Como hemos visto ya, cerca del 70% del cuerpo de un adulto está conformado por agua, un componente tan esencial como el aire que respiramos, que entre muchas funciones tiene las siguientes:
✓ Colabora en la eliminación de los desechos del organismo
✓ Ayuda a digerir, metabolizar y absorber los alimentos
✓ Protege el cuerpo de lesiones
✓ Permite regular la temperatura corporal
✓ Lubrica las articulaciones y los ojos
✓ Mejora el cutis, la piel y previene la formación de arrugas y líneas de expresión.
✓ Previene infecciones urinarias
A cada instante perdemos agua a través de la piel, la orina, las heces, la respiración o el sudor. De modo tal que reponerla constantemente es fundamental para mantenernos saludables. El líquido ingresa al organismo a través de diversos alimentos “sólidos” —en especial las frutas y verduras—, pero entre 1 y 1,5 litros deben incorporarse en forma de bebida, preferentemente agua.