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Niños y jóvenes ante las redes y pantallas: La educación en competencia mediática
Niños y jóvenes ante las redes y pantallas: La educación en competencia mediática
Niños y jóvenes ante las redes y pantallas: La educación en competencia mediática
Libro electrónico195 páginas2 horas

Niños y jóvenes ante las redes y pantallas: La educación en competencia mediática

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Los niños y jóvenes crecen rodeados de los medios y las tecnologías, de pantallas a través de las cuales cuentan y muestran su vida y miran la de otros. Los docentes deben asumir, como parte de su responsabilidad profesional, el dominio de la competencia mediática para poder implementar estrategias didácticas y recursos pedagógicos adecuados al desarrollo tecnológico y mediático más actual. La educación en medios sigue siendo algo anecdótico o instrumental. Plantear cómo funcionan sus lenguajes, cómo se producen sus mensajes, la retórica y técnicas que emplean para construir el significado, de qué manera seleccionan y manipulan la información y la comunicación, puede contribuir a disminuir su autoridad y su consideración de mitos y a fomentar la conciencia crítica ante ellos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 ene 2016
ISBN9788416572076
Niños y jóvenes ante las redes y pantallas: La educación en competencia mediática

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    Niños y jóvenes ante las redes y pantallas - Mª Amor Pérez-Rodríguez

    © M.ª Amor Pérez-Rodríguez, Águeda Delgado-Ponce, Rosa García-Ruiz, M.ª Carmen Caldeiro, 2015

    Los autores de esta obra destinan la ayuda económica recibida a financiar el programa de formación en turismo y restauración que la Asociación Infancia, Cultura y Educación tiene puesto en marcha en Tetuán con jóvenes en contextos de riesgo y que tiene una duración de seis meses.

    Montaje de cubierta: Silvio Aguirre García

    Primera edición: noviembre de 2015, Barcelona

    Con el apoyo económico del Ministerio de Economía y Competitividad

    (Proyecto I+D EDU 2010-21395-C03-03).

    Derechos reservados para todas las ediciones en castellano

    © Editorial Gedisa, S.A.

    Avenida del Tibidabo, 12 (3º)

    08022 Barcelona, España

    Tel. (+34) 93 253 09 04

    Correo electrónico: gedisa@gedisa.com

    http://www.gedisa.com

    Preimpresión: Editor Service, S.L.

    Diagonal 299, entresuelo 1ª

    Tel. 93 457 50 65

    08013 Barcelona

    www.editorservice.net

    IBIC: GTC

    ISBN: 978-84-16572-07-6

    Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o en cualquier otro idioma.

    Datos técnicos de la investigación

    Esta investigación forma parte del proyecto coordinado I+D+i La competencia en comunicación audiovisual en un entorno digital: diagnóstico de necesidades en tres ámbitos sociales: enseñanza universitaria, enseñanza obligatoria y profesionales de la comunicación. Financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (competencias actualmente asumidas por el Ministerio de Economía y Competitividad) que consta a su vez de tres subproyectos:

    La enseñanza universitaria ante la competencia en comunicación audiovisual en un entorno digital. (EDU2010-21395-C03-01) (Coordinado desde la Universidad Pompeu Fabra. IP: Joan Ferrés).

    Los profesionales de la comunicación ante la competencia en comunicación audiovisual en un entorno digital. (EDU2010-21395-C03-02) (Coordinado desde la Universidad de Valladolid. IP: Agustín García Matilla).

    La enseñanza obligatoria ante la competencia en comunicación audiovisual en un entorno digital. (EDU2010-21395-C03-03) (Coordinado desde la Universidad de Huelva. IP: Ignacio Aguaded). Subproyecto en el que se encuadra esta publicación y del que han formado parte activa: Paloma Contreras Pulido, Águeda Delgado-Ponce, Ana Duarte, M.ª Dolores Guzmán, Ángel Hernando Gómez, M.ª Amor Pérez-Rodríguez, Ramón Tirado y Jacqueline Sánchez (Universidad de Huelva); Rosa García-Ruiz, Natalia González y Paula Renés (Universidad de Cantabria); Antonia Ramírez García (Universidad de Córdoba); Inmaculada Berlanga Fernández (Universidad Internacional de La Rioja); Ana Sedeño Valdellós (Universidad de Málaga); M.ª del Mar Rodríguez Rosell (Universidad Católica San Antonio de Murcia), Josefina Santibáñez Velilla (Universidad de La Rioja); Manuel Fandos (Universidad Internacional de La Rioja); Vicent Gozálvez (Universidad de Valencia) y Mª Carmen Caldeiro.

    Repositorio de utilidad práctica

    Los investigadores que compusieron los tres equipos de este mismo I+D+i crearon un Repositorio de Educación Mediática online que está a disposición de todas aquellas personas que buscan recursos para optimizar su eficacia como educadores/as en este ámbito.

    El Repositorio ofrece enlaces a materiales audiovisuales y multimedia relacionados con la Educación Mediática que han sido recomendados por más de 1000 expertos y profesionales de la materia en el ámbito hispanoamericano.

    Las personas interesadas pueden acceder al Repositorio en este enlace: http://www.repositorioedmediatica.net/

    Índice

    Prólogo Competencia mediática, clave para una sociedad más democrática

    Introducción

    1 Nuevas formas de comunicarse

    2 Jóvenes, niños y pantallas

    3 El desarrollo de la competencia mediática

    4 La educación en competencia mediática

    Bibliografía

    Prólogo

    Competencia mediática, clave para una sociedad más democrática

    El número de teléfonos móviles en el mundo ha ido creciendo de forma progresiva en la última década. Existen ya casi tantos teléfonos móviles como personas en todos los países (más de 7.000 millones) y son los terminales electrónicos más usados (63,2%), en muchos casos ya smartphones (con múltiples aplicaciones y conectados permanentemente a Internet). Los ordenadores portátiles (incluidas las tabletas) han ido ganando también protagonismo y copan más del 31% de los dispositivos, sin restar importancia a las videoconsolas, PDA, etcétera), que van creciendo de forma imparable. Las conexiones a la red se hacen cada día más universales, asequibles y accesibles, fuera ya de la vivienda habitual e incluso del centro de trabajo. En suma, pasamos muchas horas del día conectados casi compulsivamente a estas multipantallas por múltiples y variados motivos: trabajo, tiempo libre, estudios..., pero cada vez más por placer y para sentirnos comunicados. Twitter, Facebook, WhatsApp… términos hace muy pocos años desconocidos totalmente están ahora en el argot cotidiano de cualquier ciudadano de gran parte de los rincones del mundo.

    Sin embargo, estas cifras de dispositivos, consumos y hábitos no nos pueden engañar: existe un muy desigual, casi dramático, reparto entre zonas geográficas y clases sociales. El acceso, la calidad de las conexiones, los terminales, las aplicaciones… incluso los contenidos son diferentes en función de las posibilidades económicas y lugar en el que se resida. Los adolescentes del «primer mundo» pasan más de siete horas y media al día usando múltiples medios, en una convergencia total de lo audiovisual y lo digital. Asistimos, sin duda, a una hiperconexión compulsiva y una sobreinformación global, a una obsesión por la comunicación más allá de sus contenidos… Los expertos hablan de «infoxicación», de «infopolución», como una alta sobreexposición a los medios generando en muchos casos la paradoja de una mayor «infrainformación».

    Moles pregonaba décadas atrás que la contaminación informativa a la que íbamos a asistir exigía necesariamente una «ecología comunicativa», porque desgraciadamente en muy pocos casos somos conscientes de los cambios que estas absorbentes tecnologías, cada vez más universales y accesibles, generan en nuestras vidas. Los medios se han convertido en un «electrodoméstico» más del hogar, en «extensiones de nuestra persona» (en palabras de McLuhan). En el texto Los superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, Nicholas Carr se propuso personalmente una salida radical a esta situación: se retiró a vivir en las montañas de Colorado abandonando su vida hiperconectada. Sin embargo, ante los medios no cabe opción más inteligente que aprender a «convivir» con ellos, ya que sin ellos es casi imposible «vivir».

    El «empoderamiento» (empowerment) ante los medios es la mejor estrategia para consumirlos inteligentemente, disfrutarlos y apropiarnos de ellos, para aprender, conocer y relacionarnos. La competencia mediática de la ciudadanía es la clave para prepararnos a nivel personal con el objetivo de comprender de una forma global y crítica sus mensajes.

    Ante esta masiva presencia de los medios de comunicación, los ciudadanos hemos contado con pocas experiencias formativas de conocimiento real y analítico de los lenguajes mediáticos, sus claves de funcionamiento y así desarrollar, en consecuencia, habilidades y destrezas ante el mundo audiovisual, multimedia e interactivo. Ni los centros educativos, ni las asociaciones cívicas, ni los medios de comunicación, han fomentado el desarrollo de la competencia mediática como eje para la conformación de una ciudadanía crítica y «competente» audiovisualmente. Umberto Eco, en 1977, ya afirmaba que «la civilización democrática se salvará únicamente si hace del lenguaje de la imagen una provocación a la reflexión crítica y no una invitación a la hipnosis». Muchos años después de esta tajante afirmación, codificar y decodificar mensajes audiovisuales se ha ido convirtiendo en una estrategia alfabetizadora tan elemental como la de la lectura y escritura tradicional.

    El dominio del lenguaje de la imagen ha de ser una competencia de la ciudadanía para conocer, comprender y apropiarse creativamente de los mensajes, evitando potenciales manipulaciones. Las tecnologías han incrementado hasta límites insospechados, no sólo la difusión de imágenes, sino también, y sobre todo, su potencialidad seductora, su lenguaje sutil y elaborado y sus mensajes persistentes. Por contra, no puede decirse que se hayan incrementado en paralelo los esfuerzos para implementar acciones formativas para la reflexión crítica de la ciudadanía. Más bien se parte de la absurda premisa de que el consumo de medios garantiza de por sí su aprendizaje para el visionado, cuando los estudios revelan la línea contraria, que un alto consumo de medios conlleva una menor toma de distancia de los mismos, un mayor desdibujamiento entre realidad y ficción, y el desarrollo menor de habilidades para la comprensión global de los mensajes.

    El mero consumo de mensajes en cualquier dispositivo no es suficiente para tomar conciencia de su impacto en nuestras vidas. Convertir los medios en una oportunidad para la reflexión nos permite tomar distancia y saber identificar los motivos de su magia, comprender el sentido tanto explícito como implícito de sus informaciones y ficciones... y, sobre todo, ser capaces de establecer relaciones coherentes y críticas entre lo que aparece en la pantalla y la realidad del mundo fuera de ella.

    Por ello es necesario conocer en contextos reales el grado de competencia mediática de la ciudadanía para una óptima formación, un ámbito de estudio aún poco explorado. Son escasos los trabajos que analizan hasta qué grado conocemos y comprendemos todos los elementos, situaciones y significados que se derivan de los nuevos procesos de comunicación e interacción que subyacen en esta sociedad tecnologizada, especialmente en grupos de edad más vulnerables como la infancia y adolescencia. Junto a la vertiginosa dinámica de cambios a la que estamos sometidos, las herramientas de comunicación de que disponen niños y adolescentes, denominados por Prensky «nativos digitales», son hoy más complejas y cuentan con nuevos soportes que se actualizan a una enorme velocidad. Por ello, es necesario reflexionar y crear programas educativos que fomenten el grado de competencia mediática actual de la ciudadanía.

    El texto que hoy prologamos es una apuesta por reflexionar sobre las nuevas formas de comunicación como estrategia básica de formación de las audiencias y, en suma, de una ciudadanía más cualificada para interaccionar inteligentemente con los medios. La revolución de los smarthphones, la irrupción masiva y compulsiva de Internet en nuestras vidas, la comunicación mediada, los videojuegos y la televisión interactiva son tratados con una visión reflexiva y didáctica al mismo tiempo para proponer a padres, y especialmente docentes, recursos y estrategias para educar en esta sociedad del ocio digital.

    En el segundo capítulo, «Jóvenes, niños y pantallas» se contextualiza el ecosistema mediático actual, reflexionando sobre los nativos y los residentes digitales y sobre la necesaria alfabetización mediática como un reto imprescindible. Posteriormente, ya en el tercer capítulo, se adentra en el desarrollo de la competencia mediática, conceptualizando el término, definiendo las dimensiones y estableciendo pautas para desarrollar la alfabetización mediática en el ámbito educativo.

    Las autoras de este texto nos proponen el capítulo siguiente adentrarse en la apasionante tarea de la educación en competencia mediática, estableciendo, en primer lugar, los antecedentes de la investigación en este ámbito, para luego realizar un sucinto, pero completo, análisis del grado de competencia mediática en la enseñanza obligatoria en tres sectores diferenciados: niños y jóvenes, profesorado y entornos familiares.

    El texto concluye con una amplia batería de propuestas creativas para desarrollar la competencia mediática con niños y jóvenes, implementadas en el seno de un Proyecto de Investigación I+D y del Grupo Comunicar de Andalucía (www.grupocomunicar.com). Destacan especialmente los materiales desarrollados con la familia de marionetas «Los Bubuskiski» para el fomento de las seis dimensiones de la competencia mediática, con recursos audiovisuales, televisivos y guías didácticas.

    Nos encontramos ante un texto clave para comprender uno de los grandes retos que tiene planteada, no sólo la escuela, sino también la sociedad actual: abordar de forma crítica y creativa los medios de comunicación y las tecnologías multimedia emergentes para vivir, «convivir con ellos».

    Dr. Ignacio Aguaded

    Catedrático de la Universidad de Huelva

    Introducción

    La sociedad de la información ha sustituido a la del conocimiento

    ,

    siendo la información la materia prima básica que permite la interconexión, la actualización y la posibilidad de interacción. Los medios audiovisuales gracias a la digitalización y la electrónica han ampliado sus formatos, constituyendo un nuevo paradigma mediático y cultural en el que se favorece tanto la dinámica comunicativa como la informativa.

    Al mismo tiempo, se han modificado no sólo estructural sino también conceptualmente, las formas de concebir la transmisión de datos y el origen y surgimiento de los mismos.

    El desarrollo de las tecnologías, sumado a los diferentes medios y soportes de información, posibilita y favorece la transmisión de la comunicación más allá de un espacio limitado. Todo ello gracias a las redes de

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