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Hija, tú puedes lograrlo
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Libro electrónico127 páginas2 horas

Hija, tú puedes lograrlo

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Información de este libro electrónico

¡Este libro sanará las heridas de las hijas! En este libro tan esperado, las mujeres son retadas a dejar que la sabiduría de Dios las ayude a superar las tantas situaciones imposibles que encuentren. Dios tocará su vida y la fortalecerá mientras disfruta de este nuevo poderoso libro...

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 jul 2016
ISBN9781613951910
Hija, tú puedes lograrlo
Autor

Dag Heward-Mills

Bishop Dag Heward-Mills is a medical doctor by profession and the founder of the United Denominations Originating from the Lighthouse Group of Churches (UD-OLGC). The UD-OLGC comprises over three thousand churches pastored by seasoned ministers, groomed and trained in-house. Bishop Dag Heward-Mills oversees this charismatic group of denominations, which operates in over 90 different countries in Africa, Asia, Europe, the Caribbean, Australia, and North and South America. With a ministry spanning over thirty years, Dag Heward-Mills has authored several books with bestsellers including ‘The Art of Leadership’, ‘Loyalty and Disloyalty’, and ‘The Mega Church’. He is considered to be the largest publishing author in Africa, having had his books translated into over 52 languages with more than 40 million copies in print.

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    Hija, tú puedes lograrlo - Dag Heward-Mills

    Capítulo 1

    Las mujeres

    Este es un libro dirigido a las mujeres. Es un mensaje para las mujeres de todas partes. La mujer fue creada de una manera distinta al hombre y merece un mensaje especial.

    Jesús se refería a ellas de dos formas. Las llamaba mujer o hija.

    Existe una diferencia entre una hija y una mujer. Si yo fuera mujer, preferiría que Jesús me llamara «hija». Creo que una hija por lo general es más receptiva, más abierta y más humilde. Por naturaleza, una mujer adulta no es tan fácil de influenciar como lo es una hija.

    Las amarguras de la vida

    Muchas mujeres son amargadas a causa de las experiencias de la vida. Están endurecidas, son despiadadas y no practican el perdón. Las dolorosas experiencias de la vida han borrado la belleza de la fe y la confianza. Dicen: «Nunca confíes en un hombre». Piensan: «Nunca vuelvas a confiar en una mujer». Veo que muchas mujeres viven en soledad. Son personas solitarias que casi no tienen amigos.

    Fíjate cómo Jesús le habló a la mujer samaritana. Quería que esta mujer creyera lo que Él estaba diciendo.

    … MUJER, CRÉEME, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.

    Juan 4:21

    Fíjate la manera en que Jesús le habló a la mujer que había sido sorprendida en adulterio. Era una mujer que estuvo a punto de perder su vida en manos de hombres despiadados. Quería que ella volviera a creer en el amor.

    … MUJER, ¿DÓNDE ESTÁN LOS QUE TE ACUSABAN? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

    Juan 8:10-11

    Fíjate cómo Jesús le habló a la mujer que llevaba dieciocho años sufriendo escoliosis. Había probado muchos tratamientos. Había vivido mucho tiempo en amargura y dolor. Necesitaba un milagro. Observa cómo Jesús se dirigió a ella estando en la sinagoga:

    MUJER, ERES LIBRE de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios.

    Lucas 13:12-13

    Capítulo 2

    Las hijas

    Una hija, por naturaleza, no está llena de amargura ni de rencor. Hay algo de dulzura e inocencia que la caracterizan. Por sobre todas las cosas, las hijas tienen una confianza y una seguridad especial hacia el padre. Lamentablemente, a medida que se convierten en mujeres adultas, la fe, la esperanza y el amor en ellas se desvanecen.

    Jesús a algunas mujeres las llamó hijas. Creo que fue por la fe que tuvieron en Él. Percibió el amor puro que tenían hacia su persona.

    Consideremos este grupo de mujeres a quienes Jesús ministró. Esta vez, vemos que Él se dirige a ellas de otra manera.

    En uno de los milagros más grandes que hizo Jesús, sanar a la mujer con flujo de sangre, ¡vemos que Jesús la llama hija! Esta mujer fue capaz de aprovechar la unción aun cuando otros alrededor no podían sentir nada.

    … y sintió en el cuerpo que estaba sana…

    Marcos 5:29

    Pero Jesús dijo: ALGUIEN ME HA TOCADO; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.

    Lucas 8:46

    Quiero que prestes atención a un detalle en cuanto a esta hija. Primero, su gran confianza en la capacidad de Jesús. En su debilidad y enfermedad, se abrió paso entre la multitud hasta tocar el borde del manto.

    Se necesitaba mucha fe para que esta mujer cruzara a empujones la cuantiosa multitud. La fe y la confianza fueron precisamente las que la convirtieron en una gran hija. Sus doce años de amargas experiencias con distintas personas no fueron suficientes para apagar un corazón de fe.

    Mujeres desconfiadas

    A veces, una historia de experiencias pecaminosas con distintos hombres hace que a la mujer le cueste confiar en un hombre. Tiene poca confianza en su padre, en el pastor o en otro hombre de Dios. Simplemente no puede creer que la pureza y la bondad existan. A veces, simplemente por el hecho de haberse formado en una cultura de recelo y habladurías, las semillas de la desconfianza quedan sembradas en su corazón para siempre. Esta clase de mujeres tiende a manifestar siempre duda, incredulidad, escepticismo y desconfianza. Es muy común que una mujer que no puede confiar sea incapaz de amar. Está llena de temor. El perfecto amor echa fuera el temor. La Biblia dice que el amor…

    … todo lo cree…

    1 Corintios 13:7

    Las hijas reciben la unción de sus padres

    Otro rasgo para destacar de esta hija (la mujer con el flujo de sangre) es que recibió la unción de Jesús. Es la única vez que registra la Biblia en que la unción de Jesús fluyó de una persona a otra y las dos partes literalmente la sintieron. Jesús sintió que la unción salió de Él y esta hija sintió que la unción entraba en su cuerpo.

    Como puedes ver, son los hijos los que reciben los dones más preciados de sus padres. Son los hijos y no los pares ni los colegas los que reciben de sus padres una herencia.

    En la vida hay momentos en los que las mujeres tienden a desafiar la autoridad del hombre. No las culpo ya que hay muchos hombres que son irresponsables e indignos de confianza.

    Sin embargo, pelear contra el hombre y hacer una campaña contra su autoridad fácilmente puede privarte de la unción. Tendrás una actitud de continua resistencia al don de Dios. Muchos de los vasos que Dios usa son hombres.

    Cuando recibes a alguien como padre, abres tu corazón al don supremo de esa persona. Tal vez es por eso que Jesús llamó «hija» a esta mujer.

    HIJA, TU FE TE HA HECHO SALVA; ve en paz, y queda sana de tu azote.

    Marcos 5:34

    Las hijas lo son para siempre

    En otra ocasión, mientras Jesús caminaba hacia la cruz, una gran multitud de personas lo seguía. En medio de esta multitud, había mujeres que estaban tristes por la injusticia que se estaba cometiendo. Le mostraron abiertamente su apoyo y se identificaron públicamente con Él.

    En el preciso instante en que todos los hombres y los apóstoles abandonaron al Señor, las mujeres se mantuvieron firmes. Jesús se dirigió a ellas y les ministró palabras de profecía desde el corazón. No las llamó mujeres, sino hijas.

    … HIJAS DE JERUSALÉN, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos.

    Lucas 23:28

    Elige ser una mujer a la que Jesús consideraría como hija. ¡Una mujer dispuesta a recibir la unción! ¡Una mujer que apoye al hombre de Dios! ¡Una mujer preparada para identificarse abierta y apasionadamente con la visión!

    Capítulo 3

    El velo

    La mujer necesita un velo

    La mujer necesita un velo que cubra su vida. Este velo sirve como un escudo protector. Lamentablemente, muchas mujeres no reconocen esta realidad. Piensan que son iguales que los hombres y tan buenas como cualquier otra persona.

    Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza…

    1 Corintios 11:5

    Estas realidades solo pueden aceptarse con un espíritu de humildad. El reino de Dios se encuentra cuando se lo busca con la actitud de un niño.

    … si no os volvéis y OS HACÉIS COMO NIÑOS, no entraréis en el reino de los cielos…

    Mateo 18:3

    Es importante que una mujer esté cubierta espiritualmente. Este velo viene mediante la cabeza. Esté casada o no, una mujer puede tener el velo que necesite.

    … y el varón es la cabeza de la mujer…

    1 Corintios 11:3

    A veces el esposo, el pastor o un líder espiritual es quien da este velo. Una mujer que ministra sin este velo espiritual está fuera de lugar. Evidentemente que si estás casada con un incrédulo, tu esposo no puede ser tu velo espiritual.

    Si estás casada con un hombre espiritualmente apagado, entonces él no es tu velo. El velo debe ser provisto por alguien que sea más espiritual que tú. Por eso se llama velo.

    Estimada hermana: ¿tienes un velo espiritual? ¿Estás dispuesta a recibir el consejo de los hombres que Dios ha puesto como velo? ¿Quién es tu velo espiritual? ¿Eres rebelde? No olvides que ninguno de nosotros está por encima de la Palabra de Dios.

    Capítulo 4

    Hija, ¡es tu privilegio!

    Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré. Ella dijo: Iré contigo; MAS NO SERÁ TUYA LA GLORIA DE LA JORNADA QUE EMPRENDES, PORQUE EN MANO DE MUJER VENDERÁ JEHOVÁ A SÍSARA. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes.

    Jueces 4:8-9

    En

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