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El Martín Fierro como literatura de denuncia: La música y la cultura del hombre americano
El Martín Fierro como literatura de denuncia: La música y la cultura del hombre americano
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Libro electrónico296 páginas3 horas

El Martín Fierro como literatura de denuncia: La música y la cultura del hombre americano

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En tiempos en que hasta la palabra está devaluada nos llega de la mano de José Miguel Viotto este profundo trabajo -su tesis doctoral- "El Martín Fierro como literatura de denuncia". Escrito en 1972 y publicado por primera vez en 2010 en formato físico, hoy conserva la frescura y vigencia que el marco de la obra de José Hernández le aporta. Viotto aborda el Martín Fierro desde la denuncia que el libro nos propone. Publicado cien años antes que esta obra, en 1872, el poema nacional reflejó la cruda realidad a la que se veían enfrentados los hombres enviados a la frontera. Es la protesta expresada a través de la vida de un gaucho, quien se vio forzado a resignar su libertad e individualidad frente a los cambios sociales y materiales que invadieron a su querida Pampa. Podría haber sido escrita hoy por voceros de otros grupos de oprimidos en cualquier parte del mundo. Es tal vez por esta razón que este poema tiene tal aceptación universal a punto de que ha sido traducido a más de diecinueve idiomas. José Hernández puso todo su empeño en defender a sus paisanos de las injusticias que se cometieron contra ellos, que es lo que precisamente viene a rescatar José Miguel Viotto en esta obra de absoluta e indiscutida vigencia.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento13 oct 2021
ISBN9789878808604
El Martín Fierro como literatura de denuncia: La música y la cultura del hombre americano

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    El Martín Fierro como literatura de denuncia - José Miguel Viotto

    Agradecimientos

    Así en plural y con mayúsculas: AGRADECIMIENTOS, porque son varias las Instituciones oficiales y privadas, civiles y religiosas que colaboraron para que yo después de 38 años pudiese concretar el sueño de la publicación de mi tesis doctoral.

    Y además son muchísimas las personas, familiares y amigos, que me acompañaron siempre y me brindaron su apoyo generoso y leal.

    ¡Gracias a todos! ¡Sin Uds. esto no hubiese sido posible!

    (Perdonen el anonimato, pero es tanto lo que debo agradecer que mi memoria se ve superada).

    J. M. V.

    El editor agradece especialmente al Diputado Provincial Juan Carlos Juárez.

    Dedicatoria

    A todos los ciudadanos que apuestan a vivir democráticamente en un país mejor construído sobre la base de los valores vernáculos y de sus tradiciones.

    Nota del autor

    ¿Por qué las instituciones, las personas, las obras, los escritos, las canciones y manifestaciones de arte, etc., etc., que siguen vigentes después de años, de décadas, de siglos; por qué perduran a través del tiempo sin sufrir mengua en su popularidad?

    - Porque el motivo subyacente de su gestación sigue latente y no hubo nada que modifique su contenido ni sus valores intrínsecos y la sociedad los sigue reconociendo y reclamando.

    El Martín Fierro de José Hernández es un caso testigo para nosotros los argentinos. La genial obra literaria que nos enorgullece a todos fue escrita por el autor hace ya mucho más de cien años en un contexto histórico, social y político determinado. Hoy han variado las circunstancias históricas, pero las sociales y políticas yo diría que en vez de atenuarse, se han agravado. Por desgracia se está cumpliendo la descarnada profecía que Enrique Santos Discépolo lanzó en 1935 cuando estrenó Cambalache en el Teatro Maipo. Dice la letra del final:

    "Es lo mismo el que labura

    noche y día como un buey

    que el que vive de los otros,

    que el que mata, que el cura

    o está fuera de la ley".

    De lo expresado anteriormente se infiere que el Poema Hernandiano está más vigente que nunca y por eso me complazco en presentar aquí en la Argentina mi tesis doctoral El Martín Fierro como literatura de denuncia. Este trabajo de investigación lo realicé en 1972 y releyéndolo noto que permanece muy actualizado por lo que apuntábamos al comienzo. Es mi aporte personal en la celebración del BICENTENARIO de nuestra querida PATRIA nacida en 1810. No modifico absolutamente nada, ni una coma siquiera, porque sigo creyendo en la autenticidad tanto del poema como de la denuncia que yo realizo apoyada en la autoridad crítica de una vasta bibliografía que también permanece en el tiempo.

    Estimados lectores:

    Podrán o no estar de acuerdo con los diversos puntos de vista de mi Tesis. Pero estoy seguro que se verán en la necesidad de revisar ideas y conceptos que nos estimularán en la defensa de lo vernáculo, como me sucedió a mí al escribirla. Ojalá la crítica no quede solamente en crítica, que se transforme en fuerza positiva para la construcción de un PAIS mejor que nos merecemos.

    José Miguel Viotto

    A modo de Prólogo

    En tiempos en que hasta la palabra está devaluada nos llega de la mano de José Miguel Viotto este profundo trabajo –su tesis doctoral- El Martín Fierro como Literatura de Denuncia. Escrito en 1972, tiene la frescura y la vigencia que el marco de la obra de Hernández le otorga. Viotto aborda el Martín Fierro desde la denuncia que el libro nos propone. Publicado en 1872, el poema nacional refleja la cruda realidad a la que se veían enfrentados los hombres enviados a la frontera. Es la protesta expresada a través de la vida de un gaucho, quien se vio forzado a resignar su libertad e individualidad frente a los cambios sociales y materiales que invadieron su querida Pampa. Podría haber sido escrita hoy por voceros de otros grupos de oprimidos en otras partes del mundo, y tal vez por esta razón, este poema tiene tal aceptación universal que ha sido traducido a muchísimos idiomas, haciéndolo disponible a más de la mitad de la humanidad. José Hernández, puso todo su empeño en defender a sus paisanos de las injusticias que se cometieron contra ellos, que es lo que precisamente viene a rescatar José Miguel Viotto.

    El Martín Fierro narra la incorporación forzada del protagonista al ejército, la huida y su amistad con Cruz. Todo el poema está impregnado de denuncia social y encierra grandes verdades políticas como la falta de educación, la mala organización judicial y militar, la deficiencia de la policía rural y, sobre todo, un profundo resentimiento de la clase popular de campaña contra las clases urbanas. El lenguaje del libro es un claro exponente del habla rural.

    Rodolfo Kusch ⁰ con motivo del centenario de la publicación del Martín Fierro en 1972 publica en las páginas del Suplemento Cultura y Nación del Diario Clarín de 9 de noviembre de ese año un estudio sobre el significado del canto en el Martín Fierro "El canto tiene en Martín Fierro una dimensión simbólica inusitada. Ya mismo en el texto se invoca antes de cantar a los santos del cielo y a Dios. Además muchos cantores, se dice, no llegaron al canto porque se cansaron en partidas, lo cual indica, que para cantar es necesario una especie de catarsis. El canto también está ligado a la vida humana, porque se nace cantando y se muere cantando, y siempre el canto está disponible para hacer tiritar los pastos. Incluso la índole del canto se asocia frecuentemente al manantial y, en general, a la fluidez y a la urgencia del cantar.

    Yo no soy cantor letrado // mas si me pongo a cantar // no tengo cuando acabar // y me envejezco cantando: // Las coplas me van brotando // como agua de manantial.

    Por otra parte, es curioso que a través de todo el poema no aparezca el oyente, aquel para quien se canta. ¿Qué significa entonces el canto en el Martín Fierro?

    Para entender esto es preciso distinguir en el poema tres vectores de interpretación. Uno es la del poema en sí, como objeto dado delante de uno, que se compra de forma de libro en la librería o en los quioscos. Otro es el del actor al cual todos achacan las cosas puestas en el poema. Pero hay un tercero del cual nadie habló sino muy superficialmente, y es el gauchaje que lo solía comprar junto con la yerba y el tabaco en las pulperías. Este representa una tercera dimensión no tomada en cuenta por nuestra crítica. Entrar en él es encontrar recién la verdadera dimensión del poema, su valor total, porque si el gauchaje no hubiese hecho suyo el poema, nadie se acordaría hoy ni del Martín Fierro ni de José Hernández. Si esto no lo sabíamos antes es por la falsa orientación de nuestra crítica literaria que se ocupa de hombres y libros y no de la masa de lectores. Es un defecto del país, que también se da en la política. Sabemos de manifiestos y de figuras políticas, pero no del pueblo que sufre la política. ¿Es que el Martín Fierro expresa la gran paradoja de lo argentino? Como si dijera que todos, desde los gobernantes hasta nuestra vida privada rompemos la guitarra constantemente porque tenemos el canto de toda nuestra verdad pero no logramos crear el mundo con ella? ¿Será por eso que en lo cotidiano decimos que´m’importa, para qué o no vale la pena y cuando pensamos en grande examinamos qué pasó con nuestro país lo vemos con un largo silencio mantenido a través de 150 años sin canto y un mero decir? ¿Será que nuestro país no pudo decir su canto, aunque lo tiene, de tal modo que cuando en lo cultural o en lo político quisimos asumir nuestra verdad nos dio vergüenza, a no ser que recurriéramos a la misma agresión que necesita Martín Fierro en los primeros versos del poema para justificar su canto? Pensemos en unos pocos ejemplos: Yrigoyen, el peronismo, nuestra habla cotidiana, el pueblo en general o nuestra vida misma de todos los días, nuestra situación actual, nunca logran decir toda la verdad y siempre son rechazados. Siempre, junto al exceso de verdad, la imposibilidad de concretar el canto."

    Es en este contexto que José Miguel Viotto trabaja arduamente en Madrid, España, en su tesis doctoral colofón de su Doctorado en Literatura Hispánica en la Universidad Complutense, también en el marco del centenario de la obra de Hernández. Treinta y ocho años después esta tesis doctoral se convierte en el cuarto libro de José Miguel Viotto, le preceden tres poemarios Versos Caseros (1999), Nueva Arcadia (2000) y ¿Tierra en los Ojos? (2002). Su vida ha sido la docencia, hoy a los 71 años sigue trabajando como profesor de literatura y Director de la Escuela de Enseñanza Media Nº 5 de la ciudad de Luján.

    Podría señalar sin temor a equivocarme que esta es la obra de mayor envergadura literaria que José Miguel Viotto ha publicado. Sé que su pretensión es que se convierta en un libro de consulta en escuelas y universidades, porque desde su óptica ese éxito es el premio mayor y no otro.

    Dr. Edgardo Miller

    Primavera de 2010

    * Rodolfo Kusch. Filósofo 1922-1979

    Palabras preliminares

    Carta del autor a don José Zoilo Miguens

    Querido amigo:

    Al fin me he decidido a que mi pobre Martín Fierro, que me ha ayudado algunos momentos a alejar al fastidio de la vida del hotel, salga a conocer el mundo, y allá va acogido al amparo de su nombre.

    No le niegue su protección, Usted que conoce bien todos los abusos y todas las desgracias de que es víctima esa clase desheredada de nuestro país. Es un pobre gaucho, con todas las imperfecciones de forma que el arte tiene todavía entre ellos, y con toda la falta de enlace en sus ideas, en las que no existe siempre una sucesión lógica, descubriéndose frecuentemente entre ellas apenas una relación oculta y remota. Me he esforzado, sin presumir haberlo conseguido, en presentar un tipo que personificara el carácter de nuestros gauchos, concentrando el modo de ser, de sentir, de pensar y de expresarse, que les es peculiar, dotándolo con todos los juegos de su imaginación llena de imágenes y de colorido, con todos los arranques de su altivez, inmoderados hasta el crimen, y con todos los impulsos y arrebatos, hijos de una naturaleza que la educación no ha pulido y suavizado.

    Cuantos conozcan con propiedad el original podrán juzgar si hay o no semejanza en la copia.

    Quizá la empresa habría sido para mí más fácil, y de mejor éxito, si sólo me hubiera propuesto hacer reír a costa de su ignorancia, como se halla autorizado por el uso en este género de composiciones; pero mi objeto ha sido dibujar a grandes rasgos, aunque fielmente, sus costumbres, sus trabajos, sus hábitos de vida, su índole, sus vicios y sus virtudes; ese conjunto que constituye el cuadro de su fisonomía moral, y los accidentes de su existencia llena de peligros, de inquietudes, de inseguridad, de aventuras y de agitaciones constantes.

    Y he deseado todo esto, empeñándome en imitar ese estilo abundante en metáforas, que el gaucho usa sin conocer y sin valorar, y su empleo constante de comparaciones tan extrañas como frecuentes; en copiar sus reflexiones con el sello de la originalidad que las distingue y el tinte sombrío de que jamás carecen, revelándose en ellas esa especie de filosofía propia que, sin estudiar, aprende en la misma naturaleza, en respetar la superstición y sus preocupaciones, nacidas y fomentadas por su misma ignorancia; en dibujar el orden de sus impresiones y de sus afectos, que él encubre y disimula estudiosamente, sus desencantos, producidos por su misma condición social, y esa indolencia que le es habitual, hasta llegar a constituir una de las condiciones de su espíritu; en retratar, en fin, lo más fielmente que me fuera posible, con todas sus especialidades propias, ese tipo original de nuestras pampas, tan poco conocido por lo mismo que es difícil estudiarlo, tan erróneamente juzgado muchas veces, y que, al paso que avanzan las conquistas de la civilización, va perdiéndose casi por completo.

    Sin duda que todo esto ha sido demasiado desear para tan pocas páginas, pero no se me puede hacer un cargo por el deseo sino por no haberlo conseguido.

    Una palabra más, destinada a disculpar sus defectos. Páselos Usted por alto, porque quizá no lo sean todos los que, a primera vista, puedan parecerlo, pues no pocos se encuentran allí como copia o imitación de los que lo son realmente. Por lo demás, espero, mi amigo, que Usted lo juzgará con benignidad, siquiera sea porque Martín Fierro no va de la ciudad a referir a sus compañeros lo que ha visto y admirado en un 25 de Mayo u otra función semejante, referencias algunas de las cuales, como en Fausto y varias otras, son de mucho mérito ciertamente, sino que cuenta sus trabajos, sus desgracias, los azares de su vida de gaucho, y Usted no desconoce que el asunto es más difícil de lo que muchos se lo imaginarán.

    Y con lo dicho basta para preámbulo, pues ni Martín Fierro exige más, ni Usted gusta mucho de ellos, ni son de la predilección del público, ni se avienen con el carácter de

    Su verdadero amigo

    JOSÉ HERNÁNDEZ

    Buenos Aires, diciembre de 1872

    Desde la madre patria

    En el centenario de la primera

    Publicación de "El Gaucho

    Martín Fierro" de José

    Hernández. 1872 – 1972

    A mi insigne Profesor y Amigo

    Dr. Arturo Berenguer Carisomo,

    Catedrático de la Universidad del

    Salvador de Buenos Aires.

    J. M. V.

    "Que no se trabe mi lengua

    Ni me falte la palabra".

    (V. 37-8)

    Introducción

    La máxima aspiración de la expresión literaria como de toda obra artística es la consecución, posesión y transmisión de la Belleza y por consiguiente del goce estético a ella vinculado. Pero para lograr este fin supremo indispensable en orden a los valores, pueden recorrerse diversos caminos y emplearse distintos materiales o contenidos. Así por ejemplo los clásicos nos comunicaron la Belleza a través de la mitología; los románticos con sus descripciones pintorescas; los modernistas por medio de la imagen y el sonido y los realistas dándonos una visión directa de las personas y las cosas.

    En íntima relación con este último grupo las historias de las literaturas de todos los pueblos y tiempos nos hablan de un tipo especial de literatura que hace hincapié en lo sociológico, que pinta, pondera y critica grupos humanos, instituciones civiles, militares y religiosas; que alaba o satiriza legislaciones, actitudes y costumbres; que sale en defensa del oprimido, de las clases más bajas; en una palabra, que trata de encontrar la mejor fórmula para una mutua convivencia y que en el fondo es eminentemente humanitaria porque su principal preocupación es la vida del hombre, sus problemas y las relaciones con sus semejantes.

    Se ha dado en llamarla literatura de protesta o de denuncia, contestataria, comprometida, de crítica social.

    No nos ocuparemos de trazar su largo historial comenzando desde los antiguos maestros de las letras. Creemos también inútil hablar de su importancia, la que tuvo siempre y la de hoy día, puesto que arte, literatura y sociedad están de moda¹. Nos lo demuestra la proliferación en nuestro S. XX tanto de creaciones literarias comprometidas (poesía, novela, teatro) como de ensayos y críticas. A nadie escapa el desarrollo de la actual crítica sociológica o simplemente marxista como prefieren otros, con sus extraordinarios valores: Roland Barthes, Trotsky, Henri Lefebvre, Georges Lukacs, Lucien Goldmann, Galvano Della Volpe².

    La literatura en general y de un modo particular "La novela contemporánea es mucho más rica que la del S. XIX, se ocupa de toda clase de problemas: morales (Gide, Coccioli); sociales (Dos Passos, Pratolini). Ha descubierto nuevos mundos interiores (Proust, Kafka). Ha refinado de modo extraordinario la sensibilidad para captar matices, sensaciones (Henry James, Virginia Woolf). Sabe ser portadora de contenidos rotundamente intelectuales (Huxley, Pérez de Ayala) o exaltar lo vital como única fuerza primaria (D. H. Lawrence). Ve el amor humano como algo espiritual que nos encamina hacia Dios (Charles Morgan) o como un impulso animal (Henry Miller). Ha multiplicado las perspectivas personales (Faulkner) y potenciado al máximo la carga poética (Giraudoux). Ha adoptado, por último, una técnica mucho más compleja y refinada. La novela de nuestro siglo presenta también otro carácter fundamental: es novela escrita para inquietar³.

    Quisiéramos, dentro de la brevedad que nos impone la Introducción y con el ánimo de completar la cita anterior, referirnos concretamente a España, para pasar después a América Hispana.

    Modernamente se publicaron en la Península importantes trabajos sobre el tema, como los de Pablo Gil Casado, Francisco García Pavón y Leopoldo de Luis⁴. También señalamos, más por curiosidad que por la profundidad de los mismos, los artículos aparecidos en Cuadernos para el diálogo en el transcurso de estos últimos años. Nos ofrecen un panorama general sobre la situación actual de las letras españolas y el desarrollo de la literatura social, socialrealismo, realismo crítico, realismo cívico o civil, realismo sociológico, realismo justiciero, nombres de la Escuela cívico- literaria surgida en Madrid en los años cincuenta, tal como nos lo indica E. García Rico en el Nº 19 de la colección Los Suplementos⁵.

    Resumiendo mucho, podríamos hablar de una generación de pre-guerra, 1931, que aborda con urgencia agudos problemas sociales, compuesta por: Carranque de Ríos, Arconada, Arderius, Chacel, Espina, Jarnes Bergua, Marichalar, Aub.

    Durante la guerra civil proliferaron las novelas rosas, desconectadas de la realidad, al mismo tiempo que se producía el teatro de guerrilla. De 1939 a 1950 asistimos a la exaltación nacionalista de

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