otros analistas, no pretende ser un acercamiento teórico sino empírico, sin embargo los resultados buscan ser encuadrados e interpretados a la luz de la teoría sociológica contemporánea que analiza el status de la religión en las sociedades modernas.

    El primer capítulo de este libro presenta un estudio comparativo que se llevó a cabo aplicando la misma encuesta sobre intereses y actitudes religiosas a dos grupos de jóvenes universitarios de ambos sexos separados en el tiempo por cerca de 17 años (1990 y 2007). Como resultado de la investigación se ofrece el perfil religioso de los jóvenes universitarios contemporáneos (2007) y se analizan las transformaciones que la religiosidad de esta juventud universitaria ha tenido a lo largo de ese tiempo comparándola con la de los jóvenes de hace 17 años.

    El capítulo segundo pretende ubicar, al interior de la realidad nacional, los resultados de la religiosidad del sector de la juventud universitaria arrojados por la investigación analizada en el capítulo primero. En otras palabras, se pretende responder a las siguientes preguntas: ¿Qué perfil presenta la religiosidad de esta juventud universitaria si la contrastamos con la de la juventud mexicana en general? ¿Se le puede comprender como parte de esa realidad religiosa más amplia de los jóvenes y las jóvenes mexicanas, o más bien, por sus características particulares, sus resultados toman un rumbo diferente, no coincidente, con esa realidad religiosa nacional?

    El objetivo del tercer capítulo es doble: por una parte, pretende comparar los resultados de la religiosidad de estos jóvenes universitarios con los resultados de la religiosidad de la juventud de otros países de Occidente (tanto de Europa como América Latina) y, por otra parte, busca interpretar los resultados obtenidos de nuestra investigación sobre la religiosidad de la juventud universitaria estudiada, a la luz del desarrollo del fenómeno religioso en Occidente. En otras palabras, reflexionar sobre el significado de los resultados a la luz de la teoría sociológica contemporánea que estudia la cuestión religiosa como fenómeno social en el contexto de la globalización.

    Notas

    [1] J. GONZÁLEZ-ANLEO / J.M. GONZÁLEZ-ANLEO, Para comprender la juventud actual, EVD, Estella (Navarra) 2008, 70.

    Capítulo 1. Jóvenes universitarios y religión

    1. La religión en la sociedad contemporánea

    Los principales y más connotados estudiosos del fenómeno religioso, desde la disciplina de la sociología, coinciden en afirmar que la religión ha sufrido notables transformaciones a partir del advenimiento de la lógica y la dinámica de la modernidad en las diversas sociedades de Occidente.[2] El problema entre los expertos ha sido, más bien, el lograr llegar a un acuerdo sobre qué tipo de transformaciones en el ámbito religioso son las que se ponen en marcha con la llegada del mundo moderno.

    La experiencia europea ha mostrado que en la medida en que la modernidad fue desarrollándose en los diversos países que conforman Europa occidental, la religión fue perdiendo impacto y relevancia como uno de los factores que influían en la construcción de lo social. Las sociedades comenzaron a erigirse bajo criterios cada vez más claramente laicos (proceso denominado como ‘laicización’) y la religión se fue confinando a las conciencias de los creyentes.

    Por su parte, los creyentes fueron tomando distancia no sólo física de sus iglesias sino, principalmente, doctrinal y práctica. Generación tras generación la otrora Europa Cristiana se fue alejando de los diversos templos, tomó distancia de la moral oficial de sus respectivas iglesias, y los individuos construyeron una especie de ‘religión a la carta’ en donde cada creyente toma de cada tradición religiosa lo que le place y lo articula de acuerdo a sus propios criterios y necesidades; o bien pasa a engrosar las filas de los ‘indiferentes’ en cuestiones de religión.

    A eso se le llamó proceso de secularización en sus aspectos objetivo y subjetivo. Y si bien es cierto que en un primer momento se creyó que ese proceso llevaría a la desaparición de la religión, una vez que el polvo levantado por ese terremoto empezó a aplacarse, los analistas prefieren precisar señalando que en Europa la secularización supone más bien una desinstitucionalización de la religión. En otras palabras, la religión abandona los caminos institucionalizados, propios de las iglesias, pero todavía se le encuentra por caminos más individuales.[3]

    La experiencia en otros países no ha sido la misma. Véase el caso de los Estados Unidos. Este es un país cuya historia religiosa contemporánea no muestra que la asistencia a la iglesia, la frecuencia de la oración o la creencia en Dios manifiesten tendencia a un declive.

    Por otra parte, el proceso denominado como laicización no resulta nuevo para la realidad estadounidense pues es un país que nació como una sociedad secular. En ese sentido, a diferencia de la experiencia europea donde se desarrollaron las guerras de religión y los monopolios religiosos cristianos (católicos y protestantes) impusieron su fe en sus respectivas regiones, en la experiencia estadounidense el pluralismo religioso siempre ha estado presente en medio de una sociedad que se ha organizado en torno a criterios laicos. Luego entonces no se ha dado como tal un proceso de laicización.[4]

    Por todo lo mencionado, muchos sociólogos de la religión estadounidenses no aceptan la teoría de la secularización tal como la perciben los sociólogos de la religión en Europa; es decir, no se acepta el planteamiento según el cual con la llegada del mundo moderno y el proceso de laicización de la sociedad se da un descenso drástico de las prácticas y creencias religiosas.

    Uno de estos sociólogos de la religión, probablemente el más conocido y más polémico es P. Berger. En los años sesenta del siglo XX defendió precisamente la tesis de la secularización que posteriormente, en los noventa, rechaza.[5] En su discurso más contemporáneo señala que hay que desterrar la idea de que la modernidad y el declive de la religión son fenómenos inseparables.[6] Señala que lo que la modernidad favorece es más bien el fenómeno del pluralismo, y éste mina el estatus de las creencias y valores que se dan por sentados, un proceso que afecta a la religión tanto como a cualquier otro componente de la cultura.[7] Lo anterior no hace que la gente abandone sin más sus creencias, lo que sucede es que ahora las elige.

    Afirma que el mundo actual es tan religioso como antes o aún más (tesis de la desecularización); sin embargo reconoce que hay sin duda dos excepciones a ésta su nueva tesis: una geográfica y otra sociológica.

    La excepción geográfica es precisamente Europa. Reconoce que en la Europa central y occidental

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1