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Hemos de reconocer que, en esta revista, a veces somos muy intensos en la defensa de las bondades del formato físico frente a las desventajas del formato digital. De ese barco, no nos moverán. Sin embargo, viendo cómo se han desarrollado los primeros meses de 2024, este mes hemos considerado oportuno romper una lanza en favor de algunos de los beneficios y oportunidades que generan los estrenos exclusivamente descargables.
Vaya por delante que rezamos para que el formato físico nunca nos abandone, como hemos recalcado muchas veces. Por muchos motivos: por el coleccionismo, por la preservación, por la posibilidad de prestar los juegos a amigos o revenderlos… Pero el progreso es el progreso. El porcentaje de usuarios que adquiere ya los juegos únicamente en formato digital es cada vez mayor, y de ahí que existan versiones sin lector de discos tanto de PS5 como de Xbox Series, que resultan más baratas. De hecho, cuando Sony hizo el rediseño slim de la primera, se preocupó ya de que el hueco para el lector fuera meramente opcional. Del mismo modo, se supone que Microsoft lanzará a no mucho tardar una versión exclusivamente digital de Series X, ya que Series S tiene una clara desventaja en forma de menor potencia.
Y, más allá de las consolas, lo cierto es que, hoy en día, casi todo es exclusivamente digital. En el ámbito de los ordenadores, ya no se estila lo de comprar cajas. El bacalao lo parten tiendas como Steam, Epic Games Store, Origin, Battle.net, GOG… Y no hay que olvidar la creciente importancia del juego en la nube, que, gracias al streaming, permite convertir ordenadores, móviles o tabletas en dispositivos de juego.
La imparable maquinaria del comercio electrónico
La pujanza del formato digital se ha ido acelerando cada vez más, pero, en realidad, es algo que viene ya de la primera década del siglo XXI, cuando empezaron a surgir plataformas de distribución digital tanto en consolas como en PC. Gracias a esas tiendas, cientos y cientos de desarrolladores vieron cómo se abría ante ellos un mundo de oportunidades en el que cualquiera podía publicar sus propios juegos al margen del "establishment" de las grandes editoras, como si se retornara a la era de los