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Recuerdos que volveran
Recuerdos que volveran
Recuerdos que volveran
Libro electrónico63 páginas58 minutos

Recuerdos que volveran

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Información de este libro electrónico

Adrián es un chico proveniente de un pueblo apartado de la ciudad. Al comenzar su vida universitaria en la ciudad, conoce a una chica que cambiara por completo su manera de vivir.

¿Será que la vida universitaria y personal de Adrián se vea afectada por haberla conocido?

“Recuerdos que volverán” narra los sucesos por los que tendrá que pasar Adrián en su vida universitaria al mismo tiempo, conoce a alguien que lo hara sentir vivo otra vez.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 nov 2017
ISBN9781370926749
Recuerdos que volveran
Autor

Abraham Tenahua

Hola, mi nombre es Abraham Tenahua y soy originario de la ciudad de Puebla en México. Tuve la curiosidad de escribir una novela desde 2015 y tras dos años pude terminar mi primer novela "Recuerdos que volverán"Muchas gracias si te tomas el tiempo de leerla y te aseguro que vendran mas novelas en un futuro.

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    Recuerdos que volveran - Abraham Tenahua

    Recuerdos que volverán.

    By Abraham Tenahua.

    Copyright 2017 Abraham Tenahua

    Smashwords Edition

    Capítulo I

    Mi primer día de universidad no comenzó como yo esperaba. Mis clases comenzaron desde el tercer día, en parte por algunos problemas personales y, además, porque no sabía la ubicación de mi universidad. Soy un chico de un pueblo apartado de la ciudad y por alguna extraña razón, nunca había visitado la capital de mi estado. El primer día de clases, por problemas de trabajo y familiares no pude asistir. Al día siguiente, deambulé por toda la ciudad buscando mi universidad hasta que por fin pude llegar, lamentablemente, ya era muy tarde para ingresar a clases y decidí regresar a mi casa; me sentí un poco triste.

    Dos días más tarde del inicio de clases y debo admitir que me sentía extraño, entré al salón de clases un poco temeroso. No conocía a nadie y entiendo el motivo por el cual todos mis compañeros me miraron cual especie en peligro de extinción. Era de esperarse ya que fui el último alumno que ingresó en ese grupo; no le tomé mucha importancia. Observé el salón lo más rápido posible y me senté en el único lugar que estaba vació, en lo más recóndito del aula.

    La profesora comenzó a tomar asistencia, respondí con una afirmación cuando escuché mi nombre y la profesora volteó a verme para recordar mi rostro; un hábito de los maestros al conocer nuevos alumnos. Una vez que termino de tomar asistencia, comenzó su clase normalmente. Todo iba bien, disfrutaba de la clase, me sentía extasiado por los conocimientos que estaba a punto de adquirir cuando de pronto, todo ese entusiasmo se esfumó cuando ella dijo:

    — Trabajen en equipos y conozcan a su compañero el cual yo les asignaré, en un momento les digo con quien trabajaran así que, levanten su mano al oír su nombre. — Comenzó a ver su lista de asistencia mientras que, en otro pedazo de papel apuntaba los nombres para hacer los equipos.

    Al escuchar eso me puse nervioso, no soy bueno haciendo relaciones personales con las demás personas y cuando pienso en ello profundamente me cuestionó: ¿Cómo es que he tenido novia en lo que llevo de vida? No pude tener respuesta para eso y creo que jamás la tendré. Es por eso que llevaba soltero casi 4 años de mi vida.

    La profesora rápidamente comenzó a decir los nombres de cada equipo y mi pareja asignada resultó ser una chica, terrible error, soy pésimo hablando con las chicas. Siempre me pongo nervioso cuando hablo con una y, por alguna razón, hago que se sientan incomodas en mi presencia. Olvidando mi pequeño temor me dispuse a hacer mi mejor esfuerzo para que mi compañera no me viera como a un bicho raro y se sintiera a gusto conmigo. Al acercarme a ella me presenté:

    — ¡Hola! Mi nombre es Adrián, ¿Cuál es el tuyo? ─ Mi nerviosismo estaba en un punto crítico pero pude dibujar una sonrisa en mi rostro.

    — ¡Hola! Mi nombre es Sandra, gusto en conocerte. — Al momento de responderme ella sonrió de una forma tan dulce y sincera que jamás había visto en una persona. Una sonrisa bella que era de mejilla a mejilla, estaba maravillado, nadie me había sonreído de esa forma y por ello fue demasiada mi sorpresa. Una vez que conocíamos nuestros nombres comenzamos a platicar sobre nuestros hobbies, ciudades de nacimiento, lugares favoritos, comida favorita, música favorita, etc. El tiempo pasó deprisa, estábamos tan a gusto platicando y en conocernos el uno al otro que, sin percatarnos, a lo lejos escuchamos a la profesora decir:

    — Ahora, ya que conocen un poco a su compañero, pasen al frente de la clase y presenten a su compañero o compañera con el grupo. — Como desearía no haber escuchado esas palabras, el pánico se apoderó de mi cuerpo y Sandra lo notó.

    — ¿Te encuentras bien? ¿Te pasa algo malo? ¿Tienes pánico de pasar al frente? — preguntó. Yo sólo pude asentir con mi cabeza y al voltear a verla, note que ella estaba tranquila, como si no pasará nada y me cuestione a mí mismo: ¿Cómo puedo ser tan cobarde y tener miedo de hablar ante mucha gente? Como pude trate de calmar mis nervios y presente a Sandra ante el grupo. No les diré que lo hice bien pero tampoco lo hice terrible. Por el contrario, Sandra, al estar frente de nuestros compañeros, los nervios se apoderaron de ella y hubo cosas que olvidó; fue gracioso verla sonrojarse frente a todos.

    Al finalizar la clase, me esperaban dos más con duración de dos horas cada una. En ese tiempo fue cuando comencé a conocer un poco al resto de mis compañeros, algunos con unos gustos bastante peculiares y otros

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