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¿Crecer para ser más competitivo o quedarme como estoy para no asumir riesgos? ¿Crecer rápido o crecer a un ritmo más relajado? Estas son dos disyuntivas a las que en algún momento se tienen que enfrentar los fundadores de un negocio. Y las respuestas ni son fáciles ni se pueden estereotipar, ya que depende tanto de factores personales como del proyecto en sí, además del mercado en el que nos movemos, del entorno y del momento… Demasiadas variables. Por eso, hemos diseñado una hoja de ruta con preguntas a las que tendrás que responder tú mismo, a partir de las ideas y análisis de expertos en crecimiento y emprendedores que ya han pasado por ese proceso.
¿DÓNDE QUIERO ESTAR Y DÓNDE DEBO ESTAR?
Lo primero que debes mirar es a ti mismo, ya que, como fundador, vas a ser la pieza fundamental para que esta nueva fase del proyecto salga adelante. Así, “debes empezar por preguntarte: ¿Dónde quiero estar? Ahí entra el debate del sentimiento de pertenencia y de propiedad como fundador. También el análisis de la pulsión que tengas, ya que los diferentes momentos del emprendimiento van a provocar un impacto en tu vida personal. Debes analizar cómo quieres que sea ese equilibrio entre tu vida personal y profesional. El 50/50 es muy difícil. A veces, será un 70/30 y a veces un 60/40”, comenta Raúl Mir, socio de The Terminal Hub y socio fundador de Âttrim Impact Technology Group y DatÂie Sustainability Analytics.
“La segunda cuestión es ¿dónde puedo estar? Es importante saber qué capacidades tienes. Y es una reflexión complicada porque afecta al ego de las personas. Yo quiero seguir siendo. Y muy relacionada con ésta, vendría la tercera pregunta: ¿Dónde debo estar? En qué posición aporto el máximo valor al proyecto. Igual quiero ser el CEO, pero tengo que ser el CIO porque aporto mucho más en la parte tecnológica”, continúa Mir.