Manual del club de lectura: Cómo crear y gestionar un club de lectura dinámico y perdurable

Por Rosa García Perea

Leer no siempre ha sido un gesto íntimo y solitario, aunque en los últimos cien años así lo hayamos entendido. En el pasado, leer en grupo o en voz alta, para un colectivo más o menos amplio, era algo bastante usual. Quizá esto fuese la semilla de lo que hoy conocemos como un club de lectura. En bibliotecas, colegios, cafés, librerías o centros penitenciarios, grupos muy heterogéneos se reúnen de manera periódica, cautivados por el maravilloso placer de la lectura, para compartir sus ideas y emociones en torno a una obra literaria.

Cabría pensar que para crear un club de lectura sólo son necesarias dos cosas: libros y lectores. Pero no son suficientes. Desde la extensión del libro elegido hasta la frecuencia de las reuniones, pasando por el espacio donde tendrá lugar o el perfil del moderador y de los participantes, cada factor influirá de manera determinante para que un club de lectura resulte un completo éxito o se quede en un catálogo de buenas intenciones.

En este práctico manual, dirigido a todo tipo de público, encontrará respuesta a todos esos aspectos, así como nuevas y provechosas ideas para forjar o potenciar al máximo un club de lectura.

• Idioma: Español
• Editorial: Lid Editorial
• Fecha de lanzamiento: 11 jun 2018
• ISBN: 9788416750061

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PRÓLOGO

Siempre he creído que el mejor viajero es aquél que cuando vuelve es capaz de hacernos viajar a nosotros con el simple relato de lo vivido.

Leer es viajar a otros lugares, a otros tiempos, a otras vidas, a tantas y tantas experiencias que en una sola existencia que, por muy longeva o por muy intensa que ésta pueda ser, es imposible experimentar. Tantas cosas, muchas veces lejanas en el tiempo, en el espacio o en los sentimientos propios.

Al igual que esos viajeros románticos el lector que termina un libro lo hace con un equipaje de vuelta. Nada es igual que antes de partir. En esa particular mochila, al igual que los souvenirs, cada uno ha metido consciente o inconscientemente parte de lo visitado, de lo leído.

Cuántas veces hemos encontrado en alguien que ha vuelto de un país que nosotros antes habíamos visitado una perspectiva tan distinta a la nuestra que parecen lugares distintos. Pero que por otra parte, siempre, siempre enriquece nuestra visión de tal destino.

Cuando leemos un libro ocurre igual, no se trata de decidir la calidad o belleza de una obra, sería una osadía y una falta de respeto por el trabajo de alguien y el trabajo como concepto es consustancial a la condición humana. Por el contrario, se trata de completar, de contrastar, de apreciar… en definitiva de aprender de los demás y ser capaces de dar nuestra opinión que para ello hemos ido formando.

Esa puesta en común de experiencias es el club de lectura, de navegantes de libros, de viajeros de páginas, de aventureros de bibliotecas o exploradores de librerías

Para ello, solo hace falta elegir un libro, entregarse en su lectura hasta llegar al final y tener ganas de oír cómo les ha ido a los demás viajeros en esta complicidad y decisión maravillosa de leer.

Prueben, verán que pueden experimentar tantas o más vida que un gato pero maravillosamente simultáneas.

Ángel Boyer

Moderador del Club de lectura y debate Monipodio

I. ¿QUÉ ES UN CLUB DE LECTURA?

Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado en la vida.

Mario Vargas Llosa

Posibles inicios

Es difícil saber cuándo se crea el primer club de lectura, porque como podemos suponer, comentar las sensaciones que nos ha producido la lectura de un libro es algo tan intrínseco en los lectores como el hecho en sí de abrirlo.

En el siglo XVI, se inician las Tertulias Españolas fruto de las academias literarias del Siglo de Oro; como la valenciana Academia de los Nocturnos, o la de Sevilla, que presidió el Duque de Tarifa, celebradas en la Casa de Pilatos. En Madrid estaba la Academia Salvaje, nacida en 1612, y la Academia Mantuana, en la que Lope de Vega leyó su Arte nuevo de hacer comedias.

Pero de estas tertulias nacen los cafés literarios europeos, que tienen más que ver con la creación que con la lectura en común. Un club de lectura es otra cosa...

La lectura como actualmente la conocemos es un gesto individual y solitario. Nos sentamos a leer en soledad y en silencio. Pero no siempre ha sido así. La lectura en voz alta y en grupo era lo habitual hasta el siglo XVI. Famosa es la anécdota de san Agustín y san Ambrosio. Cuando el primero se asombra al ver a San Ambrosio leyendo a solas y en silencio.

«Cuando leía sus ojos se desplazaban sobre las páginas y su corazón buscaba el sentido, pero su voz y su lengua no se movían» decía San Agustín.

Curiosamente, san