El chef Mario Rosero está parado junto a una parrilla de leña en la parte trasera de Prudencia, el restaurante que tiene en La Candelaria, el centro histórico adoquinado de Bogotá. La parrilla tiene tres rejillas circulares que se ajustan en distintas posiciones. Pequeños trozos de cerdo se asan en una de las rejillas situada justo encima de las llamas; una olla de hierro fundido llena de maíz se cuece con menos intensidad en otra, más arriba. Mario, egresado del Culinary Institute of America, originario de la ciudad colombiana de Pasto y educado en Los Ángeles, ha perfeccionado este ingenioso y compacto sistema desde la pandemia.
En lugar de dedicarse por completo al servicio de comida para llevar, como tantos otros restaurantes, Mario y su equipo empezaron a fabricar y vender parrillas como estas, además de briquetas caseras a base de binchotan, un carbón vegetal de combustión lenta y