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Cuando Él Dijo Mi Nombre: El Camino De Un Alma Simple Hacia La Verdadera Identidad
Cuando Él Dijo Mi Nombre: El Camino De Un Alma Simple Hacia La Verdadera Identidad
Cuando Él Dijo Mi Nombre: El Camino De Un Alma Simple Hacia La Verdadera Identidad
Libro electrónico219 páginas3 horas

Cuando Él Dijo Mi Nombre: El Camino De Un Alma Simple Hacia La Verdadera Identidad

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Información de este libro electrónico

No se necesita vivir tragedias ni grandes tormentos para alejarse de Dios. Los pasos de una vida simple bien pueden alejar al viviente de su verdadera identidad. En, Cuando Él dijo mi nombre, Danaé Gabriela Sánchez, relata con el arte de las palabras, el borrascoso camino a través de las mentiras y las heridas que, desde el inicio de su vida, intentaron socavar su verdadera identidad; y narra la idílica manera en que su creador, Dios, urdió su historia a fin de llevarla de camino al encuentro con su verdadero nombre.

IdiomaEspañol
EditorialWestBow Press
Fecha de lanzamiento16 oct 2019
ISBN9781973676157
Cuando Él Dijo Mi Nombre: El Camino De Un Alma Simple Hacia La Verdadera Identidad
Autor

Danaé Gabriela Sánchez

Danaé Gabriela Sánchez, traductora apasionada por las letras y vehemente lectora. Ha traducido más de 70 libros de autores como Joyce Meyer, John C. Maxwell, Perry Stone, Dr. Emerson Eggerichs, entre otros. A la voz de su llamado, con su canal de YouTube, Danaé Living the Word, contagia, en diferentes idiomas, de su amor por la Palabra de Dios y la oración en la vida diaria, de forma práctica y simple. Danaé reside con su familia en la Ciudad de México.

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    Cuando Él Dijo Mi Nombre - Danaé Gabriela Sánchez

    Derechos reservados © 2019 Danaé Gabriela Sánchez.

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    WestBow Press

    A Division of Thomas Nelson & Zondervan

    1663 Liberty Drive

    Bloomington, IN 47403

    www.westbowpress.com

    1 (866) 928-1240

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    El texto Bíblico indicado con «RVR60» ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.

    El texto Bíblico indicado con «NVI» ha sido tomado de la Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.

    El texto bíblico indicado con «NTV» ha sido tomado de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados.

    El texto Bíblico indicado con «MSG» ha sido tomado de The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Usado con permiso de NavPress Publishing Group.

    ISBN: 978-1-9736-7614-0 (tapa blanda)

    ISBN: 978-1-9736-7616-4 (tapa dura)

    ISBN: 978-1-9736-7615-7 (libro electrónico)

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso: 2019915236

    Fecha de revisión de WestBow Press: 10/16/2019

    Una búsqueda insaciable de identidad, amor, pertenencia y propósito llenan las páginas de este libro. Bellas expresiones de vida y experiencias difíciles plasmadas con elegancia y profundidad atrapan al lector, quien de la mano de Danaé Gabriela Sánchez, viaja al interior del corazón para contestar la pregunta: ¿Quién soy yo?

    Entrelazadas con reflexiones de personajes y pasajes bíblicos la respuesta llega en el momento preciso. El caminar de Danaé puede o no ser paralelo al tuyo, pero el derramamiento de la presencia de Dios a cada momento, sí.

    —SALLY ISÁIS,

    Directora de Milamex

    A mis padres: su fe, su

    amor y su música inspiraron cada paso hacia el corazón de Dios.

    A mi abuelita: tu afecto me arroba, tus pláticas me acarician, tus besos me alegran.

    Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí.

    Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos.

    Me ves cuando viajo y cuando descanso en casa. Sabes todo lo que hago.

    Sabes lo que voy a decir
incluso antes de que lo diga, Señor.

    Vas delante y detrás de mí.


    Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza.

    Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí, ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!

    ¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu!


    ¡Jamás podría huir de tu presencia!

    Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú.

    Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza.

    Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara, y a la luz que me rodea, que se convierta en noche; pero ni siquiera en la oscuridad puedo esconderme de ti.


    Para ti, la noche es tan brillante como el día.


    La oscuridad y la luz son lo mismo para ti.

    Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre.

    ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!


    Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.

    Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz.

    Me viste antes de que naciera.


    Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro.

    Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara.

    Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios.


    ¡No se pueden enumerar!

    Ni siquiera puedo contarlos; ¡suman más que los granos de la arena!


    Y cuando despierto, ¡todavía estás conmigo!

    SALMOS 139.1–18, NTV

    ÍNDICE

    Prólogo

    Prefacio

    Preludio    Una semilla

    Capítulo 1    El puente

    Capítulo 2    Susurros nada más

    Capítulo 3    Un mar de rostros

    Capítulo 4    Un nuevo amanecer

    Capítulo 5    Estruendo, grises y el sol

    Capítulo 6    El acantilado

    Capítulo 7    El intercambio

    Interludio    La tierra

    Capítulo 8    Un destino desconocido

    Capítulo 9    Feliz aniversario

    Capítulo 10    He perdido mi corazón

    Capítulo 11    Amor, borrasca, acción de gracias

    Capítulo 12    Kilómetros

    Posludio    El bosque

    Reconocimientos

    Guía del lector 1

    Guía del lector 2

    Acerca de la autora

    Notas

    PRÓLOGO

    Desde el primer momento me impactó su franca y fácil sonrisa, su alegre mirada, y sus sorprendentes y delicados modales, para una jovencita de diecinueve años, del siglo XXI.

    A través de los años he tenido el privilegio de ver crecer a Danaé hasta convertirse en la joven mujer culta y sensible, con una profunda relación con el Espíritu Santo de Dios, quien la ha llevado a ser la poderosa guerrera que ella es.

    Con su narrativa en, Cuando Él dijo mi nombre, Danaé nos hace partícipes de su caminar con Cristo, en las diferentes etapas de su vida, y nos da a conocer sus más grandes anhelos, sus inseguridades, sus temores y sus debilidades, y la incertidumbre que le causó la demora del cumplimiento de la promesa que ha recibido, llevando así al lector a identificarse con el caminar de Danaé en la búsqueda de respuestas para su propia vida.

    En su búsqueda de identidad, Danaé se va descubriendo a sí misma hasta llegar a verse como una mujer escogida para mostrarle al mundo el carácter de un Dios cercano que ama y acepta incondicionalmente al ser humano. Un Dios atento a las necesidades de aquellos que le buscan. Un Dios cuyo amor les rescata.

    Al dejarnos entrar en su intimidad, Danaé nos deja ver su alma, con sus fortalezas y carencias, y nos enseña a vencer el temor, el desaliento y la duda, al confiarnos cómo fortalece su fe a través de la acción de gracias y la alabanza.

    La persistente pregunta, ¿quién soy yo?, la lleva hasta saber, sin lugar a dudas, que ella es hija amada, heredera y coheredera con Cristo, en quien todo lo pertenece y en quien tiene la certeza de que las promesas de Dios para su vida son una realidad.

    —LUCERO M. DE AGUILAR,

    Directora de Centro Nuevo Amanecer A.C.

    Ciudad de México, México

    PREFACIO

    Es de noche ya. Tengo un café en mano. Siempre tengo un café en mano. Me encuentro sentada en mi cama, entre las suaves sábanas que me envuelven al dormir, pensando en todo lo que el Señor ha hecho en mi vida. Él ha sido bueno. Hasta aquí me ha ayudado. Él me ha llevado de la mano a través de cada paso que he dado en mi vida, a través de cada reto, de cada logro, de cada momento de gozo, y a través de la tristeza también. Él ha secado cada una de mis lágrimas con sus manos de amor. Su mano toca mi mejilla cada noche, diciéndome que todo estará bien, su gloria será revelada al amanecer. Él ha sido bueno.

    Mentiría si dijera que el camino ha sido fácil. Mentiría si dijera que el camino escarpado ha resultado sencillo de recorrer. No ha sido así. En el camino, en esa senda del diario vivir, en ese largo trecho hacia el destino final, ha habido lágrimas, sollozos, desesperación, frustración e incertidumbre. Pero, tal como en un día nublado el sol se asoma a través de las nubes, revelando sus esplendorosos rayos de potente luz, y se puede ver apenas un rayo iluminar la tierra hasta que finalmente su luz se abre paso y las nubes quedan atrás, la mano de Dios se ha estirado hasta alcanzar la mía y me ha llevado a pastos delicados de reposo. Él me ha ayudado, me ha enseñado, me ha labrado como a tierra fértil, me ha pulido como a vasija de barro, me ha enderezado cuando lo he necesitado. Su mano se ha tocado con la mía tantas veces. Su rostro iluminado de amor me ha sonreído cada noche. Y cada mañana al despertar, Él me ha susurrado sus delicadas palabras de paz.

    No hay nada que el ser humano pueda hacer por sí solo para vivir una vida de completa felicidad, una vida absolutamente plena. Nada. Porque, ¿acaso lo sabemos todo, lo podemos todo, lo tenemos todo? ¿Acaso somos más aptos que el Creador del universo que nos moldeó y nos diseñó como a la más fina pieza de una fábrica exclusiva? Cada día me despierto y sé que no hay nada que yo pueda hacer por mis propios méritos para convertirme en quien fui diseñada para ser. Nada. No hay nada que yo pueda hacer para garantizarme una vida exitosa. Nada. Las páginas de este libro estarían llenas de mentiras si dijera que lo que escribo ha surgido de la inteligencia mía, de mi grandísima habilidad para hacer y deshacer.

    Por el contrario, las páginas de este libro están llenas del testimonio de los escarpados caminos que he recorrido, aquellos que me han llevado al taller del Creador. Una y otra vez. Ahí me he encontrado. Él, puliéndome como a madera fina. Él, tallándome hasta moldear y embellecer mi corazón, el corazón que Él me dio. Yo, mirando con asombro cada una de sus misericordias. Yo, siendo testigo del más grande milagro, su amor.

    Ciertamente yo tenía una idea de lo que sería mi vida. Una idea bastante limitada. Ahora veo los pocos años que llevo recorridos en esta Tierra y miro la grandeza de Dios, y cuán pequeños eran mis sueños y mis planes comparados con los suyos. Cuán limitada era mi perspectiva. ¡Vaya que Él sí sabe soñar! Ha tomado mi vida, ha tomado cada oración, cada palabra, cada anhelo, cada sueño, y los ha convertido en algo grandioso y sobrenatural. ¡Cuándo habría yo imaginado todo lo que Él tenía planeado para mí!

    «Dios nos llama de la vida que hemos conocido y nos lleva a una vida que nunca hemos imaginado».¹ Él, un día me llamó de la vida que yo conocía y me invitó a una aventura. La aventura más grande de mi vida. El vivaz viaje que jamás habría podido imaginar. Esa vida que Él concibió para mí desde que un día, en el cielo, en su paraíso eterno de amor, Él escribió la historia más dulce para mí. Una historia sin par. Él, el autor. Yo, ese personaje que se abre paso en la narrativa más fascinante.

    Todavía falta mucho trecho por recorrer. Faltan sueños por cumplirse. Promesas. Las promesas de lo más profundo de su corazón, el corazón del buen Creador. Y espero ansiosa lo que viene, sabiendo que Él es mucho más poderoso para hacer las cosas más abundantemente de lo que pido o espero (Efesios 3.20, RVR60). Seguiré caminando. Yo de su mano. Él de la mía. Yo en sus brazos. Él en mi corazón. Yo, tocando su manto. Él, soltando misericordias.

    Gracia. Respiro su gracia. Su dulce gracia me envuelve. Él ha cambiado mi vida. Ha cambiado mi caminar. Me ha deslumbrado con sus bondades. Su mirada me ha enamorado. Me enamora cada día más. Es más que una epifanía. Es una revelación. Es su rostro que veo cada mañana. Cara a cara me encuentro con Él.

    Sé que las páginas de este libro cambiarán su vida, como Dios ha cambiado la mía. Sé que este libro transformará sus expectativas, sus sueños, sus ideas, incluso su perspectiva del pasado, y ciertamente la forma en que vivirá su futuro. No por mis palabras, sino por el poder y para la gloria del Creador.

    No se necesita pasar atroces experiencias para descubrir cuánto podemos alejarnos del Gran Artista. Las páginas de este libro no están llenas de tragedias irreparables. Tampoco del dolor de grandes pérdidas. Pero sí narran el testimonio de lo que el Supremo Escritor puede hacer con una vida simple. Un milagro. Maravilla. Sueños impensables hechos realidad. Es la narrativa más grande de un caminar hacia la búsqueda de la verdadera identidad, la identidad que muchos buscan y pocos hallan. Es el camino hacia el descubrimiento más supremo: somos formados a la imagen y semejanza del Buen Creador, para reflejar su gloria y su poder al mundo en las más simples pero bellas maneras.

    Oro, en el nombre de Jesús, que su mente, su corazón y su espíritu sean abiertos ahora para ver lo que Él ha hecho y lo que Él hará en su vida. Que todas las cadenas y las corazas que el enemigo ha construido en su vida se caigan ahora para recibir el precioso tesoro que el Señor Todopoderoso tiene para usted. Nunca más será igual.

    PRELUDIO

    UNA SEMILLA

    De cara al ordenador, las horas pasan y mis manos se mueven al compás de las letras que tengo frente a mí. Paso los días uno tras otro aquí. Algunos lo llaman estar encerrado tras cuatro paredes. Hay días que mis pies no saludan el mundo exterior.

    En la memoria de mis más cercanos permanecen las imágenes de mi quieta infancia. El mundo daba sus vueltas rutinarias mientras yo dibujaba sin parar. Las horas podían llevarse la mañana, y luego traer de la mano la noche, y yo permanecía sentada con una caja de colores de madera y un cuaderno. En mi mente se dibujaba un mundo donde yo podía volar, y el papel era el receptor de mi imaginación.

    Ahora lo sé: Dios dibujó un hermoso mundo, ese mundo con el que Él había soñado, ese mundo que Él había imaginado. Los pinceles de Dios son vida. Él separó las aguas de las aguas, y descubrió lo seco. La tierra produjo. Los mares bramaron. La Tierra fue puesta en movimiento. Él produjo vida. Él es Vida.

    Los días cantaban su simple canción desde el amanecer, y mis ojos brillaban con exaltación al mirarlos pasar. Los niños viven en la gracia. La brevedad de los días de un niño lo pinta todo de hermosura y de asombro. En aquellos primeros días de mi existencia el desasosiego era un extraño sin nombre. Los días eran sencillos. La vida era un arte que el Creador respiraba a través de mí.

    El rostro de mi abuelita brillaba al terminar mi día de escuela, y con su brillo me iluminaba el rostro. Mi abuelita, una persona como ninguna otra. Su amor me llevaba de vuelta a casa, allá donde la sopa caliente sabe mejor. Ella me arropaba con sus caricias, me consolaba con sus arrullos, me alimentaba con su amor. La vida era sencilla.

    El mundo predica que lo que se obtiene debe ser ganado. El amor, sin embargo, no se gana. Hay un amor superior a cualquiera que el mundo ha de conocer, el amor del Creador. Ese amor no se gana. Ese amor se recibe con brazos abiertos y un corazón dispuesto. Él da su

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