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Bruja: Despertar el poder ancestral de las mujeres
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Bruja: Despertar el poder ancestral de las mujeres
Libro electrónico497 páginas5 horas

Bruja: Despertar el poder ancestral de las mujeres

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Información de este libro electrónico

"Libro de cabecera para despertar el poderoso femenino acercando la sabiduría antigua al mundo moderno y aportando herramientas para mejorar la intuición de las lectoras"
Una bruja es una mujer sabia, una sanadora. Sin embargo, durante demasiado tiempo, esta palabra ha tenido connotaciones negativas. En este libro, Lisa Lister, tercera generación de una estirpe de brujas, revela la historia oculta tras este movimiento, por qué tantas fueron quemadas y, sobre todo, por qué la bruja está despertando hoy en las mujeres de todo el mundo. Todas las mujeres son brujas, y cuando se conectan con sus orígenes, confían en su intuición y usan su magia, pueden crear medicina para sanarse a sí mismas y al mundo. 
Este libro es un relato con voz femenina, que acerca la sabiduría antigua al mundo moderno, un repaso por las diferentes escuelas de brujería y sus prácticas. Descubrirás entre, las diferentes propuestas de la autora, la rueda del año, los sabbats y los ciclos de la luna; herramientas para mejorar tu intuición, incluidas las cartas y la radiestesia... Porque no lo olvides: somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 oct 2018
ISBN9788417399610

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Comentarios para Bruja

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89 clasificaciones10 comentarios

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  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    Gracias gracias gracias, por todos tus aportes, aprendí mucho gracias
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    Hermoso libro, me enamoré, me hizo tener una visión distinta de lo que es el paganismo.
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    Excelente guia para mujeres que estén iniciando asu bruja interior
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    buen libro, le recomiendo mucho tambien a www.tarotroberta.com es una muy buena web donde tambien tiene articulos muy interesantes de lo que usted explica! :)
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    la verdad que fue un descubrir una parte de mi que estaba oculta. Me emociono mucho este libro, lo tuve que leer en dos intervalos para reponerme...muchas gracias lisa lister por escribirlo....
    muy recomendable
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    Excelente libro, full recomendado para brujas en formación, Gracias :)
  • Calificación: 1 de 5 estrellas
    1/5
    Sinceramente... Es malísimo, tanto desde el punto histórico al punto mágico.
  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    Hermoso libro! Lo amé de principio a fin. Me ayudó a recordar mi poder y reconectar conmigo. Mil gracias!!

    A 1 persona le pareció útil

  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    Me encantó este libro, me encantó la autora. Sin duda un libro maravilloso para aprender como despertar el poder femenino, amarnos y romper las cadenas que la sociedad nos ha montado. Bruja es sabiduría, todas tenemos una bruja ?‍♀️ adentro.

    A 1 persona le pareció útil

  • Calificación: 5 de 5 estrellas
    5/5
    es un gran libro para principiantes, esta super completo y te hace reflexionar MUCHO, sin duda se ha vuelto mi libro favorito <3

    A 1 persona le pareció útil

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Bruja - Lisa Lister

cap1

El despertar de las brujas

Estamos en febrero del 2016. Estoy sentada en el Café Gratitude, en Venice Beach, con Dana Gillespie, creadora de la aplicación móvil My Moontime [Mi tiempo lunar], que sirve para llevar el control de tus menstruaciones, y Holly Grigg-Spall, autora de Sweetening the Pill [Endulzando la píldora]. Estamos riéndonos mientras nos definimos como la Sagrada Trinidad de brujas raritas y modernas, reunidas alrededor de un plato de comida supersana en un barrio hipster de Los Ángeles.

Las tres trabajamos con mujeres.

Hablamos de vaginas, úteros, periodos y el poder de la vagina, en voz alta y en público.

Si nuestras antepasadas hubieran hecho este trabajo, las habrían perseguido y asesinado por ello.

Aunque la caza de brujas ya no acaba en muerte (al menos, no en Los Ángeles), a las tres nos han atacado de alguna forma. A Holly la han amenazado de muerte por su incansable trabajo para concienciar a las mujeres de los efectos perjudiciales de la píldora anticonceptiva sobre su salud y su bienestar.

A Dana la han cuestionado y la han llamado chiflada porque no se ajusta a las estrictas creencias de otras mujeres que también trabajan en el ámbito de la educación para la fertilidad.

Y a mí me han llamado «excesiva», me han insultado y han criticado mi cuerpo, mi sexualidad y mis creencias, todo debido al trabajo que comparto con el mundo.

Este día de febrero, hablamos de la popularidad de la bruja y de la ahora famosa cita de Instagram: «Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar». Dana se ríe y dice: «¡Olvídate de ese lema! Soy la bruja que VOSOTROS quemasteis, una y otra vez, ¡y he vuelto, malditos!».

Nos reímos a carcajadas. Y mientras remuevo mi batido de remolacha con kale con una pajita ecológica, la verdad de esa declaración late en el fondo de mi vientre como un tambor antiguo y familiar.

Ya lo ves. Llevo las heridas y las cicatrices de las vidas en que me quemaron y me persiguieron. Aparecen en forma de vergüenza, de miedo, de culpa y de ansiedad (y otra millonada de variaciones sobre el tema).

Apuesto a que tú también sientes todo eso.

Por eso, a pesar del miedo y la inquietud que me ha provocado la idea de escribir este libro, mientras estoy sentada en el Café Gratitude con mis brujas, digo: «Sí, hemos vuelto. Y esta vez estamos recuperando nuestro poder. ¡Es hora de despertar a las brujas!». No hay fanfarrias, desfile de bandas o grandes aplausos: solo una verdad profunda como una vagina.

Avancemos hasta mayo del 2016. Estoy de pie en el paisaje sagrado de ELLA en Malta, una isla en el mar Mediterráneo, con ocho mujeres que oyeron La Llamada y respondieron a ella. Esa llamada consistió en un correo electrónico que envié a mi lista de contactos invitando a unirse a mí en el Templo del Poder de ELLA de esta isla sagrada. Fue una invitación a despertar a la bruja, sin ningún plan, solo una reunión de corazones y úteros para unirse a la ceremonia y recordar.

Somos nueve mujeres.

Hay luna llena: una luna llena feroz y poderosa. Es la misma luna bajo la que se han sincronizado todos nuestros ciclos menstruales, a pesar de que solo llevamos juntas tres días.

En círculo, con los pies descalzos, los corazones y los brazos abiertos, invito a las mujeres a repetir después de mí:

«Reclamo mi poder. AHORA».

Lo repetimos tres veces sin preguntar, porque cuando las mujeres nos reunimos como ahora, las indicaciones casi nunca son necesarias. Nos tomamos de las manos y cantamos:

«Reclamamos nuestro poder. AHORA».

Es visceral y profundo.

Es una llamada a la antigua sabiduría femenina y al poder de la tierra que hay bajo nuestros pies. El lugar a donde han empujado a ELLA, la han reprimido, pisoteado y mantenido en el exilio (ELLA, la Diosa Madre, la Diosa, la divinidad femenina).

Juntas, formando un círculo bajo esa luna llena de mayo, nos atrevemos a reivindicar nuestro poder. Lo hacemos por nosotras, por ti, por mí, por cada mujer que nos ha precedido y por cada mujer que vendrá.

Ha sido la evocación más poderosa que jamás he vivido.

Y mirando a los ojos a cada una de esas mujeres, he visto mi reflejo.

He visto a mujeres que son madres, mujeres que son escritoras y artistas, mujeres que son emprendedoras y curanderas durante su vida cotidiana.

He visto a mujeres que se atreven a mostrarse en círculo: feroces, vulnerables, fuertes, pero también francas y tiernas y abiertas a caminar más allá de sus propios límites. Mujeres que, durante estos tres días, nos hemos reunido para compartir historias, hacer magia, desenmarañar la madeja y contar la verdad.

He visto a la Madre Tierra.

He visto a la Diosa Madre.

He visto a las antiguas.

He visto a todas las mujeres que han sido antes.

He visto a todas las mujeres que aún no han venido.

He visto tu reflejo también.

Y es bajo ESA luna llena, en ceremonia con ESAS mujeres, en ESA tierra sagrada, cuando de verdad reivindico mi título de bruja con un poder más allá de toda medida...

... A pesar de ser una bruja de tercera generación.

... A pesar de haberme reiniciado en la brujería al sumergirme desnuda en el pozo de White Spring que burbujea en el vientre de Glastonbury Tor.

... A pesar de experimentar toda la fuerza y la magia de la Madre Naturaleza y sus ciclos de muerte y renacimiento, una y otra vez.

... Y a pesar de haber estado en innumerables rituales de grupo y celebraciones del sabbat (además de celebrar muchos sola).

¿Por qué?

Bueno, hubo un tiempo en que hubiera dicho que los títulos no importan. Y en la mayoría de las circunstancias, todavía lo creo así.

Pero cuando se trata de la palabra bruja, importa.

Importa MUCHO.

Ser una bruja es recordar.

Es el GRAN recordar.

Es el recuerdo de quién eras antes de que lo olvidaras.

Y luego es el trabajo, viaje, aventura, búsqueda de por vida para volver a conectar una y otra vez con tu conocimiento ­olvidado.

Te invito a que empieces a reconectarte aquí con ese conocimiento olvidado.

LA BRUJA

En todas y cada una de las mujeres hay una criatura.

Es salvaje y es un reflejo de la naturaleza.

Es una fuerza poderosa.

Es una fuente de poder.

Es apasionada, creativa, profundamente intuitiva y su conocimiento es más viejo que el tiempo mismo.

¿Y el nombre de esa criatura?

La bruja.

A menudo se la representa como una mujer fea y aterradora que hace cosas malas, pero esa NO es la verdad.

A menudo se la ve como alguien que lanza hechizos, una tejedora de artes oscuras que crea maleficios y maldiciones. Y, mmm..., esto es verdad solo A VECES.

Sin embargo, casi nunca se ve a la bruja como una mujer sabia, una fuente de poder y una fuerza de la naturaleza.

A pesar de que esta sea la AUTÉNTICA verdad.

Olvida todo lo que alguna vez te dijeron sobre las brujas.

Olvídate de las imágenes de lo oscuro, de la vieja arpía o de lo prohibido. Olvídate de las tres brujas de Macbeth, la obra de Shakespeare. Olvídate de las velas negras, los palos de escoba, el veneno, los conjuros malvados, Satanás y los calderos, y deja que en su lugar te cuente una historia diferente.

Es una historia en la que ya no temes la palabra bruja.

Una historia en la que descubres que el miedo que has sentido era parte de un plan patriarcal de más de tres mil años de antigüedad para mantenerte alejada de tu poder femenino innato.

Una historia en la que te invitan a reivindicar la palabra ­bruja.

A poseerla.

Completamente.

Y lo que es más importante, estás invitada a poseer el poder que va ligado a esa palabra

¿QUÉ ES UNA BRUJA?

Una bruja es una mujer sin arrepentimiento.

Su alquimia transforma las experiencias y las emociones.

Es una mujer con poder, voluntad y soberanía... y las ejerce con SUS condiciones.

Ella crea y manifiesta.

Ella es su propia fuente.

Entra en libre comunión con la Madre Naturaleza, el Espíritu, Dios, la Diosa (escoge tu propia denominación) sin necesidad de intermediarios.

Ser una bruja es ser una mujer dueña de su poder.

Es ser alguien que confía en su autoridad interna, y no busca fuera de sí misma la validación o la aprobación. Es ser alguien que usa su propia magia personal para navegar y negociar en el entorno en el que se encuentra en ese momento.

La llamada

Ya he nombrado la llamada en este capítulo. Es ese poderoso impulso que sientes, esa invitación que se parece tanto a una orden de algo más grande que tú en lo profundo de tu propio corazón.

La llamada puede adoptar diferentes formas en diferentes mujeres. Para ti, podría ser así:

La necesidad de leer TODOS los libros sobre hechicería.

La necesidad de luchar por los derechos de las ballenas.

La necesidad de luchar por la Madre Tierra o alguna otra causa digna con la que te identifiques.

O puede que no tenga ninguna forma en absoluto, que sea solo una sensación realmente incómoda.

Aun así, la bruja ha estado bajo tierra durante mucho tiempo. Por eso es probable que la llamada que estás sintiendo sea dolorosa. No es sorprendente: se te está pidiendo que navegues por territorios inexplorados de tu vida y que despiertes y cultives deliberadamente a la bruja que hay dentro de ti para que pueda alcanzar su máximo potencial.

Déjame ser superclara: no necesitas ser una gardneriana o una pagana para ser una bruja.

De hecho, ni siquiera necesitas saber qué significa ninguna de estas palabras. Todo lo que necesitas es la profunda sensación de saber quién eres debajo de todo el ruido, las etiquetas y los mensajes sociales.

Por eso tus raíces, y las prácticas y tradiciones que las acompañan, son el mejor lugar para comenzar a despertar a la bruja que hay en ti.

Yo soy una gitana, una yoguini y una chamana, así que, ya sabes... Básicamente, soy una bruja gitana. Mi linaje materno es de nómadas irlandeses y mi línea paterna es gitana.

Mis dos abuelas usaron hierbas, tés, infusiones, aceites y pociones para manifestar, sanar y crear buena suerte para nuestras familias y para las de nuestra comunidad.

Las dos tenían dotes de adivinación y podían predecir el nacimiento y el sexo de los bebés en sus sueños, o mediante el conocimiento intuitivo, las cartas del tarot y la adivinación. También predecían dramas familiares que aún tenían que ocurrir y sabían cuándo la escasez financiera era inminente (en ese momento, enviaban a mis tíos a buscar un empleo extra).

Sin embargo, mi abuela gitana tenía un lado oscuro. En su comunidad se la conocía por su habilidad para lanzar maldiciones (algunos exnovios míos dicen que yo también la tengo). No voy a confirmarlo ni a negarlo (¡ejem!). Y aunque la imagen de los gitanos evoca escenarios superrománticos de bonitos vagones pintados, pañuelos y pendientes de aro, la realidad de la vida gitana es... Bueno, no es eso, desde luego.

Cuando contamos las historias de las brujas que han vivido antes que nosotras, a menudo tenemos que hablar de su persecución. Volvemos la mirada a la historia y hablamos de los juicios de brujas en Europa y en Estados Unidos (puedes leer más sobre esto aquí).

Pero tanto para los gitanos como para los nómadas, la persecución sigue siendo una experiencia muy real de todos los días. Mi abuela gitana, que llevaba todas sus riquezas encima, alrededor del cuello y en las orejas, me decía una y otra vez: «¡No confíes en ellos! Nunca confíes ellos, ¿me oyes?».

La persecución y la desconfianza eran reales, y lo siguen siendo.

Por eso estoy segura de que mis dos abuelas estarían furiosas conmigo por escribir este

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