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Las Pasiones del Corazón de Dios: Descubre cómo amar todo lo que Dios ama
Las Pasiones del Corazón de Dios: Descubre cómo amar todo lo que Dios ama
Las Pasiones del Corazón de Dios: Descubre cómo amar todo lo que Dios ama
Libro electrónico242 páginas4 horas

Las Pasiones del Corazón de Dios: Descubre cómo amar todo lo que Dios ama

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Cuando conversas con alguien, rápidamente puedes reconocer aquello que le apasiona, porque habla de eso con fervor. Si las Escrituras son un diálogo íntimo con Dios, ¿cuáles son los temas que Él menciona con pasión desbordante? ¿Qué cosas son las que Dios más nombra y enfatiza? ¿Qué aspectos dice la Palabra que Dios anhela expresamente?
A través de este libro descubrirás siete áreas que apasionan el corazón de Dios:

- Pasión por la intimidad
- Pasión por la Iglesia
- Pasión por los perdidos
- Pasión por las naciones
- Pasión por Israel
- Pasión por el Reino
- Pasión por el regreso de Cristo

Estas pasiones se convertirán en la meta de tu ser, una guía de oración e intercesión, un mapa de acción, un plan ministerial, un itinerario para el viaje de la vida y un celo santo por ver a otros desarrollar corazones conforme al de Dios.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento9 oct 2019
ISBN9789878609676
Las Pasiones del Corazón de Dios: Descubre cómo amar todo lo que Dios ama

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    Las Pasiones del Corazón de Dios - Mariano Sennewald

    Prólogo

    POR BENJAMÍN NÚÑEZ

    PRÓLOGO

    Por mucho tiempo viví sirviendo al Señor de forma distante. Tuve la bendición de ser criado en un hogar cristiano por padres excelentes que aman a Dios. Por lo tanto, toda mi vida crecí con una reverencia al Señor y con cierta hambre por conocerlo.

    Pero todo cambió cuando Jesús abrió mis ojos a sus emociones en un encuentro que tuve con Él a los diecisiete años. Recuerdo cómo el Espíritu Santo me reveló el libro de Cantar de los Cantares y me dijo directamente al corazón, Benji, tú eres mi amado… y yo soy tuyo, también. Estuve en el suelo por horas, perplejo de que el Señor pudiera sentir esta pasión por mí, y que se tomara el tiempo de acercarse y susurrarme eso al corazón. Fue verdaderamente un cambio radical en mi vida espiritual, como si un velo se cayera de mis ojos, y por primera vez pude ver las Escrituras bajo otra luz y con otro paradigma completamente diferente.

    Comencé a observar en el Antiguo Testamento a un Dios con un ardiente deseo por restaurar la comunión ininterrumpida y a cara descubierta que perdimos en el Jardín del Edén. Un Padre hermoso con un plan perfecto para rescatarnos de nuestra depravación en el pecado y de nuestro aburrimiento espiritual, y elevarnos a la comunión del corazón ardiente del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios pudo habernos desechado para siempre después de la caída, o del diluvio, pero no fue así. Una y otra vez podemos verlo acercándose más y más a la humanidad para tratar de ganar nuestros afectos.

    En Éxodo 19, después de librar al pueblo de Israel de la mano del Faraón por medio de milagros y prodigios impresionantes, el Señor los reúne a todos y desciende al Monte Sinaí para hablar con una nación que solo conocía la esclavitud. Y, ¿qué tiene que decirle el Dios del universo a sus escogidos que no le buscan ni le conocen ni tienen nada que ofrecerle? Para nuestra sorpresa, las primeras palabras que salen de su boca son: Israel quiero que me ames con todo tu corazón… por sobre todas las cosas. ¿Qué? Esto es increíble. ¡Amo este versículo! Ellos recibieron el shock de sus vidas al descubrir que el Dios de dioses era un Esposo apasionado con ardientes afectos por ellos. Les tomó un poco de tiempo darse cuenta de que Él no los había librado de Egipto para continuar con una relación de esclavitud. El Dios amante estaba preparando una boda para ellos. Este Ser misterioso estaba siendo vulnerable con ellos al mostrarles las profundidades de su corazón, arriesgándose a ser rechazado.

    Amado, este es nuestro Dios y nuestro llamado supremo es: Amar al Señor con todo nuestro corazón. No hay nada más alto, ni un sueño más sublime que podamos tener que este. Tenemos el honor de responder a la invitación de amor que el Dios de Israel nos ha extendido.

    Sin embargo, la pregunta es: ¿Cómo podemos crecer en nuestra pasión por el Señor? ¿Cómo podemos amar y corresponder a un Dios que nos ama tanto? La clave está en 1 Juan 4.19, nosotros podemos amarle solo cuando recibimos revelación de la pasión que Dios tiene en su corazón por nosotros. Es por medio de contemplar la belleza de su interior que podemos ser transformados con el poder del Espíritu.

    En este momento, el Espíritu Santo está orquestando un avivamiento en la iglesia mundial que tiene el propósito de hacernos volver al primer mandamiento y caminar en la expresión plena de la Esposa de Cristo. Los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles lo anunciaron a nuestra generación, y lo mejor que podemos hacer para caminar a la estatura del llamado que hemos recibido en estos últimos tiempos, es contemplar más el corazón de Dios a través de la Palabra y por medio de su Espíritu. Verás, no hay nada más poderoso que cuando el Padre de gloria nos da espíritu de revelación y sabiduría en el conocimiento de Cristo y nos abre los ojos del entendimiento para comprender la profundidad de las pasiones de Jesús.

    Dios es un Dios apasionado, y es por esta razón que este libro tiene un gran peso para esta generación. He observado la vida de mi amigo Mariano en los últimos años, y puedo ver claramente una gracia y una autoridad dada por el Espíritu para hablar de Las pasiones del corazón de Dios. Esto no es solamente un libro para él, es la realidad en la que vive, y es un mensaje que ha cultivado en oración y mantiene su corazón cautivado. Muchas veces lo he visto hablar de estas siete pasiones con lágrimas en sus ojos, y con un deseo de ahondar en las verdades que acerquen a la iglesia a su Amado.

    Así que, en este libro encontrarás siete ventanas al corazón de Dios. Cada uno de estos capítulos contiene principios bíblicos que van a exponerte al Esposo, que está dispuesto a dejar el cielo para encontrar tu corazón y tus afectos. Por lo tanto, mi oración es que el Espíritu Santo encienda tu corazón o, como diría mi amigo Mariano, te lleve a un avivamiento de profundidad en el conocimiento del Hombre que amamos sin haberle visto, pero que muy pronto veremos con los ojos abiertos.

    Benjamín Núñez

    Director hispano, International House of Prayer

    Kansas City, Estados Unidos

    Introducción

    INTRODUCCIÓN

    En el año 2006 sufrí un accidente que me dejó tres meses sin caminar. Había sido un año de tremendo avance y crecimiento en el ministerio. Las puertas por las que había esperado por años comenzaban a abrirse. Invitaciones a otras naciones, gracia ante muchas personas, nuestro ministerio comenzaba a florecer, y las convocatorias que hacíamos eran correspondidas por cientos de hombres y mujeres hambrientos por la Presencia de Dios. Y cuando creí que al fin todo lo que soñaba estaba llegando, me quebré. Una fractura en el peroné me sacó de carrera. Me operaron colocando dos clavos en mi pierna izquierda. El verano de 2007 lo pasé en un sillón, con un yeso hasta la cadera y la pierna hacia arriba. Fue difícil. Intenté encontrar mil explicaciones a lo que me estaba sucediendo. ¿Qué había fallado? ¿Qué pecados me habían llevado a tal situación? Alguien me mandó una profecía: Dios te quebró la pierna para hablarte. Entonces pensé: ¿Un padre le rompería un hueso a un hijo para darle una lección? ¿Un pastor fracturaría la pata de una oveja para que no se descarríe? Entendí que mi Padre no era así. Tuve que acallar todas las voces y creer que había un propósito detrás de todo esto. Si Dios había permitido esta situación, tenía que ser para algo. Entonces me di cuenta que no estaba haciendo la pregunta correcta. Cuando algo nos sucede siempre preguntamos: ¿Por qué? Sin embargo, la pregunta que puede redimir todo es: ¿Para qué? Hasta el día de hoy, no entiendo el por qué de muchas cosas que me han tocado atravesar en la vida. Pero he aprendido que soy un hijo guiado por Aquel que hace que todas las cosas ayuden a bien, cuando aprendemos a hacer las preguntas correctas. Entonces, con el corazón tan quebrantado como mi pierna izquierda, le pregunté a Dios: ¿Para qué permitiste que esto sucediera?

    Y Dios comenzó a responderme. Mi ritmo de joven apasionado por Jesús descubriendo el sagrado llamado al ministerio, me estaba haciendo descuidar ciertas cosas. Mi intimidad con Él estaba siendo ahogada por tanta actividad, comencé a sentirme muy solo y sentía que había cosas en mi interior que no estaban funcionando bien. Nuestro corazón tiende a desviarse. Las tormentas no son más que el recurso de Dios para que volvamos a mirar a Aquel que está con nosotros en la barca y aprendamos su ritmo. Siempre nos desfasamos. Aun con las mejores intenciones. Dios me llevó a poner el ministerio en pausa, debilitó mi hacer, y en medio de mi quebranto llegó un nuevo encuentro divino.

    Unos amigos comenzaron a visitarme. Decidieron acompañarme en esa circunstancia difícil. Es en esos momentos oscuros, cuando uno no busca a los súper ministros carismáticos que seguimos en las redes sociales o vemos por YouTube, sino a simples mortales dispuestos a abrazarte y escucharte en los tiempos que más lo necesitas. Y una de las que me visitó fue ella. Aunque debo reconocer que ya me gustaba, fue en ese verano, en mi quebranto y soledad, que la descubrí. Charlas, risas, conversaciones profundas, mates, películas y juegos. Esos días grises comenzaron a aclararse. Dios estaba redimiendo este intervalo en mi vida para darme mi compañía idónea. Así como durmió a Adán y le asignó una ayuda ideal desde su interior, el Diseñador de vidas estaba mirando en lo profundo de mi ser y me estaba otorgando el tesoro más preciado e imprescindible que podría recibir. A Adán le costó una costilla; a mí, una pierna. Y así me enamoré. Y después de mucho ayuno y oración, ella también se enamoró de mí.

    Comenzamos una increíble aventura juntos. Nuestras citas preferidas eran cafeterías, hamburgueserías, heladerías y cine con palomitas. Como se darán cuenta, la comida siempre ha sido importante en nuestra relación. Sin embargo en aquellas primeras charlas, algo comenzó a suceder. Comencé a compartir con mi amada Ana, las pasiones de mi corazón. ¿Qué era lo que ardía en mi interior? Ella comenzó a hacer lo mismo. ¿Cuáles eran nuestros más profundos anhelos? ¿Qué era aquello que más amábamos y que mayor valor tenía en nuestro ser? ¿Qué nos hacía llorar de dolor? Algunas de las cosas que le contaba, llenaban sus ojos de lágrimas. Había otras que no las entendía y le llevó años aprender a amar lo que yo siempre amé. Lo mismo me sucedió a mí. Me conecté con muchas de sus pasiones. Hubo otras que me tomó tiempo aprender a amar. Nuestro camino ha sido acelerado. Vivimos momentos de extrema felicidad y días difíciles. Pero lo que más hemos aprendido es que el amor verdadero no busca lo suyo y que, hasta que no aprendemos a amar lo que el otro ama, no podemos ser realmente uno. Entendimos que el amor inmaduro es egoísta, solo se enfoca en lo que cada uno siente sin importar cómo funciona el corazón del otro. De allí surgen los innumerables problemas que destruyen matrimonios y relaciones. Todos los pleitos y divisiones son una cuestión de pasiones. Sin embargo, cuando el amor madura, anhela amar lo que la otra persona ama. Hoy en día es impresionante cómo Dios ha unido nuestras pasiones. Nuestro corazón arde por lo mismo, lloramos y reímos por cosas similares. Servimos juntos al Señor e invertimos nuestras horas y vidas en edificar lo eterno. Nuestro amor está siendo perfeccionado y nuestras pasiones cada día se fusionan más.

    Ahora quisiera sacarte del ejemplo de una relación conyugal y trasladar el principio a nuestra comunión con Dios. ¿Qué sucedería si descubrieras todo lo que Dios anhela apasionadamente y cultivaras esas pasiones en tu corazón? ¿Tienes ganas de conocer claramente todo aquello que Dios ama con intensidad? Así como en aquellas citas con Analía pude conocer sus pasiones, en este libro descubrirás las pasiones del corazón de Dios. Te identificarás profundamente con algunas de ellas. Otras llamarán tu atención y algunas tenderás a rechazarlas. Pero a través de esta comunión íntima con Él, tu corazón irá tomando su forma, tu amor por Dios madurará y terminarás amando todo lo que Él ama.

    He escrito este libro como alguien que prepara una cita entre la Novia y el Novio. Al leer estas páginas, se abrirá una conversación profunda con Dios que te enamorará de Él. ¿Te gustaría sentarte a la mesa con el primero que te amó y el último que te amará por la eternidad? ¿Quieres descubrir por qué cosas Él siente pasión? Quizá estés viviendo una etapa de quebranto en tu vida y Dios quiere utilizarla para llevarte a un nuevo nivel de profundidad. Probablemente Dios te está durmiendo a muchas cosas temporales, para revelarte el corazón de tu Ayuda idónea eternal. Tal vez hubo circunstancias que te paralizaron, cambiaron el ritmo o hasta te quebraron. Quizá, en tu caso no perdiste una costilla o una pierna, pero algo produjo un vacío que no es para destruirte, sino para llenarte con algo divino. Quiero animarte a que hagas la pregunta: ¿Para qué? Siento que debo decirte que Dios te está deteniendo y durmiendo para sacar algo glorioso de tu interior. Un descubrimiento sagrado que te alineará como nunca con las pasiones del corazón de Dios. Detén por unos días tu hacer y haz la demanda santa que realizó David: Quiero contemplar tu hermosura, habitar en tu intimidad e inquirir en tu habitación¹. Escucha atentamente, Dios comenzó la conversación y va a revelarte los afectos que colman su interior.

    Un corazón conforme al corazón de Dios, es uno que ha aprendido a amar todo lo que Dios ama y a anhelar todo lo que Él anhela. Si pudiéramos pintar una imagen del corazón de Dios representando aquellas áreas por las que Él tiene un celo intenso, sería como un gran puzzle con varias escenas bien marcadas. Él me ha concedido contemplar esta visión. Su corazón está unido por diversas pasiones que Él anhela con intensidad. Esta revelación me ha llevado a dejar mi egoísmo y convertirme en un buscador radical que procura cultivar pasiones conforme a las suyas. Mi meta en la vida es ser como Él y quiero amar todo lo que Dios ama. Tal vez pienses que esto es imposible, pero me he determinado intentarlo hasta el último aliento que realice en la tierra. Sí, buscaré formar un corazón conforme al de Él y quiero invitarte a que te sumes a esta aventura de vida. Entonces ya no serán algunos, sino que Dios levantará una generación conforme a su corazón, que ame todo lo que Él ama. Quizá te parezca que esto es una utopía, pero te mostraré profecías sobre los últimos tiempos donde la Biblia expresa que Él levantará una generación así antes de su segunda venida. Un corazón que anhela amar lo que Dios ama se transforma en el blanco de Dios. Es un imán para su gracia, un centro de atracción para su favor. Él está buscando corazones perfectos. Pero estos no son aquellos que nunca se equivocan, sino los que intentan tomar cada día la forma de su Creador. Cuando Dios encuentra uno así, la gracia y favor divino se desatan con intensidad.

    Es por esto, que he tomado varios años para realizar un estudio en la Biblia, buscando las pasiones del corazón de Dios. Me he detenido en todas las cosas que la Palabra dice explícitamente que Dios ama. Cuando conversas con alguien, rápidamente puedes reconocer aquello que le apasiona, porque habla de eso con fervor. Si las Escrituras son un diálogo íntimo con Dios, ¿cuáles son los temas que menciona con pasión desbordante? ¿Qué cosas son las que Dios más nombra y enfatiza? ¿Qué aspectos dice la Palabra que Dios anhela expresamente?

    He descubierto muchos anhelos de Dios, pero he logrado agruparlos en siete. He titulado estas siete áreas: Las pasiones del corazón de Dios. Ellas son:

    Pasión por la intimidad

    Pasión por la iglesia

    Pasión por los perdidos

    Pasión por las naciones

    Pasión por Israel

    Pasión por el Reino

    Pasión por el regreso de Cristo

    Quiero mostrarte el amor explícito y deseo desbordante que Dios siente por estas áreas y cómo este celo se encuentra expresado claramente en la Palabra. Comprender lo que siente el corazón del Padre, ha expuesto mis propias pasiones incorrectas. He sido confrontado con la realidad de mi corazón lleno de deseos desvirtuados, y aún con algunas pasiones correctas pero egoístas y aisladas. Al comenzar a amar lo que Él ama, se ha desatado una catarata de gracia redentora y refrescante. Así como en una ecografía podemos descubrir lo que sucede en el interior del cuerpo humano, el Espíritu Santo nos revelará por su Palabra, lo que sucede en el interior del corazón de Dios. Estas pasiones se convertirán en la meta de tu ser, una guía de oración e intercesión, un mapa de acción, un plan ministerial, un itinerario para el viaje de la vida y un celo santo por ver a otros desarrollar corazones conforme al de Dios. ¡Qué maravilloso es conocer las profundidades del corazón de quien amas! Te invito a descubrir las pasiones del corazón de Dios.

    Capítulo 1

    LAS PASIONES DEL CORAZÓN DE DIOS

    LAS PASIONES DEL CORAZÓN DE DIOS

    Una de las principales premisas de este libro es que Dios es apasionado. Se hace llamar celoso, tiene anhelos profundos y ama con intensidad². Si pudieras tener una conversación cara a cara con Él, te sentirías atraído y conmovido por la magnitud de sus afectos. Él no es estático ni aburrido como la religión lo ha presentado. Es dinámico, enfático, enérgico y potente. Según la Biblia, Él se regocija, entristece, aíra, burla, ríe, canta y más³. Hay cosas que le producen deleite⁴ y otras, placer⁵. Cuando toma forma de hombre, voltea mesas con un látigo, llora de tristeza, se alegra, se conmueve y ama hasta la muerte. ¿Puedes notar lo apasionado que es? Sí, el Dios a quien has rendido tu vida está lleno de pasiones. Una relación con

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