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El Ángel Custodio
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Libro electrónico200 páginas1 hora

El Ángel Custodio

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Información de este libro electrónico

Un libro y 40 cartas integran este estuche, con el que podrá establecer un diálogo con su ángel custodio y con otros ángeles que le pueden ayudar a afrontar los problemas de la vida cotidiana. De ellos obtendrá todos los consejos que necesita para afrontar el día a día, ayudándose de su sabiduría y comprensión. Partiendo de un conocimiento de los ángeles tal y como los ha presentado la tradición cristiana, el libro facilita las instrucciones para el empleo de las cartas como instrumento para desarrollar la intuición y facilitar el contacto con el ángel. Finalmente, proporciona también una visión alternativa de la angiología: esta visión se sale de los recorridos trazados por los textos bíblicos y amplía los horizontes de búsqueda, pero no con la pretensión de oponerse a la visión cristiana, sino de completarla. Una obra excepcional que le facilitará la oportunidad de entrar en contacto con su ángel.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 ago 2018
ISBN9781644615218
El Ángel Custodio

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    Vista previa del libro

    El Ángel Custodio - Surabhi E. Guastalla

    Notas

    PREÁMBULO

    Cuando me propusieron escribir un libro sobre los ángeles, me debatí durante varios días entre dos estados de ánimo distintos: por un lado, la alegría de poder hablar de estos maravillosos amigos y compañeros y, por el otro, el miedo de no conseguir expresar correctamente todo lo que sentía en mi corazón y, sobre todo, de no ser capaz de comunicarlo correctamente a los lectores.

    Dejé descansar durante algunos días estas sensaciones y, como sucede a menudo, obtuve una señal positiva traducida en el «Mensaje de los ángeles» que reproduzco más adelante. De esta forma, me di cuenta de que esta contribución mía podría nacer precisamente gracias a los ángeles, y me sentí inmediatamente aliviada y confiada.

    El objetivo que me marqué fue el de ejercer de acompañante en la búsqueda de un diálogo con el ángel custodio y con los ángeles que pueden ayudar a afrontar los pequeños y grandes problemas cotidianos, dando consejos con sabiduría y comprensión.

    La estructura del libro, repartido en tres partes que se centran, respectivamente, en el conocimiento de los ángeles tal como nos lo ha transmitido la tradición cristiana, en el uso de las cartas como instrumento para desarrollar la intuición y para facilitar el contacto con el ángel y, finalmente, en una concepción «esotérica» de la angelología, se merece seguramente una puntualización preliminar.

    A lo largo de los siglos, la angelología tradicional, fundada sobre la verdad transmitida por las Sagradas Escrituras, se ha visto acompañada por otras corrientes interpretativas, en las que han confluido diversas tendencias filosóficas, religiosas e iniciáticas. A partir de allí, se produjeron diversas tentativas de síntesis de todos estos conocimientos que condujeron al nacimiento de una nueva y compleja tradición, generada a partir de la fusión del cristianismo con el pensamiento antiguo, las doctrinas esotéricas, la astrología y la magia.

    Incluso la cábala judía se alejó de las revelaciones bíblicas y dedicó un gran espacio a la búsqueda de los nombres y de las funciones de los ángeles.

    Evitando adentrarme en un ámbito que continúa siendo competencia de los investigadores, me parece que muchos hemos percibido la exigencia de salir de los recorridos trazados por los textos bíblicos, ampliando los horizontes de búsqueda y aportando una contribución distinta a la propuesta por la angelología.

    Es desde este punto de vista que justifico mi elección de integrar en este libro una visión cristiana, por decirlo de algún modo, «ortodoxa», y una visión «alternativa», pero que no pretende oponerse a la primera sino completarla. Con esto, espero no herir la sensibilidad religiosa de nadie, y espero que mi elección pueda parecer aceptable para todos, o por lo menos comprensible.

    Al utilizar las cartas he pretendido simplemente aportar a los lectores una oportunidad para entrar en contacto con su ángel, tanto para aquellos que ya lo han encontrado y que desean comunicar con él como, y sobre todo, para aquellos que todavía lo están buscando.

    Confiémonos pues a los ángeles y tendremos la posibilidad de utilizar los preciosos consejos que sabrán darnos para llevar una vida cotidiana más serena y más responsable.

    MENSAJE DE LOS ÁNGELES

    Estamos cerca de vosotros, cada día, para asistiros, guiaros y daros la luz que proviene de la existencia universal.

    Os ayudamos a discernir, a comprender y a escoger lo que tenéis dentro de vosotros para ofrecerlo a los demás.

    Os damos la libertad de dar, de hacer y de no hacer. Porque se nos permite intervenir únicamente en casos especiales.

    Pero a vosotros se os permite pedir y nosotros estamos aquí, preparados para ofrecer nuestros dones. Esos dones que a veces permanecen inutilizados, sin encauzar por falta de diálogo.

    Nosotros repartimos grandes dosis de amor, luz y verdad.

    Somos vuestros ángeles que silenciosamente os acompañamos. Criaturas de luz universal, emanaciones y puente entre los hombres y la esencia divina. Somos nosotros lo que percibís en las sonrisas, en los susurros, en los encantos de las noches estrelladas y de las mañanas radiantes.

    Somos nosotros los que, cuando conseguimos ponernos en contacto con vosotros, os transmitimos esa sensación de alegría que no está unida a nada en concreto.

    Somos nosotros los que velamos por vuestro sueño, para regalaros paz, serenidad y alegría.

    Estamos en vuestras casas, guardianes silenciosos y atentos, al lado de vuestros hijos y de vuestra familia, y cuando alguno de ellos sufre, le enviamos a través de nuestra luz la capacidad de aceptación de lo que tiene que ser.

    Os damos la mano y os guiamos por un camino que por nosotros podemos ver y alguno de vosotros, a veces, podéis entrever.

    Permanecemos al lado de los enfermos para aliviar las heridas del alma y secar las lágrimas, y también cerca de las madres que dan la luz.

    Estamos en el aire, en el agua, en las nubes, en el viento, en la lluvia que bendice los campos, en las flores, en los árboles, en el fuego que nos da calor y nos ilumina. En vuestra respiración vital.

    Estamos con vosotros desde el principio hasta el final. Somos los ángeles, aquellos seres que representan para vosotros la percepción profunda, que va más allá de lo material.

    Y también somos nosotros los que guiamos vuestra mano en el arte e inspiramos vuestras canciones más bonitas, los colores, las luces e incluso las palabras.

    Todo lo que representa la belleza y la armonía está unido a nosotros. Y de la misma forma que nosotros somos una parte de vosotros, vosotros sois parte de nosotros. En una continua evolución.

    Somos los ángeles custodios. Hermanos. Amigos.

    Mensajeros de la intuición y del amor profundo: a través de nuestra luz vosotros podéis alcanzar la fuente de la bendición divina. La que no se agota y conduce hasta el conocimiento.

    Somos vuestros inspiradores y dispensadores de amor. Vuestros guías. Vuestros compañeros.

    Ángeles. Permanentes custodios del alma inmortal del hombre.

    Texto dictado a Surabhi

    por su ángel custodio de enero de 1996.

    Primera Parte

    CONOCER A LOS ÁNGELES

    LOS ÁNGELES EN LA TRADICIÓN

    El ángel, una figura universal

    Los ángeles, entendidos como intermediarios entre el mundo divino y el terrenal, mensajeros de Dios y protectores de los hombres, no son una prerrogativa de la tradición cristiana. En realidad, existen numerosos testimonios literarios e iconográficos que demuestran que la figura del ángel, en todas sus variantes formales, ha acompañado constantemente a los hombres de todas las épocas y culturas religiosas, incluso antes de la llegada del cristianismo.

    En las religiones asirio-babilónicas ya existían figuras aladas que descendían del cielo para traer el mensaje de los dioses. Estas religiones contemplaban también la existencia de criaturas sobrenaturales protectoras de cada individuo, que podían, según los casos, garantizar asistencia y perdón e incluso preservar de peligros.

    Persas y egipcios atribuyeron a algunos seres divinos, protectores de los hombres en la lucha contra los demonios, características en muchos casos similares a las de los ángeles. Una representación de la diosa egipcia Isis nos muestra a esta madre y guía bajo apariencia angélica, con unas grandes alas.

    También en la tradición del Extremo Oriente, desde el hinduismo hasta el budismo, se habla, según el principio del bien y del mal, de seres «angélicos», amigos del hombre, y de seres demoníacos, antagonistas de los primeros y que ejercen sobre los hombres una acción hostil y maléfica.

    En el Corán, libro sagrado del Islam, escrito según la tradición por Mahoma bajo la revelación divina a través del arcángel Gabriel, abundan las referencias a ángeles y arcángeles. Se sientan alrededor del trono de Alá, al cual piden que perdone los pecados de los hombres, desarrollando de este modo el papel de mediadores e intercesores que se les atribuye en las Sagradas Escrituras.

    Si se considera que «seres

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