Sexualidad matrimonial: Lorenzo Cintolesi Galmez

Por Lorenzo Cintolesi Galmez y Carla Ortíz Petersen

El matrimonio tiene el privilegio de ser cocreador, de tener hijos con Dios, de transmitir la vida de Dios. Sin embargo, ésta se hace en un ambiente de paternidad responsable en la tarea de regular las concepciones y una responsabilidad que tiene que ver con responder y solucionar las necesidades de otro, por una parte las necesidades del niño por nacer, los ya nacidos, la capacidad de los padres para desarrollar la paternidad y las necesidades de Dios de trascender en la humanidad.

• Idioma: Español
• Editorial: Nueva Patris
• Fecha de lanzamiento: 31 ago 2011
• ISBN: 9789563533149

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sexualidad

DOBLO MIS RODILAS ANTE EL PADRE

ESTA FRASE es de una carta de San Pablo, en donde él desarrolla la espiritualidad familiar para el matrimonio. Con esta imagen de doblar las rodillas, se describe la actitud del matrimonio de humildad, de confianza y de amor preferencial hacia Dios Padre. El matrimonio es la única institución que actúa de esta forma con Dios, pidiendo con humildad su Misericordia, su Providencia y su Espíritu Creador, para actuar haciendo presente en su familia y en la sociedad, la Misericordia, la Providencia y la Potencia Creadora de Dios. Este doblar signo de humildad es porque San Pablo nos plantea que: Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda la familia en el cielo y en la tierra.

Con Dios Padre Creador: el matrimonio participa en el gobierno de la creación y la transmisión de la vida. En la misión de gobierno de la creación, el hombre desempeña una función de rey sobre la tierra, en donde desarrolla el trabajo con el que sustenta a la familia. Esto queda claro cuando se relata en el Génesis, que Dios crea y lleva al hombre al Paraíso para que él les ponga el nombre a todas las cosas y criaturas. En el lenguaje bíblico el dar nombre a las criaturas, es signo de esta misión de conocimiento y de transformación de la realidad creada. No es un dueño absoluto, sino de un administrador del Reino de Dios llamado a continuar la obra del Creador, gobernando el mundo con santidad y justicia.

La segunda forma de actuar con Dios Creador es la transmisión de la vida. El matrimonio tiene el privilegio de ser cocreador, de tener hijos con Dios, de transmitir la vida de Dios. Lo que se resalta en la encíclica Humanae Vitae El gravísimo deber de transmitir la vida humana ha sido siempre para los esposos, colaboradores libres y responsables de Dios Creador¹. Su Santidad Pablo VI habla del gravísimo deber por la importancia que tiene la maravillosa misión de tener hijos. Sin embargo, ésta se hace en un ambiente de paternidad responsable en la tarea de regular las concepciones y una responsabilidad que tiene que ver con responder y solucionar las necesidades de otro, por una parte las necesidades del niño por nacer, los ya nacidos, la capacidad de los padres para desarrollar la paternidad y las necesidades de Dios de trascender en la humanidad.

Dios Padre tiene la necesidad de transmitir vida y esta misión se la encomienda a los esposos. ¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos y a educarlos según Cristo y la Iglesia? les pregunta el celebrante durante el rito del matrimonio. Al preguntar ¿estáis dispuestos? La Iglesia recuerda a los novios que están llamados a