El Arte de la Guerra

Por Sun Tzu y J.O.P

"El arte de la guerra" es un tratado sobre estrategia militar escrito por el general chino Sun Tzu en el siglo VI a.C. El libro se divide en 13 capítulos, cada uno de los cuales trata un aspecto diferente de la guerra, como la planificación, el espionaje, la logística y la moral. En general, el libro argumenta que la guerra es una extensión de la política y que el éxito en la guerra depende de la estrategia y la táctica adecuadas más que de la fuerza bruta. El libro también se refiere a la importancia de la inteligencia, la paciencia, la flexibilidad y la capacidad de adaptarse a los cambios. Sun Tzu también enfatiza la importancia de la victoria pacífica, y anima al lector a evitar la guerra siempre que sea posible. En resumen es una obra con enseñanzas y estrategias para tanto en temas militares como en la vida cotidiana.

• Idioma: Español
• Editorial: J.O.P
• Fecha de lanzamiento: 28 feb 2023
• ISBN: 9798215325285

Sun Tzu

Sun Tzu was a Chinese general and military strategist who lived during the Eastern Zhou period of ancient China. He is credited with writing The Art of War, a study of battlefield tactics with profound insight into human nature that has influenced readers over millennia. Lionel Giles was a British scholar, writer, and philosopher born in 1875. He was assistant curator at the British Museum and is best known for his translations of The Art of War and The Analects of Confucius.

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Prólogo

El Arte de la Guerra es un tratado clásico sobre estrategia militar escrito por el general chino Sun Tzu en el siglo V a.C. A lo largo de los siglos, ha sido estudiado y aplicado en múltiples contextos, desde la guerra hasta los negocios y la política, y es considerado una obra maestra de la literatura estratégica.

El enfoque principal del libro es la idea de que la victoria en la guerra (o en cualquier conflicto) se alcanza no solo mediante la fuerza militar, sino también mediante la planificación estratégica, la comprensión del terreno, la evaluación de los recursos, la capacidad de adaptación y la comprensión psicológica del enemigo. Sun Tzu creía que la mejor manera de ganar una guerra era evitar el combate directo y aprovechar las debilidades del enemigo para obtener una ventaja estratégica.

El Arte de la Guerra presenta una serie de lecciones fundamentales que son aplicables tanto en situaciones militares como en situaciones civiles. Entre ellas se encuentran:

La importancia de conocer tanto a tu enemigo como a ti mismo: Sun Tzu argumenta que la clave para la victoria es comprender las fortalezas y debilidades de ambas partes y adaptar la estrategia en consecuencia.

La necesidad de planificar y prepararse adecuadamente: Sun Tzu enfatiza la importancia de la planificación y la preparación cuidadosas antes de emprender cualquier acción. Esto incluye evaluar el terreno, medir la fuerza y ​​la debilidad de las tropas, y considerar las condiciones climáticas y otros factores ambientales.

La importancia de la adaptabilidad: Sun Tzu enfatiza la necesidad de adaptarse a los cambios en el campo de batalla y de ser flexible en la implementación de la estrategia. Esto puede implicar cambiar de táctica, ajustar la planificación o incluso retirarse si es necesario.

La importancia de la moral: Sun Tzu enfatiza que la moral de las tropas es esencial para la victoria. Él argumenta que un comandante debe inspirar a sus tropas y mantener su motivación en todo momento.

Aunque El Arte de la Guerra es un tratado militar, sus lecciones han sido aplicadas a lo largo de los siglos en campos como los negocios, la política y la diplomacia. Las ideas de Sun Tzu se han utilizado para resolver conflictos y encontrar soluciones pacíficas a los problemas, y se han incorporado en la cultura popular en todo el mundo.

En resumen, El Arte de la Guerra de Sun Tzu es un libro fascinante y atemporal que ofrece una guía valiosa para aquellos que buscan ganar en situaciones de conflicto. Con su enfoque holístico de la estrategia, este libro ofrece lecciones que son aplicables no solo en la guerra, sino también en la vida cotidiana.

J.O.P

Artículo I, Evaluación

Sun Tzu dice: La guerra es de vital importancia para el Estado. Es el dominio de la vida y la muerte: de él depende la conservación o la pérdida del imperio; es imperativo regularlo bien. No pensar seriamente en lo que le concierne es mostrar una indiferencia culpable ante la conservación o la pérdida de lo que nos es más querido, y esto no se encuentra entre nosotros.

Cinco cosas principales deben ser objeto de nuestra continua meditación y cuidado, como hacen esos grandes artistas que, cuando emprenden alguna obra maestra, tienen siempre presente la meta que se proponen, aprovechan al máximo todo lo que ven y oyen, y no descuidan nada para adquirir nuevos conocimientos y toda la ayuda que pueda conducirles felizmente a su fin.

Si queremos que la gloria y el éxito acompañen a nuestras armas, nunca debemos perder de vista: la doctrina, el tiempo, el espacio, el mando, la disciplina.

La doctrina da lugar a la unidad de pensamiento; nos inspira el mismo modo de vivir y de morir, y nos hace intrépidos y firmes en la desgracia y en la muerte.

Si conocemos bien el tiempo, no ignoraremos esos dos grandes principios Yin y Yang por los que se forman todas las cosas naturales, y por los que los elementos reciben sus diferentes modificaciones; conoceremos el momento de su unión y de su mutua concurrencia en la producción del frío, del calor, de la serenidad o de la inclemencia del aire.

El espacio no es menos digno de nuestra atención que el tiempo; estudiémoslo bien, y tendremos el conocimiento de lo alto y lo bajo, de lo lejos y lo cerca, de lo ancho y lo estrecho, de lo que permanece y de lo que sólo pasa.

Por mando entiendo la equidad, el amor a los que nos están sometidos en particular y a todos los hombres en general; el conocimiento de los recursos, el valor y el coraje, el rigor, éstas son las cualidades que deben caracterizar a quien se reviste de la dignidad de general; virtudes necesarias para cuya adquisición no debemos descuidar nada: sólo ellas pueden ponernos en condiciones de caminar dignamente al frente de los demás.

A los conocimientos que acabo de mencionar, hay que añadir el de la disciplina. Poseer el arte de disponer las tropas; no conocer ninguna de las leyes de la subordinación y hacerlas observar rigurosamente; estar instruido en los deberes particulares de cada uno de nuestros subordinados; conocer los diferentes caminos por los que podemos llegar al mismo fin; no desdeñar entrar en un detalle exacto de todas las cosas que pueden ser de utilidad, y familiarizarse con cada una de ellas en particular. Todo ello forma un cuerpo de disciplina cuyos conocimientos prácticos no deben escapar a la sagacidad ni a las atenciones de un general.

Tú, pues, a quien el príncipe ha elegido para poner al frente de los ejércitos, sienta las bases de tu ciencia militar sobre los cinco principios que acabo de establecer. La victoria seguirá tus pasos por doquier: por el contrario, sólo experimentarás las derrotas más vergonzosas si, por ignorancia o presunción, llegas a omitirlas o rechazarlas.

Los conocimientos que acabo de indicarte te permitirán discernir, entre los príncipes que gobiernan el mundo, quién tiene más doctrina y virtud; conocerás a los grandes generales que pueden encontrarse en los diferentes reinos, de modo que podrás conjeturar con cierta certeza cuál de los dos antagonistas debe prevalecer; y si tú mismo tienes que entrar en la refriega, podrás lisonjearte razonablemente de que saldrás victorioso.

Este mismo conocimiento te permitirá prever los momentos más favorables, conjugando tiempo y espacio, para ordenar el movimiento de las tropas y las rutas que deberán seguir, y regularás adecuadamente todas las marchas. Nunca empezará ni terminará la campaña fuera de temporada. Conocerás la fuerza y la debilidad tanto de los que te han sido confiados como de los enemigos a los que tienes que combatir. Sabrás en qué cantidad y en qué estado se encontrarán las municiones de guerra y de boca de los dos ejércitos, distribuirás las recompensas liberalmente, pero con elección, y no escatimarás castigos cuando sea necesario.

Admiradores de sus virtudes y de sus capacidades, los oficiales generales puestos bajo su autoridad le servirán tanto por placer como por deber. Entrarán en todas vuestras miras, y su ejemplo conducirá infaliblemente al de los subordinados, y los propios soldados rasos contribuirán con todas sus fuerzas a aseguraros los éxitos más gloriosos.

Estimados, respetados, apreciados por los tuyos, los pueblos vecinos acudirán gustosos a agruparse bajo los estandartes del príncipe al que sirves, ya sea para vivir bajo sus leyes o simplemente para obtener su protección.

Igualmente instruido en lo que puedes y no puedes hacer, no formarás ninguna empresa que no pueda llevarse a buen término. Verás, con la misma penetración, lo que estará lejos de ti como lo que estará ante tus ojos, y lo que estará ante tus ojos como lo que está más lejos